CAPÍTULO 8

1.9K 127 5
                                    

Despierto por el fuerte ruido que se escucha fuera de la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Despierto por el fuerte ruido que se escucha fuera de la habitación. Música en un muy alto volumen hace que mis paredes vibren un poco por la fuerza que produce. Enojada y sabiendo de donde viene todo ese bullicio me lavanto de mi calentita cama, pongo mis pantuflas para ir hacia la puerta y salir apresurada para lanzarme encima de la persona que me ha despertado.

Camino por el pasillo y paso por una puerta antes de pararme en mi destino y tocar fuerte para hacerme escuchar y abra de una maldita vez. Gracias al cielo la música se detiene al escuchar mis golpes y un sonriente Sander sale de la habitación con una toalla enredada en su cadera y de sus cabellos negros salen gotitas de agua empapando parte de su pecho lleno de tatuajes.

Esto es incómodo.

Si.

-¿Te he despertado, princesita?-pregunta con un tono de burla a lo que rápidamente lo miro para lanzarme contra él haciendo que los dos caigamos al frio suelo-¡¿Qué te pasa salvaje?! -grita y toma de mi cintura para alejarme, cosa que no haré y agarro de su cabello para jalar un poco.

-Son apenas las 7 de la mañana y me despiertas con tu música a todo volumen inepto-intenta una vez más alejarme de su cuerpo y está vez me dejo porque me he cansado y no esta bien que esté encima de mi hermano.

Me aleja por completo de él y me levanto del suelo noto como su toalla se a corrido un poco de su lugar. Suelto un pequeño grito y me doy vuelta rápidamente para evitar ver algo indebido.

Escucho como suelta una risita y se levanta del suelo.

- Pará tu información son más de la 10 de la mañana, princesita -giro mi cabeza como la niña del exorcista y abro los ojos como platos-. Por eso he puesto mi música para poder despertarte. De nada.

-¿Tan tarde me he despertado?-Sander rueda los ojos para luego asentir y acomodar un poco más su toalla.

- Hasta creí que ibas a seguir de largo y no despertar en toda la tarde -pasa su mano derecha por su cabello y lo desordena un poco-. Deberías agradecerme por el detalle de despertarte, hermanita.

Ruedo los ojos y salgo de la habitación para irme a la mia. Al llegar cierro la puerta a mis espaldas y me vuelvo a tirar boca abajo en mi caliente cama, me pongo una almohada en la cabeza para tapar mis oídos al escuchar la fuerte música que se escucha fuera.

Maldito, Sander.

Tienes razón.

Quito la almohada de mi cabeza y me enderezó boca arriba para luego tomar mi teléfono que posa en la mesa de noche y lo enciendo para asegurarme que Sander no me ha mentido y no son más de las 10 de la mañana. Carajo. Veo la hora y ya son más de las once treinta.

Me siento en la cama recostandome en la cabecera acolchada. Desbloqueo el aparato y tengo un mensaje de Elías, con una sonrisa en la cara entro en su chat y reviso su mensaje.

Una relación, 4 corazónesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora