Capítulo 26. ¿Con un gato?

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¿Dónde se habrá metido Bruno?, pensé mientras caminaba de vuelta a la heladería en su busca, pero nada. ¿Habrá vuelto ya a casa? lo dudo, no se iría sin mí, ¿o sí?.

Sin otro remedio decidí caminar de vuelta a casa, maldiciendo a Bruno mentalmente, cuando de pronto lo ví. Ahí estaba, sentado en el suelo, de espaldas, en un callejón sin salida. Entonces, recordé aquel sueño tan horrible que tuve hace tiempo y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. ¡¿No será verdad?! ¡No, imposible! ¡¡No!!. Corrí los más rápido que pude hacia él y cuando estuve su lado, estaba...¿con un gato?.

-¿Qué ocurre? -preguntó Bruno al verme exaltado e iperventilando.-

-¡Serás estúpido!. -dije golpeando su cabeza con mi puño.-

-Ayy, -se quejó frotando el lugar del golpe.- Pero si no he hecho nada.

-¡Me has dado un susto de muerte!.

-¿Por qué?

Pensé en decirle lo del sueño, pero no quería recordar semejante pesadilla, además, se crecerá y me molestará diciendo que sueño con él.

-Me dejaste sólo. Sí ibas a irte, tenías que haberme avisado.

-Está bien, lo siento. ¿Mejor?

Yo asentí con la cabeza.

-Por cierto, ¿por qué te fuiste? -pregunté.-

-Ah, bueno, es que mientras tú flipabas con lo de Diego, yo oí un maullido y lo seguí hasta aquí.

A si que fue eso lo que pasó, si ya lo sabía, él no se iría sin mí.

Me senté al lado de Bruno y contemplé a la bolita de pelo blanca entre sus brazos.

-No sé cómo la gente puede abandonarlos tan fácilmente. -dijo Bruno acariciando al gato.- Me da mucha rabia.

Miré su cara de molestia y frustración. Pues sí que le afecta este tema.

-¿Sabes? -dijo.- De pequeño tuve varios gatos como mascota, pero ninguno tan bonito como este.

-No sabía que te gustaban tanto. -dije.-

-Es que me recuerdan mucho a alguién.

Seguro que dije algo que no debía, pensé. Pude ver una sonrisa llena de pena en la cara de Bruno. Como si fuera un recuerdo alegre, pero triste. No me gustaba la sensación de que él estuviera mal, porque sentí que no podía hacer nada al respecto, así que traté de olvidar el tema.

-¿Puedo tocarlo? -pregunté.-

-Claro.

Bruno cogió al gato en peso y lo acercó a mí. Yo lo acaricié a la bolita de pelo en la cabeza, luego por el cuello y ante eso, comenzó a ronronear, lo que me hizo gracia.

-¿Te gusta que te rasquen aquí, pequeño? -pregunté mientras sentía el suave tacto de aquel pelo.-

Bruno me miró sorprendido, pero era una sorpresa agradable. El gatito lamió mi mano y yo me reí.

-Jajaja, parece que le he caído bien.

Y comencé a estornudar, y no dos ni tres, si no cinco o seis veces.

-¿Estas bien, Eric? -preguntó Bruno extrañado, alejando el animalito de mí.-

-Sí, lo siento. -dije entre estornudos.- Tengo alergia al pelo animal.

-¿En serio?

-Sí, además, como soy asmático, si paso mucho tiempo con uno, apenas puedo respirar. Es por eso por lo que nunca me permitieron tener mascotas.

-¿Tienes asma? No lo sabía.

-Desgraciadamente, sí. Esa fue la principal razón por la que se metían conmigo en el colegio. Como no era capaz de pasarme todo el día jugando al fútbol y corriendo por todas partes, como hacían todos mis compañeros, me llamaban nenaza o debilucho.

-Así que fue por eso por lo que te volviste una persona tan amarga.

-¿A quien estás llamando amargado? -pregunté, lanzando mi peor mirada hacia Bruno.-

-A nadie, a nadie. -dijo este sonriente.- Decía que, por eso fue por lo que te volviste antisocial.

-Bueno, un poco.

Yo bajé la mirada. Normalmente me cuesta mucho abrirme y hablar de estos temas con alguien, pero ¿por qué me siento tan cómodo junto a Bruno?

Este me hizo un gesto con la mano, para que mirara a sus piernas. Lo hice y ví al gatito, durmiendo a "pata" suelta, sobre Bruno.

-Parece que te ha cogido cariño.

Bruno sonrió mirándole.

-No podemos dejarlo aquí. -dijo serio, de repente.-

-Podríamos llevarlo a casa con nosotros. -propuse.-

-No. Me niego a ponerte en peligro por un capricho mío.

-No es un capricho, yo...

-He dicho que no. -interrumpió.- Tú eres mi prioridad.

Yo me sonrojé sin remedio alguno, pero me sentí mal por el gatito. Si mis estúpidos pulmones estuvieran bien, no tendriamos problema en acogerlo, pero siempre tengo que estropearlo todo. Y de pronto, como si una bombilla se hubiera encendido sobre mi cabeza, tuve una idea.

-¿Y si se lo damos a mi madre?.

-¿Qué? ¿Tu crees que lo querrá?

-Claro, ella adora a todos los animales y ahora que no vivo con ella, puede tener uno.

-Me parece buen idea. ¿Escuchaste pequeño? Te hemos encontrado un hogar. -dijo sonriente, mirando al animalito.-

Me sentí aliviado y alegre, no sólo porque el gatito y mi madre se harían compañía mutuamente, si no por ver como se iluminó la cara de Bruno. Como me encanta verlo sonreír.

¡Konbanwaaaaaaaa! Mis pequeños unicornios
¿Quién será ese "alguien" al que menciona Bruno? Pues os queda mucho para averiguarlo xD. (Que mala soy)
Bueno, desde este pequeño rinconcito quería mandarle un super mega ultra maxi abrazo psicológico a una personita muuuy especial, de la que me ha encariñado mucho (/ ^3^)/. Pelita-chan♡. También quería darle muchos ánimos con la novela que que comenzará a escribir en enero y además de darles las gracias por ser mi primera Fangirl ♡○♡. ¡¡ES MÁS MONAAAAAAA~!!e
Un beso con saliva♡
Oyasumi nasaaaaaaaaaaai☆

¡No te dejes llevar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora