01; Amigos

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—Eijiro, despierta.—Su madre le acaricia el cabello mientras él tan sólo se queja por tener que levantarse tan pronto para ir a la escuela.

Kirishima no tarda mucho en levantarse de la cama. Con un bostezo pisa el frío piso y siente un pequeño escalofrío recorrer su espalda por el contacto frío del piso con su pie descalzo. Rápidamente se pone sus pantuflas y baja las escaleras hacia la cocina, dónde su padre y hermano mayor ya están sentados esperando a que su madre termine de preparar el desayuno.

—Buenos días.—Saluda, sentándose en frente de su hermano Tamaki, quién tan sólo mueve su mano de lado a lado en forma de saludo. Su padre no contesta mientras sigue demasiado interesado leyendo el periódico matutino.

Su madre pocos minutos después viene con el desayuno para lo cuatro integrantes de la familia Kirishima.
Eijiro come rápidamente para después simplemente dejar su plato vacío en el fregadero y correr escaleras arriba para preparar lo que necesita para la jornada escolar.
Se viste y prepara los cuadernos que necesita para ese día, agarra su teléfono y ve que hace apenas unos minutos ha recibido un mensaje.

Blasty

Estoy cerca de tu
casa. Date prisa o me iré
sin ti. 07:22

Enseguida bajo Blasty ✓✓
07:24

Sonríe y guarda el teléfono en uno de los bolsillos de su mochila, con la mochila en el hombro vuelve a bajar hasta el salón dónde su padre sigue leyendo el periódico y su madre limpia los platos que han usado para el desayuno.

—Eijiro, no te olvides de llevarte un abrigo y un paraguas, dicen que lloverá estos días.

—Sí, mamá. Tengo que irme o si no llegaré tarde, nos vemos en la noche.

Se despidió de toda su familia, agarró un abrigo y un paraguas y salió de casa. Lo primero que vió fue a Katsuki esperándolo mientras miraba sin mucho interés su teléfono.

—¡Blasty! Buenos días.—Saludó, y corriendo fue hacia el rubio que ya había despegado la mirada de la pantalla de su celular.

—Te has tardado mucho, estuve a punto de irme sin ti y dejarte aquí abandonado.

—¿Qué? No he tardado casi nada. Además, las clases empiezan en quince minutos y mi casa está apenas a una cuadra de la escuela. Llegaremos a tiempo.

Katsuki rodó los ojos con una pequeña sonrisa en sus labios. Posteriormente, el rubio guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta.

—Está bien, andando.

Así ambos adolescentes comenzaron a caminar a la par mientras hablaban de temas cotidianos y hacían bromas entre ellos hasta que llegaron a la escuela.

。⁠:゚⁠:⁠。﹏﹏﹏⁠﹏﹏﹏﹏。⁠:゚⁠:⁠。

Las clases pasaron con normalidad, un lunes normal cómo cualquier otro.
Katsuki y Eijiro repitieron el mismo recorrido de la mañana.

—Falta poco para tu cumpleaños.—Recuerda Katsuki, y Eijiro asiente con la cabeza.—¿Podremos celebrarlo juntos esta vez?

—No lo creo, sabes que a mis padres no les agrada para nada tu familia. Creen que tus padres te dan mucha libertad y eso no les gusta para nada.
Además de eso, no eres santo de su devoción.

—¿Por qué? Nos conocemos desde hace dos años, y desde entonces no hemos podido celebrar ni un sólo cumpleaños juntos. Eres mi mejor amigo, y me molesta tan sólo poder verte en la escuela.

—Ya sabes porque no les caes bien.
Los rumores... Sabes lo que dicen los rumores y también sabes que que ellos no aprueban eso.

—¿Se enteraron de los rumores de que soy gay y por eso no te dejan pasar tiempo conmigo?

—Exactamente. Ellos tienen miedo de que te enamores de mí o de que yo en algún momento me llegué a sentir atraído por ti. Y creen que tus padres tienen algo que ver por el tipo de educación que te han dado, es por eso que no quieren estar cerca de tu familia.

Katsuki no se atreve a decir nada más, pensando en lo que acaba de decir su mejor amigo. Lo entiende, los rumores llevan mucho tiempo recorriendo la pequeña ciudad, todos creen que Katsuki Bakugou es homosexual, y lo peor es que no se equivocan. Pero no sabe cómo reaccionaría Kirishima al saber que todos los rumores son ciertos, el pelinegro cree que todo es mentira.

—Blasty.—Kirishima lo llama, y el rubio gira la cabeza.—El día después de mi cumpleaños mis padres se irán a cenar, y mi hermano probablemente no estará en casa. Te mandaré un mensaje y dejaré la puerta abierta, si quieres puedes venir y celebrarlo, seguro que queda algún trozo de tarta para ti.

Katsuki le sonríe y Kirishima le devuelve la sonrisa. El rubio se vuelve a colocar la mochila de manera correcta sobre los hombros mientras que Kirishima simplemente sigue mirando al frente, puede ver su casa no muy lejos por lo que sabe que es hora de despedirse del rubio, porque sus padres no les gusta ver a su hijo cerca del menor de los Bakugou.

—Creo que este es un buen lugar para despedirse. Nos vemos mañana, Blasty. Mándame un mensaje cuando llegues a casa.

—Eso haré. Hasta mañana Eijiro.

Se regalan una última sonrisa y cada uno sigue su camino. Eijiro tarda apenas unos minutos en llegar hasta su casa, que abre sin mucho esfuerzo.
Está completamente vacía, su hermano sigue en la universidad y sus padres están trabajando. Sube las escaleras hasta su habitación dónde deja su mochila y se cambia de ropa a una más cómoda. Saca su teléfono y ve que hace unos minutos recibió el mensaje de Katsuki diciendo que ha llegado con éxito a su casa.

Baja las escaleras para buscar algo de comer. En una nota su madre le comunica que tiene comida en la nevera y que lo único que tiene que hacer es calentarla en el microondas y servirla en un plato. Sigue al pie de la letra la nota de su madre y mientras está comiendo no puede evitar quedarse viendo la foto familiar que está colgada en la pared del salón.

Su sonrisa y probablemente la del resto de integrantes de su familia era fingida, él realmente no quería salir en esa foto. Pero la familia Kirishima era una de las más respetadas en la pequeña ciudad, sus padres tenían amistades con la mayoría de vecinos, eran fieles seguidores de Dios e iban los cuatro en familia a misa cada domingo. Eran la familia perfecta a vista de todos, y no podían manchar esa imagen, es por eso que cada año hacían una foto familiar que más tarde era colgada en la pared del salón, así cada vez que entrara alguien nadie dudaría de que eran la familia ideal.

La realidad es muy diferente, a sus padres lo único que les importa es la imagen y el exterior, realmente no les importaba si sus hijos eran felices.
Sacude la cabeza para alejar esos pensamientos de él, no es correcto pensar eso de sus padres, pensaba él, nadie, mucho menos él, tiene derecho a juzgar a su propia familia.

Holaaaaa!

Este es el primer capítulo de la nueva historia, espero que sea de vuestro agrado y que reciba apoyo.








•Freedom• (Bakushima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora