Capítulo 13. Yo me cagué en todo.

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Era media noche. Me desperté, pero seguí con los ojos cerrados. Me encontraba fatal, estaba sudando y me sentía mareado. Parecía que mi temperatura corporal estaba demasiado alta, pero aún así tenía un frío terrible. Entonces me dí cuenta, de que algo hacía peso sobre mi cuerpo. Abrí los ojos lentamente y miré a mis espaldas. Bruno estaba durmiendo al lado (bueno, detrás) de mí y su brazo me rodeaba. Quería decirle algo para que se apartara, pero me encontraba tan mal que las palabras no salían de mi boca. Sin otro remedio, con la única mano que no estaba atrapada bajo la de Bruno, agarré su hombro y lo zarandeé, pero sin resultado. Volví a probar, esta vez más bruscamente, pero nada. Y una tercera vez, pero con el mismo resultado. Si que tiene un sueño profundo, eh. Me quedaba sin opciones y cada vez me encontraba peor. Entonces se me ocurrió una idea, con mi mano libre, suavemente acaricié todo su rostro hasta llegar a su mejilla y ahí, pellizqué con todas mis fuerzas. Después de un sonoro "Ay", Bruno despertó, agarrando su mejilla para evadir el dolor.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué me has hecho eso? -dijo aclarando su mirada y serenándose. -

Ante mi silencio, Bruno me miró a la cara y en seguida notó mi malestar.

-Eric ¿estás bien? Estas más pálido que de costumbre.

Yo me negué con la cabeza y cerré los ojos. Comencé a temblar descontroladamente, de verdad que me moría de frío, a pesar de estar bañado en sudor.

-Oh dios, Eric. ¡Estas sudando!

Gracias por la observación. No me había dado cuenta.

De un tirón me quitó todas las mantas de encima, dejándome al descubierto. El frío aumentó y yo me encogí para conservar el poco calor que me quedaba. ¡Ese estúpido! Me voy a congelar por su culpa.

Entonces pude articular una palabra.

-T-ta-pa-me. -Tartamudeé. -

-¡Tienes muchísima fiebre! No puedo taparte.

Yo me cagué en todo. Si es que...¿quién me manda a mí a esperar bajo la lluvia como un idiota?

Bruno se puso en pie de un salto y corrió a la cocina, en un abrir y cerrar de ojos había vuelto y con una bolsa de hielo en la manos. Me la puso cuidadosamente en la frente y me prohibió quitármela.

Este lo que quiere es matarme.

-Tenemos que bajar la fiebre, no te la quites ¿entendido?

Yo asentí como pude y volví a cerrar los ojos. Bruno se me quedó mirando preocupado. Lo único que podía hacer ahora era esperar.

Pasaban los minutos y Bruno me secaba el sudor, me cubría con sábanas no muy gruesas y me cambiaba la bolsa de hielo por otra más fría. Todo esto mientras yo dormía. También me dió varios medicamentos que tardaron en surgir efecto. Él se acostó a mi lado y de vez en cuando cerraba un poco los ojos, pero en seguida volvía a abrirlos para comprobar mi estado. Se quedó el resto de la noche cuidando de mí.

Fue eso lo que me demostró que clase de persona era Bruno. Parecía que era uno de esos chicos a los que les da igual todo y solamente piensan en sí mismos y en su propio bienestar, pero en realidad era una persona que se preocupa por los demás y siempre trata de ayudar. Me confundí al juzgarlo, no busca el bienestar propio, si no el de los que lo rodean.

Bruno es de esos pocos chicos que realmente, valen la pena.

Pensándolo mejor, olvidaré eso último. La fiebre me hace delirar.


¡Konbanwa mis achuchables unicornios!
¡Yo quiero un Bruno que se quede en vela por mí! (Y me quite las sábanas y me seque el sudor y...) XD
En fin, que espero que les este gustando la historia y querría saber si creen que es un buen momento para meter a otro personaje o mejor más adelante.
¡Conesten onegai shimazu!
Un beso con muuusha saliva♡
Oyasumi nasai ☆

¡No te dejes llevar!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora