CAPÍTULO 4

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Escucho toques de puerta a lo lejos, pienso que es en mi sueño, pero la realidad pasa

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Escucho toques de puerta a lo lejos, pienso que es en mi sueño, pero la realidad pasa. Abro mis ojos lentamente acostumbradome a la luz de la mañana, empiezo a inspeccionar la habitación donde estoy y todos lo recuerdos de la noche anterior llegan a mi mente de un momento.

Yo entrando al apartamento de Adrián, yo llegando al bar, tomando, Aleksi y sus hermanos, nosotros llegando a la habitación de hotel... Nosotros desnudos y, besándonos. Dios, ¿que he hecho? Me he acostado con tres hombres en la misma noche y para completar son familia.

¿Que pensarán de mi?

No me arrepiento, no. Solo que todo pasó muy rápido, y ni los conozco. Pensarán que soy una facilota que se acuesta con el primer hombre que se le cruza por enfrente, pero en este caso fueron tres.

La puerta vuelve a sonar indicando que alguien llama. Me levanto lentamente y veo que mi cuerpo está completamente desnudo, busco con la mirada algo que ponerme pero fallo en el intento porque no encuentro nada con que cubrirme. Resoplo pesadamente y me paso arrastrando conmigo la manta para cubrir mi cuerpo.

La aprieto contra mi para que no se caiga y empiezo a caminar para salír de la habitación y llegar hacia la puerta. La abro y del otro lado veo a un señor un poco regordete y bajo de estatura con una sonrisa en su rostro, me hace una señal con la cabeza para entrar y asiento. Arrastra con él un carrito donde yacen bandejas con comida, servilletas, cubiertos y una hoja doblada.

Lo miro y me mira de arriba a abajo para luego darme aún más una sonrisa grande que me hace sentir un poco incomoda. Correspondo por amabilidad, ya que me da un poco de miedo y me deja nerviosa, mientras tanto aprieto más la manta en mi pecho.

— Buenos días señorita —dice y respondo con un asentimiento de cabeza. El hombre mira las bandejas— Me han pedido traer su desayuno por petición del señor Bakken.

¿Señor Bakken?

Pone sus manos tras su espalda baja y sale por la puerta cerrandola en el proceso. Veo las bandejas de comida un buen rato pensando en si debería o no comer. Al final decido en tomar el carrito de comida y arrastrarlo conmigo hacia la habitación

Llego hasta la cama y me siento en ella con el carrito a mi frente. Me quedo mirando la nota que hay y con cuidado la tomo entre mis manos para mirarla con atención, ¿debería abrir y ver que dice? Inflo mis mejillas conteniendo el aire por unos segundos y luego lo suelto lento pero ruidosamente aún sin despegar mi vista de la pequeña hoja rasgada.

Decido por abrirla y dejar de tonterías.

Fue una noche increíble, Dulzura. Nos veremos pronto.

Att : A.B.


¿A.B? ¿Quien carajos es?
Yo no sé. Esta vez no lo sé conciencia.

Una relación, 4 corazónesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora