Estoy en el coche con mi padre conduciendo y mi hermano pequeño Izan apoyado en mi hombre mientras duerme a mi lado. Yo en cambio, voy mirando por la ventana cómo entramos por un bosque que se encuentra algo apartado del resto de la población, pero no sé a donde lleva, ya que mi padre es incapaz de decírmelo y no quiero discutir con él, menos aún con mi hermano delante. Mi padre no para de mirarme por el espejo retrovisor con una pequeña sonrisa de superioridad, la cual cree que no veo y seguro que tiene que ver con nuestro destino. Al ser un camino largo y aburrido que parece no llegar a ninguna parte, decido dormirme hasta llegar a donde sea que vayamos.
—★—
Mi hermano me zarandea de un lado a otro obligándome a despertar.
—Despierta tata, que ya llevas mucho rato dormida —Escucho su dulce voz a mi lado.
—¿Ya hemos llegado? —Pregunto con la voz aún dormida, sin obtener respuesta.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me dormí, pero lo que si sé es que estoy atravesando una gran verja de un sitio que parece algo viejo pero bonito.
—Bajaros, ya hemos llegado —Se limita a decirnos nuestro padre al frenar el coche.
—¿Donde estamos? —Pregunto intentando saberlo a través de la ventana con el ceño fruncido.
—Coge tus cosas y las de tu hermano —Me dice él ignorando mi pregunta.
Salgo del coche bostezando con algo de sueño, bajo a mi hermano del coche y miro a mi alrededor mientras voy al maletero. Veo un gran edificio con mucha vegetación y mucha gente al rededor abrazándose entre ellos y sacando maletas, hasta que a lo lejos veo un cartel en el que pone Internado Laguna Negra y mis ojos se abren como platos ¿Tanto nos odia cómo para mandarnos a un internado?
—Izan, cariño, quédate aquí con las maletas, ¿vale? —Le digo a mi hermano con dulzura en mi voz, bueno, lo mucho que puedo.
—¿A dónde vas? —Me pregunta inocentemente.
—No te preocupes, ahora vuelvo —Dejo las maletas al lado de mi hermano y suelto su mano antes de dejar un beso cariñoso en su frente.
Rápido y cabreada, me dirijo a la ventanilla del asiento del conductor, en el que se encuentra mi padre con una sonrisa poderosa haciéndome rabiar más aún.
Aprieto mis puños intentando controlarme.
—¿Que mierda es esto? —Le pregunto a mi padre en un alto tono.
—Un internado. ¿No lo ves? —Me responde irónicamente señalando el cártel.
—¿En serio papá? ¡No pienso quedarme aquí con Izan! — Alzo la voz.
Miro de reojo a mí alrededor para ver qué algunas miradas de fijan en nosotros, pero la de mi hermano no, menos mal.
—¡Mira niña, me da igual lo que quieras o no! ¡Te vas a quedar aquí con tu hermano a estudiar, que para eso lo he pagado y no me vuelvas a rechistar! — Eleva el tono imponente y cabreado dándole un golpe al volante, asustándome.
Mis vista se nubla debido a las lágrimas que intentan salir, pero lucho para que no lo hagan.
Y después, no dice nada más, ya que le llaman al teléfono, seguramente por trabajo, o a saber porqué y no duda en cogerlo al instante. Arranca el coche sin siquiera mirarme.
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𝐋𝐎𝐒 𝐆𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍 - 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙇𝙖𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙉𝙚𝙜𝙧𝙖
De TodoNaia es una niña de 16 años que ha tenido una vida difícil y más desde que nació su hermano Izan cuando ella tenía apenas 11 años. Es una niña reservada pero si la enfadan no es de las que se callan, también con muchos problemas ya que su padre no p...