5| ᴇʟ ᴘʀɪᴍᴏ ʟᴀɪᴀɴ

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Estamos en clase de latín, Marcos está en la pizarra escribiendo mientras algunos hablan, copian, se mandan notas. Yo tengo un sueño tremendo ya que ayer apenas dormí. Estoy sentada junto a Caye, que no para de llamarme la atención para que no me tumbe en la mesa.

Cuando me quiero dar cuenta, el timbre suena y la clase queda finalizada. Todos nos levantamos e Iván se dirige a la mesa de Marcos.

—Se te dan muy bien las lenguas muertas. —Le suelta sin más—. Normal, como tus padres están muertos. —Sigue él, pero Marcos simplemente se para enfrente suya y pone su mano en el hombro de Iván.

—¿Sabes? Sois todos unos mierdas. — Veo el odio de su mirada.

Iván mira la mano en su hombro, pero Carol reacciona.

—Marcos, ¿de dónde has sacado ese anillo? —Le pregunta Carol agarrando su muñeca alterada.

—Es el anillo de Alfonso. —Agrega Victoria cómo para si misma.

Cayetano intenta pararlo, pero no funciona, así que le agarro del jersey haciéndole parar.

—Marcos, dime de dónde has sacado ese anillo, es muy importante. —Al ver la seriedad en mi cara, me responde.

—Me lo ha dado mi hermana. ¿Algún problema? —Marcos me responde con bordería y sin más se va seguido de nosotros.

Cruzamos la esquina y mi cuerpo se paraliza al ver quién hay esperando en la entrada para entrar al despacho de Héctor con un par de maletas. Es Laian. Me localiza rápidamente con la mirada y me sonríe alegremente. Echo a correr hacia él y lo envuelvo en un gran abrazo, al igual que él a mi.

Mis amigos se acercan extrañados y me separo de él.

—¡Laian! —Un enano de cinco años, osea mi hermano, se avalancha a sus brazos tras gritar su nombre y lo abraza con fuerza—. ¡Sabía que vendrías! —Sigue mi hermano entusiasmado a lo que Laian ríe con alegría.

—Espera, ¿le dijiste a Izan que venías y a mí no? —Le pregunto extrañada y con falsa ofensa.

Mi primo solo se encoge de hombros.

—¿Y tú quién eres? —Le pregunta Iván algo borde cortando el momento.

Laian se molesta en responder, pero la puerta del despacho de abre y sale Héctor buscándole con la mirada hasta que nos ve y se acerca.

—Vaya, veo que ya os conocéis. ¿Laian verdad? —Comenta Héctor al agitando el pelo de Izan mientras él sonríe.

—El mismo. Soy el primo de Izan y Naia. —Me pasa el brazo por encima con una alegre sonrisa infinita.

A los chicos, sobre todo a Cayetano, les cambia la cara a una de más sorpresa todavía.

Héctor invita a Laian a que pase al despacho y Cayetano y Roque se sienta en la escalera. Los seguimos y nos sentamos con ellos excepto Victoria y Carolina que pasan de largo y suben las escaleras.

—Tata, ¿y por qué ha venido Laian aquí? —Me pregunta Izan a lo que los maleantes nos miran atentos a la conversación.

—Pues no se enano, luego se lo preguntas. —Le respondo sonriente.

—A lo mejor ha venido para sacarnos de aquí. —Izan da unos pequeños saltos entusiasmado.

—No renacuajo, eso no lo puede hacer él. —Le responde Iván intentando que lo comprenda.

—¿Por qué no? ¿Nunca vamos a salir de aquí? - Su entusiasmo desaparece y se vuelve a sentar.

Me quedo paralizada pensando en que decir y al parecer los demás también. Pero Laian sale del despacho y a Izan se le olvida la pregunta, porque se acerca a abrazar a Laian con fuerza. Su llegada le ha entusiasmado.

—¿Me acompañáis a mi habitación? Héctor me ha dicho que es esta. —Nos enseña una pequeña nota con el número de la habitación.

—¿Ahora vamos a compartir habitación contigo? —Pregunta Roque sorprendido, pero no entiendo la intención.

—Si vuestra habitación es esta supongo que sí. —Laian usa su sarcasmo y seguido Iván le mira con cara de pocos amigos que cambia al ver que lo miro fijamente.

Mi hermano Izan se va a jugar con aquel niño, Javier Holgado y nosotros subimos a las habitaciones para que mi primo deje todas sus cosas y se instale explicándole un poco todo.

Una vez terminamos nos disponemos a salir detrás de Cayetano que dice haber visto algo.

—Chicos, acabo de ver a Carol y Vicky salir corriendo con Paula, la hermana de Marcos. —Nos cuenta en un alto susurro.

—Estas dos están tramando algo, vamos a seguirlas. —Y después del comentario de Iván, salimos por la puerta hasta la salida, donde ellas están.

Laian me pregunta qué ocurre, qué seguimos y para qué. No sé si quiero meter a mi primo en este lío.

—Luego ya te lo contaré. —Y sin más le mando a callar con un gesto.

Nos acercamos a ese arbusto en el que se esconden del patio. Iván les da un susto y Roque y Cayetano se ríen en el susurro para que no nos pillen al ver que se han dado un gran susto. Laian y yo simplemente miramos.

—¿Qué hacéis aquí? ¿Qué pretendéis? —Le pregunta Caye a las chicas, pero responde la pequeña.

—No te lo podemos decir, es un secreto de chicas. —Paulita se ríe alegre tras la cara abrumadora de Iván.

—Ya Paulita, pero yo soy una chica, ¿me lo dices a mí? —La convenzo, y ahora es Carolina la que me mira con cara abrumadora.

—Es que las voy a acompañar para buscar un anillo como el de mi hermano, porque están en peligro. —Me susurra mirando a los lados cómo si nadie la escuchara.

Mi primo me mira extrañado haciéndome señas que no logro entender.

—Bien, Roque hazte un tobillo. —Iván ordena y Roque actúa.

Se va al medio del patio y finge doblarse el tobillo muy dolorido mientras nosotros echamos a correr para escalar el muro sin que nos vean. Agarro la mano de mi primo Laian y tiro de él para que corra mientras el jardinero se acerca a ayudar a Roque. Ya estamos fuera.

1/04/23

𝐋𝐎𝐒 𝐆𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍 - 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙇𝙖𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙉𝙚𝙜𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora