Estamos ambas chicas en el despacho de Elsa, una al lado de la otra en cada silla. Solo se escuchan nuestras respiraciones aún algo agitadas debido al silencio.
—¿Por qué me haces esto, Julia? —Murmuro tras mirarla con la mirada llena de decepción.
La chica no responde, ni siquiera levanta la cabeza.
—No sé cómo se me ocurrió volver a confiar en tí —Casi que maldigo del odio con el que lo digo-.
—Soy idiota —Susurra ella por fin.
—Pues sí, lo eres.
De una vez por todas, me mira a los ojos sorprendida por mi tan sincera respuesta. Aprovechando eso, decido volver al tema.
—Dime una cosa. ¿La bromita la llevas preparando desde la noche que salimos al bosque o se te ha ocurrido hoy? —Le pregunto acercando mi cabeza intentando contenerme.
—¿Y qué más da? —Espeta cansada de la conversación.
Entonces, Elsa y Héctor entran en el despacho haciéndonos callar al instante y ambas dejamos de mirarnos para mirar a los recién llegados.
Ellos nos miran con desprecio también, pero ni mucho menos como el que yo miro a Julia.
—¿Qué ha ocurrido en la habitación? —Comienza preguntando Elsa.
Se cruza de brazos frente a nosotras sin sentarse en su silla.
No sé porqué, mi mirada se dirige a Héctor, el cual no levanta su vista sobre mí.
—¿No pensáis decir nada? —Vuelve a preguntarnos la directora.
Vuelvo a la realidad para mirar a la suso dicha.
—Tendréis dos semanas de cuadras. Venga, fuera —Ordena.
Ambas nos levantamos lentamente de nuestros asientos para marcharnos.
—Naia, tú no —Habla Héctor esta vez.
Me paralizo instantáneamente al escucharlo y me vuelvo a sentar viendo cómo Julia se marcha a mis espaldas.
—¿Erais amigas, cierto? —Pregunta Héctor sorprendiéndome.
—¿Qué? —No creo lo que oigo.
—Sabemos que Julia y tú erais amigas —Repite esta vez Elsa.
—¿Quién os ha dicho eso? —Intento indagar algo alterada.
—¿Eso qué más da?
—¿Quién fue? —Repito seria.
—Su madre —Confiesa el mayor.
Aprieto mis puños con ira y maldigo para mis adentros deseando marcharme de una jodida vez.
—Sabemos lo que os pasó, pero no el porqué —Murmura Elsa intentando abrir el tema.
—No es de vuestra incumbencia —Murmuro con la cabeza agachada.
—Claro que sí, ambas formáis parte del centro —Debate Héctor.
Me quedo en silencio sin saber cómo huir de esta situación.
—¿Le pegaste por eso? —Me pregunta finalmente, Elsa.
Levanto la cabeza a la velocidad de la luz para mirarla, al igual que hace Héctor. Si no fuera por el momento en el que estamos, le dedicaría una inmensa sonrisa.
—¿Qué? ¡Claro que no! —Alzo la voz como si me sintiera amenazada.
—¡Pues cuéntanos qué pasó, Naia! —Me grita la directora de vuelta.
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𝐋𝐎𝐒 𝐆𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍 - 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙇𝙖𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙉𝙚𝙜𝙧𝙖
RandomNaia es una niña de 16 años que ha tenido una vida difícil y más desde que nació su hermano Izan cuando ella tenía apenas 11 años. Es una niña reservada pero si la enfadan no es de las que se callan, también con muchos problemas ya que su padre no p...