A la mañana siguiente, entro por la puerta del comedor y me dirijo a la mesa para coger algo de comida.
—Buenos días Naia, ¿lo de ayer? —Me pregunta Fermín alegre a lo que asiento con pocas ganas de empezar el día.
Me siento con los maleantes y las hermanitas de caridad, al lado de Cayetano, específicamente. Hablan sobre temas insignificante que no atiendo y sigo desayunando en mis pensamientos, hasta que Marcos se acerca a la mesa con cara de matar a alguien y eso me crea un repullo que Cayetano nota y pone su mano sobre la mía para tranquilizarme.
—Mira, me tenéis hasta los huevos —Protesta el chico echando humos.
Entonces, le pega un buen puñetazo a Iván que, al instante se levanta y lo agarra para pegarle.
Todos reaccionamos rápido y nos levantamos a separarlos. La limpiadora se acerca en cuanto ve lo ocurrido y grita asustada sin parar que se separen sin obtener ningún tipo de respuesta por parte de nadie. Pero al haber tanto movimiento, en un empujón hacia atrás, me agarro a ella inconscientemente y le rajo la ropa sin intenciones. La limpiadora se dirige bruscamente hacia mí y se acerca tapándose la zona rajada.
—¿¡Pero qué haces!? ¿¡Te crees muy valiente con tus nuevos amiguitos!? —Grita a centímetros de mi cara.
La miro fijamente, pero a lo lejos veo a los chicos ya separados por Carolina y mirando sin disimulo alguno.
—¡Tata! —Escucho a mi hermano gritar, pero Victoria le agarra para que no se acerque.
—¿¡Eh!? ¡Contesta! —Me sigue hablando la chacha al ver que paso de ella y no respondo.
Me agarra fuerte del brazo, debido a la furia que tiene y me empuja haciéndome reaccionar al instante y provocando gritos por mi parte.
—¡Joder! ¡Ni se te ocurra volver a ponerme una mano encima! ¿¡Estas loca o que te pasa!? —Grito descontrolada.
—¿Loca? —Se pregunta la chacha para si misma en un tono bajo mientras me mira imponente y cabreada, pero de una manera extrema, con ganas de ahorcarme. Y sin más, lo hace, me agarra del cuello mientras me habla pero no presto atención a lo que dice, mi mundo está dando vueltas, parece una especie de pesadilla repetida. Solo escucho a mi hermano gritar de fondo, a Fermín gritándole a María que me suelte mientras la agarra y un montón de recuerdos rondando rápidamente por mi mente mientras intento soltarme de su agarre sin mucho esfuerzo y éxito con mi mundo paralizado.
Hasta que Fermín logra que me suelte y la deja detrás suyo. Instintivamente me toco suavemente el cuello mientras retrocedo algo asustada. Un gran silencio inunda la sala.
—¿Estás bien, Naia? —Me pregunta Roque en un tono silencio.
Asiento con la cabeza casi por obligación.
—¿Seguro? —Pregunta de nuevo Vicky, que suelta a mi hermano.
Pero en vez de responder, me dispongo a salir del comedor mirando al suelo mientras Fermín regaña a los chicos con toda la sala atendiendo en la situación.
Siento algo abrazarme por la altura de la cintura y veo a mi hermano preocupado, a lo que solo lo aparto e Iván corresponde a su lado y lo coge para que siga mi camino hacia adelante mientras me arrepiento de lo que acabo de hacerle a mi hermano, me temo que no es el momento.
Me dirijo apresurada a mi habitación con un leve dolor en el cuello. Por los pasillos me encuentro a Héctor deambulando tranquilamente, pero al verme su expresión cambia a una más seria y extrañada.
—Naia, ¿te encuentras bien? —Me para el director para preguntarme.
Se me corta la voz y lo único que respondo es un sí forzado. Me vengaré de aquella señora, pero no contándoselo al director.
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𝐋𝐎𝐒 𝐆𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍 - 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙇𝙖𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙉𝙚𝙜𝙧𝙖
RandomNaia es una niña de 16 años que ha tenido una vida difícil y más desde que nació su hermano Izan cuando ella tenía apenas 11 años. Es una niña reservada pero si la enfadan no es de las que se callan, también con muchos problemas ya que su padre no p...