•Freedom• (Bakushima)

20; Separación

Al día siguiente, mientras Kaito se encuentra en la mesa de la cocina desayunando una tostada con mantequilla, su aún esposa entra en el lugar, llevando con ella un papel y un bolígrafo. Una vez que está lo suficientemente cerca de él, deja ambos objetos en la mesa, bajo la mirada confundida del señor Kirishima, que no entiende nada.

-Firma rápido, no tenemos todo el tiempo del mundo.-Dice con rudeza la mujer, y sin más se va, dejando a su marido confundido y sólo.

El hombre agarra el papel con su mano, y lo lee con atención. Cuándo las palabras toman sentido en su cabeza, va corriendo hacia dónde está Hanako.

-¡Hanako!-Llama, y la nombrada se gira.-Esto son...

No termina la frase pues la mujer lo hace por él.-Exacto, son los papeles de divorcio.

-¿Divorcio? ¿Cómo te vas a divorciar? Sin mí no eres nada Hanako.

-¿Sin ti? Sin ti lo único que cambiará será mi apellido, volveré a tener mi apellido de soltera, eso es todo. El resto, será exactamente igual si no estás.

-No eres capaz. No puedes hacerme esto.-Trata de sonar como si esta vez fuera la verdadera víctima en la situación.

-Claro que puedo.-Afirma Hanako.-Cómo también puedo echarte de esta casa.

-¿Y dónde viviré?

-Vete a casa de esa chica, Aiko.-Dice la mujer.

-Aiko me ha dejado.

-Te lo mereces.-Responde ella.-Porque dime, ella no fue la única con la que me fuiste infiel, ¿verdad?

El hombre tan sólo baja la mirada hacia el piso, avergonzado de repente.

-¿Cuántas más ha habido?-Insiste en saber Hanako.

-Cuatro.-Admite Kaito en voz baja, tanto que es casi un susurro.-Sin contar a Aiko.

-¿Cuatro mujeres distintas?-Suena más a una afirmación que una pregunta, pero aún así, el señor Kirishima asiente con la cabeza.

Hanako tan sólo cubre su rostro, decepcionada y frustrada.-Eres asqueroso... Dices que nuestro hijo es un pecador, pero tú también lo eres, incluso más que él.

-No me pongas al mismo nivel que Eijiro. Yo he cometido errores, pero él...

-No, al revés. Lamento poner a nuestro hijo a tu nivel.

Kaito tan sólo rueda los ojos, con aire de fastidio, pero aún así, no dice nada. Ante el silencio del hombre, Hanako decide seguir hablando.

-Firmaras esos papeles, te irás de esta casa, y yo me quedaré con nuestros hijos.

-De acuerdo, no me interesa estar con Eijiro.-Accede sin más el señor Kirishima.-Él es una verdadera decepción. Firmaré los papeles, pero déjame quedarme aquí. No tengo otro lugar al que ir.

-Vete a casa de alguna de tus novias, cualquiera de las cuatro. Y si todas te han dejado, me alegro.-Kaito la mira a los ojos, cómo si quisiera darle lástima.-Ya te he hecho las maletas, están en nuestra habitación.

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Tamaki horas después llega a su casa tras una nueva visita a su hermano menor a casa de los Ashido. Se alegra de verdad de que allí este bien y lo traten cómo alguien como él merece.
Cierra la puerta una vez que entra en la casa, y deja sus llaves en el recibidor. Ve a su madre sentada en una silla, tapando su rostro con sus manos, él, creyendo que su madre se encuentra llorando, comienza a acercarse hacia ella. Antes de poder estar lo suficientemente cerca para tocar su hombro, ella lo mira a los ojos y se tira a sus brazos.