"La fiesta"
Alessia
Respira.
No te enojes.
No te enojes, no te enojes no te enojes....
—¡Te ves hermosa!
Mierda.
—¡¿Cómo crees que me voy a ver hermosa si parezco un saco de papas?! ¡¡¡Dime!!!
—Alessia, no te alteres, enserio, te ves divina.
—¡Divina han de ser tus nalgas, Kaitlyn!
—¡Oye, respétame!
—Ni te ofendas, Belita, bien que tienes. —Vaciló la Master, mientras volvía arreglar la falda de mi vestido.
—Ya dejen de discutir, que llevamos más de dos horas intentando que Alessia se ponga un vestido. —Mencionó Abi.
—¿No ves que es una mula?
—¡Raizel!
—Es que no sabemos cómo hacerte entender que te ves hermosa, te queda muy bien el vestido.
—Es q-
—Nada de protestas, es el vestido que te mando tu hermano Cohen. ¿Sabes con qué afán ha de haber buscado este vestido solo por ti, cuánto se demoró y le costó escoger entre tantas opciones, y aun así no quieres ponértelo? —me regañó Kaitlyn mientras ella se ocupaba de mi pelo, que estaba hecho un desastre.
Hace una semana que había llegado el paquete de Cohen, estaba muy entusiasmada al ver lo que me había enviado. Esperaba que sea esa lampara especial para leer libros en las noches, la cual le había rogado que me comprara hace tiempo. Pero, no era lo que yo pensaba.
Solo era este simple vestido.
Aunque...no lo voy a negar, es hermoso.
Claro, en otro cuerpo, no en el mío.
Era un vestido color azul noche.
Tenía un escote de hombros caídos y cuello bandeja, acompañado con unos holanes; las mangas eran largas y holgadas, apretadas en los puños; en su cintura contenía un elástico ancho y delgado, el cual se apegaba a mi cuerpo marcando mi silueta; la falda era en capaz delgadas, las cuales no permitían que se vea abultado—algo que me encantaba— y, sobre todo, tenía un diseño impresionante en los bordes que parecía ser un terminado a mano. Este era de los ciclos de la luna en una secuencia y simetría perfecta, además de unas pequeñas estrellas color dorado que parecía destellos.
Se que Cohen lo eligió para mí, pero yo soy el problema, siempre he sido el problema...
Mi cuerpo es el problema.
Aunque me encantaba...no me sentía cómoda en el.
—Alessiaaaaaaaa
—¿Sí?
—Entonces, ¿qué opinas?
—Kaitlyn...
—No seas así, ¿ahora cuál es el problema?
—El color.
—Ya nos llevas diciendo más de treinta veces la misma escusa. —Espetó Raizel.
Y de nuevo me quede en silencio.
Hace tiempo que ponía pretextos para no usar el vestido, y especialmente me quejaba por el color que no me gusta —lo que era completamente mentira—; realmente quería decirles cuál era el problema, pero, no podía.

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"Una historia de..."
Romantizm«Intentar definir la historia que leemos es algo difícil y fascinante a la vez, pero... ¿por qué no definirla con puntos suspensivos?» Era lo que siempre se preguntaba Alessia, una joven soñadora que anhelaba una aprobación y un abrazo sincero; quie...