Capítulo 14. ¿Y ahora qué?

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Estaba acostado en la cama, tapado hasta el cuello. Ya no tenía fiebre y llevaba tres días sin salir de la cama. No tenía fuerzas para nada, ni para abrir los ojos, por lo que Bruno me ayudaba en todo. Él me daba de comer y me obligaba a tomarme los medicamentos. Antes de ayer, un médico vino de visita y me dijo que no era más que un catarro común, pero que como tenía las defensas tan bajas, me había pillado, pero bien. Ya no tengo tantas náuseas como antes y la fiebre me ha bajado, pero también me ha bajado la azúcar y bla bla bla. Vamos, que tengo que estar en reposo.

Las clases ya empezaron de nuevo y no he podido ir, aunque la verdad es que no me apena demasiado. No me aplico mucho a los estudios, porque no se qué quiero ser en la vida. Lo sé, 17 años y aún no sé que "ser de mayor". Recuerdo que mi hermana siempre quiso ser cantautora y fascinar a la gente con su música, aunque mi madre insistía en que se dedicara a una profesión con más futuro, es por eso mismo por lo que ahora está estudiando ciencia y medicina en la universidad, para ser doctora, como mi madre siempre quiso. En cambio, conmigo nunca fue así. Nunca supe qué quería ser y mi madre nunca eligió una profesión por mí. Es por ello que no sé qué hacer. También recuerdo cuando en primaria, los profesores nos preguntaban qué queríamos ser de mayor, mis compañeros de clase parecían tenerlo muy claro. Las niñas decían cosas como: cantante, bailarina, actriz, veterinaria o profesora de infantil y los niños decían: bombero, policía, astronauta, futbolista o corredor de fórmula 1. A mí me parecían chorradas, al final todos acabarían trabajando en el BurgerKing o en el McDonalds. Por lo contrario, cuando me preguntaban a mí "¿y tú Eric, qué quieres ser de mayor? " yo contestaba "feliz". Y era verdad, lo único que quería y quiero es ser feliz, independientemente de mi profesión. Si pudiera elegir, preferiría no trabajar de nada y dedicar mi tiempo a otras cosas. Y ahora pensando, ¿a qué se dedica Bruno? No parece ser un mantenido, pero sí que aparenta tener dinero, sólo hay que ver su piso; muy espcioso y perfectamente amueblado, o su ropa; siempre usa camisas de botones, chalecos y pajaritas. Jumm...¿a qué se dedicará?.

Un movimiento me evadió de mis pensamientos. Noté como Bruno se levantaba de mi lado y se iba. Llevaba sentado junto a mí desde hacía un buen rato. No quería que se fuera, no sé por qué pero no quería quedarme sólo. Quería que siguiera ahí, cuidándome. Así que, saqué mi mano de debajo de las mantas y la estiré, agarrando a Bruno de la manga. Él se sorprendió y se quedó quieto, pero se safó de mí y siguió caminando sin mirarme siquiera. Yo me quedé impactado. ¿Qué ha sido eso? ¿Qué acaba de pasar? ¿Acaso he hecho algo malo? Pero si no he hecho nada. A lo mejor es eso, que no he hecho nada. La verdad es que desde que llegué no he hecho más que causarle problemas a Bruno, me he estado aprovechando de él. Y lo peor es que ni siquiera se lo he agradecido. Vaya, el dolor de cabeza ha vuelto, pero ahora no es por el resfriado.

Marcó el número apresuradamente y se acercó el móvil a la oreja, esperando a que conteste.

-Ay Bruno, ¿por qué me llamas a estas horas? Estaba durmiendo ¿ha pasado algo?

-No sé qué hacer. No podré aguantar mucho más.

-¿Mucho más sin qué? Bruno, específica que no te entiendo.

-Sin él. Sin poder besarlo y tocarlo. No podré aguantar más y menos teniéndolo tan cerca. Y me siento muy culpable.

-¿Culpable?

-Sí, es que se ha enfermado por mí culpa.

-¿Por tu culpa? Brunito no exageres, tú no tienes la culpa de que el chaval se haya cogido un resfriado. Que se hubiera abrigado más o que se hubiera bebido un Actimel, ¿es que no ha visto el anuncio o qué?

-No estoy de broma. ¿Sabes la última vez que fui a tú casa?

-Sí.

-¿Recuerdas lo tarde que me marché?

-Sí.

-Bueno, pues cuando llegué a casa él estaba por fuera esperándome. Llevaba horas ahí y estaba empapado de arriba a abajo.

-Uy, que te estaba esperando. Eso no me lo habías contado, pillín. Bueno, tú no tienes culpa de nada y no te trabes más, porque te digo yo que ese chaval quiere tema.

-¿Qué quiere tema? ¿Qué es eso?

-Ay primito, estas anticuado. Significa que le gustas.

-¿Yo? ¿A Eric? ¿Qué dices? Deja ya de ver esos Yaois que te están afectando.

-Eh, no metas a Sekaiichi hatsukoi en esto. Y hazme caso que yo sé de esto. Si yo soy Cupido.

-Ya, por eso la persona que te gusta te ignora, ¿verdad, Cupido?

-Imbécil.

-Y escucha, a Eric no le gusto y no es gay.

-¿Qué tiene que ver que sea gay o no? Tu no eres gay y te gusta un chico.

-Es diferente.

-Ya claro, lo que tú digas. Bueno, tu hazle caso a Cupido que Cupido sabe. Tengo que dejarte que mi amorcito acaba de llegar de visita ¡Chao Brunito!

-Chao, Dani.

Bruno colgó y se quedó sentado en el sofá con las manos en la cara. Estaba confundido y no sabía qué hacer y cómo actuar. En ese momento entré en el salón, enrollado en la manta y con los pelos rebujados.

-Eric ¿Qué haces levantado? -dijo Bruno sin muchas ganas. - Vuelve a la cama, anda.

-No -dije débilmente. - Tengo algo que decirte.

-Eric, ve a acostarte. Ahora no tengo ganas de hablar -repitió sin apenas mirarme a la cara. -

-No.

-Eric, acuestate. -dijo seriamente. -

-¡Qué no! -dije alzando la voz. - Tengo que hablar contigo y me vas a escuchar.

Bruno me miró sorprendido y yo me puse nervioso.

¿Y ahora qué?

¡Konbanwa mis redonditos unicornios!
¿Qué tal? Bueno, me gustaría pedirles un favor y es que no miren la foto antes de leer el capítulo. Me explico, en los capítulos, depende de donde uses Wattpad se pueden ver las fotos que le pones a los capis antes o después de estos y lo que yo digo es que si salen antes del capítulo y miran la imagen antes de leer el capítulo, dejen de hacerlo porque no quiero que se hagan spoiler y así, si pongo un beso inesperado, pues se sorprenden. Y de la otra manera ya lo esperas y no tiene gracia. Bueno, eso era todo, no se auto spoileen.
Un beso muy grande♡
Oyasumi nasai ☆

¡No te dejes llevar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora