Capítulo 25. ¡Helado!

1.5K 110 15
                                    

-Bueno, ¿a dónde queréis ir? -preguntó Bruno, sin ganas.-

-¡Yo quiero ir a comer un helado! -respondió Dani emocionado.-

-¿Y tú, Eric? -me preguntó Bruno.-

-El helado es una buena idea. -respondí tímidamente.-

-Vamos a por el helado, entonces.

-¡Helado! ¡Helado! ¡Helado! -gritaba Dani, entusiasmado.-

¿De verdad esta persona tiene 17 años? Difícil de creer. Aunque, he de reconocer que me cae muy bien, es el polo opuesto de Bruno. Ahora pensando, no sabía que era su primo, bueno, no sabía ni que tenía familia. Nunca me cuenta nada relacionado con él. Aunque, ¿por qué debería hacerlo? Sólo somos amigos, (más bien, compañeros de piso) él no tiene la necesidad de andar contándome su vida privada, pero ¿por qué siento tanta curiosidad por este personaje?

Como había una heladería cerca, decidimos ir a pie. Durante todo el camino (que no duró más de 15 minutos) noté un ambiente extraño. Nosotros dos íbamos delante, Dani se la pasó agarrado a mi brazo todo el tiempo, (parece que yo también le caí bien) y Bruno iba atrás, con cara de amargado y con su usual cigarrillo en la boca. Por fin llegamos. Lo supimos cuando vimos un rótulo brillante de un helado con una carita sonriente y con letras de colores, ponía Gelatería. Entramos en el local e hicimos cola. Esta vez, Dani se encontraba inquieto, miraba continuamente a su alrededor, como buscando algo (o a alguien).

-¿Te ocurre algo, Dani? -pregunté.-

-No, es que estoy pensando en mi amorcito.

-Ah, tú pareja ¿no?

-Sí, estoy algo preocupado.

Su novia. ¿Qué clase de chica será? Seguro que es bajita, con trenzas y gafas, bastante tímida, pero muy bonita. Sí, esa es la case de persona que pega con él.

-¿Preocupado, por qué?

-Nada, nada, estupideces mías. -dijo sonriente.- Y bueno, ¿qué tal con Bruno?

-¿Cómo que, qué tal?-pregunté confundido.-

-Que si te gusta.

Sin saber muy bien por qué, las palabras de Dani hicieron que me pusiera rojo.

-¿Por qué tendría que gustarme?

-No sé, como vivís juntos, dormís abrazados, incluso os habéis besado... No me digas que sólo sois amigos, porque los amigos no hacen esas cosas.

¿Por qué sabe todo eso? Yo no se lo he dicho a nadie y menos a él, que hace más o menos media hora desde que lo conocí.

-¿Cómo sabes todo eso? -pregunté extrañado.-

-Ah, porque Bruno me lo cuenta todo.

¡¿Que?! ¿Todo? No se si eso es bueno, me da algo de miedo el hecho de que Bruno vaya contando esas cosas por ahí.

-Y no te asustes, que no es ningún cotilla que lo diga por que sí. Lo hace para pedirme consejo.

-¿Consejos de qué...?

Llegó nuestro turno, por lo que tuvimos que dejar la conversación. Bruno, que no había entrado a la heladería, entró y se puso detrás de mí. Dani pidió un helado de dos bolas. Una de limón (adoro el limón ♡•♡) y otra de vainilla (en mi honor ^w^ ). Luego, salió feliz de la heladería, a comérselo fuera. Yo me apoyé en el cristal para ver los diversos sabores que me ofrecían, cuando lo ví, me decidí.

-Una bola de fresa, por favor. -le dije al heladero.-

-¡Claro! -respondió amablemente.-

La fresa me vuelve loco. El sabor en las golosinas, en el helado, el de la fruta...hasta el olor de la fresa me encanta. Es algo a lo que no me puedo resistir.

-Toma. -me dijo el heladero con una sonrisa.-

-Gracias.

-Las que tienes. -dijo guiñándome un ojo.-

Yo me puse un poco colorado por el halago. Bruno miró con cara de asesino al joven, lo que provocó que éste se encogiera de hombros y después de pagar los helados, Bruno me abrazó por detrás ante la mirada del heladero y con un "Vámonos, Eric", salimos de la tienda.

¿Qué es lo que acaba de pasar ahí dentro? Había demasiada tensión en el ambiente, siento que si fueran perros, ya se habrían lanzado al ataque mutuamente.

Una vez fuera, caminamos hacia Dani, que estaba comiendo su helado, sentado en un banco, de espaldas a nosotros. Cuando ya estábamos cerca, apareció un chico y se acercó a él. Era de su misma altura, de ojos azules y pelo negro, tenía cara de ser una persona muy introvertida, pero amable. Entonces, Bruno y yo nos detuvimos. Pudimos ver como hablaban, el chico moreno tenía cara de pena y Dani tenía cara de haberse salido con la suya. Desde donde estábamos sólo pudimos oír media conversación:

-Lo siento mucho. -dijo el moreno.-

-Entonces, ¿te arrepientes?

-Sí, no volverá a ocurrir.

-Está bien, entonces te perdono.

El chico moreno sonrió ante la respuesta de Dani y éste se inclinó para besarlo. Yo me quedé blanco, por el contrario, Bruno parecía que ya lo veía venir.

-P-pe-pero, ¿su-s-su amorcito? ¿¡u-un chico!? -Tartamudeé sorprendido.-

-¿No lo sabias? Dani es homosexual. -Me dijo Bruno, tranquilamente.-

Cuando estos terminaron de besarse, Dani me hizo un gesto con la mano para que fuera hacia donde ellos. Me di la vuelta para mirar a Bruno, pero éste no estaba. ¿Dónde se ha metido?, me pregunté mirando a mí alrededor. Finalmente, me acerqué hacia Dani y su...novio.

-Mira Eric, éste es mi amorcito. -dijo Dani señalando al moreno.-

-Hola, soy Diego. Encantado. -respondió éste.-

-Igualmente. -dije, tratando de ocultar mi reciente sorpresa.-

-Él es el novio de Bruno. -dijo Daniel señalándome.-

-¡¿N-novio?! -pregunté.-

-Ah, perdón, "amigo". -dijo resaltando la última palabra, haciendo comillas con los dedos.-

Diego se rió ante mi cara. (Estaba rojo como un tomate.)

-Bueno, nosotros nos vamos a casa a consumar nuestro amor. -intervino Dani, y ante éste comentario, Diego le dió un codo.-

-¿Qué pasa? -pregunta Dani confundido.- ¿prefieres que le diga que nos vamos a casa a tener sexo?

Diego agarró a Dani de la oreja y se lo llevó a rastras, mientras éste se despedía de mí con la mano. Esos dos, son muy cómicos. Bueno, y ahora...¿Se puede saber dónde se ha metido Bruno?

¡Konichiwaaaaaaa!
Que raro es escribir por la tarde xD.
¿Qué les ha parecido? Contesten en los comentarios, porfis♥.
No tengo nada que decir, así que...
Un besote s muy salivoso♡
¡Ja-nee!☆

¡No te dejes llevar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora