05; Sentimientos

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Semanas después, por fin ha vuelto a hablar con Kirishima. Fue un procedimiento largo, pero al fin pudo conseguirlo, supo que Eijiro también lo extrañó tanto cómo él.

-¿Sabes? Mina y yo saldremos este viernes, al cine.-Dice Kirishima sonriente, dejando a Katsuki con un mal sabor de boca.

-Así que finalmente has tenido la valentía de acercarte a ella.-Trata de sonar lo más feliz posible, cómo actuaría un amigo normal al saber que su mejor amigo tendrá una cita con la chica que le gusta.

-Sí, algo me dice que esto va a salir bien.

–¿Tus padres te dejaran salir un viernes en la noche con una mujer?–Pregunta Bakugou, pues realmente le extraña, sabe cómo son los padres de su amigo.

Eijiro suelta un suspiro, y de repente agacha la mirada, cómo si estuviera a punto de hacer una confesión altamente vergonzosa, nunca ha visto a Eijiro de ese modo, podría jurar que quiere que la tierra lo trague.

–En realidad, no. Les he dicho que saldría con unos monaguillos de la iglesia, son un grupo de chicos de nuestra edad. Sabía que esas eran las únicas personas con las que me dejarían salir en la noche.

–Vaya Eijiro, eres todo un rebelde.–Katsuki suelta una risa por la nariz.

De nuevo el bochorno ataca a Eijiro, quién ya se siente demasiado culpable por mentirles tantas veces a sus padres, siempre le han dicho que mentir es algo que está mal, y eso quiere decir que él hace muchas cosas malas. Se siente algo mal, pero esa chica le gusta y quiere salir con ella, tal y cómo lo haría alguien de su edad normal y corriente.

–Aún así, tengo que estar en casa a las diez cómo máximo.–Eijiro suelta un bufido.

A pesar de que Bakugou le está sonriendo, lo cierto es que es la sonrisa más falsa que ha hecho en su vida. No le gusta que Eijiro le mienta a sus padres, ya sabe cómo puede acabar para el pelinegro si estos lo descubren, como tampoco quiere que Eijiro tenga una cita con esa tal Mina, pues a él le gusta mucho Kirishima, no quiere que se enamore de alguien que no sea él, y tal vez está siendo egoísta, porque nunca, jamás, le dirá sus sentimientos hacia él. Eso lo enoja sobremanera, no poder decirle lo que
siente, a él nunca le agradó guardar secretos. Además, si Eijiro se llegara a enamorar de él supondría un gran sufrimiento para Kirishima, lo pasaría fatal al saber que tiene unos gustos que su propia familia odia. No puede desear que Kirishima se enamore de él sabiendo lo mal que este lo podría pasar, pero aún así, el deseo de ser correspondido es inevitable.

–Buena suerte. Me contarás todo, ¿verdad?

Kirishima alza la mirada hacia él, al parecer esa corta frase ha hecho que toda la vergüenza anterior se vaya en un abrir y cerrar de ojos, Eijiro sonríe. Bakugou también le sonríe, pero al parecer Eijiro no puede ver que es una sonrisa fingida. Kirishima se despide de él, pues no quiere que sus padres lo vean con Bakugou, sabe que puede suponer graves consecuencias para él. Los padres de Eijiro están realmente decepcionados con este, y lo tienen muy vigilado desde entonces, no lo dejan sólo ni un segundo. Para su fortuna, ese día ha logrado convencer a sus padres para que no pasaran a buscarlo a la escuela.

Aún así, tras haber sido acompañado por su mejor amigo no puede evitar no pensar de más, a pesar de haber estado contándole sobre su cita a Bakugou, lo cierto es que no ha dejado de pensar durante todo el camino de vuelta. Las palabras de su padre dan vueltas en su cabeza, en un torbellino sin fin. Es estresante, tampoco es para tanto, pero para él significan muchas cosas. Han pasado semanas, y aún así no puede sacarlo de su cabeza.

Flashback.

Kaito Kirishima le pidió a su hijo hablar antes de ir hacia las escaleras. Kirishima, demasiado intrigado y sin pensarlo dos veces fue tras él, dejando a su hermano y a su madre solos en la cocina.

–¿Que pasa papá?–Preguntó Eijiro.

–Eijiro.–El semblante serio y la frialdad con la que el adulto pronunció su nombre paralizó al nombrado, demasiado cobarde cómo para ni siquiera mover un músculo.–¿Sabes lo que dicen sobre Katsuki Bakugou, cierto?

De nuevo con ese tema. Sinceramente, Eijiro estaba cansado de que cada vez que mencionaran al rubio alguien tuviera que sacar el tema sobre los rumores de que era homosexual.
Bakugou ya le había dicho que era una gran mentira que habían inventado para perjudicarlo, pero que todo lo dicho era un engaño.

–Claro que lo sé.

–¿Es que acaso no te importa su... Condición?

–¿Ser homosexual es una condición?–Preguntó, porque genuinamente tuvo esa duda. Siempre había escuchado que eso era un pecado, una enfermedad pero nunca había escuchado que fuera una condición.

–Eijiro, no juegues. Sabes lo que dicen mis amistades y las de tu madre.

–Me da igual lo que digan ellos. Yo sé cómo es mi amigo.

–¿Que pasa, eh? ¿Acaso ese Bakugou te gusta y por eso te juntas con él?

En cuánto lo escuchó, Eijiro sintió algo extraño en su estómago y pecho. No fue asco con la idea de estar enamorado de Katsuki, no sabía cómo describirlo, pero no estaba asqueado si no todo lo contrario. Y fue raro, porque nunca se había sentido así.

–No... ¿Cómo él me va a gustar?

–Me alegra escuchar eso jovencito. Porque de lo contrario espera el peor castigo de toda tu vida.

Y sin más su padre siguió su camino hasta el dormitorio que compartía con su esposa. Y Kirishima se quedó ahí, en medio del pasillo mientras esa sensación en su pecho seguía algo presente. Decidió ignorarlo, pensando que algo de la cena le había sentado mal. Y ahora, tras tanto tiempo pensando en ello, comenzaba a dudar, pues no era la primera vez que lo sentía.







•Freedom• (Bakushima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora