𝐋𝐎𝐒 𝐆𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍 - 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙙𝙤 𝙇𝙖𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙉𝙚𝙜𝙧𝙖

22|ʟᴀ ᴄɪɴᴛᴀ ʏ ʟᴀ ʙʀᴏᴍᴀ

Estamos todos reunidos en la habitación de los chicos mientras me explican lo ocurrido el día anterior.

—Entonces, bajásteis a los pasadizos y entrásteis en una habitación —Repito la información adquirida.

—Y creemos que ahí encerraban a las huérfanas —Finaliza Carolina.

Miro a Marcos el cual se encuentra frente a mí, mira un dibujo que encontraron allí de una niña siendo operada.

—Si la otra sala tiene una alarma es porque algo importante guardan ahí dentro —Afirma Roque.

—¿Y si hay una niña encerrada en esa habitación? —Especula Vicky asustada.

—¿Pero que dices Vicky? Todo eso pasó hace treinta años —Le niega Iván.

—Tiene razón. Se nos está empezando a ir un poco la cabeza —Comento apoyando la cabeza en el hombro de Cayetano.

El timbre suena y vamos a clase. No atiendo en nada, solo pienso en todo lo que mis amigos me han contando.

—¿Roque a tí no te parece que estamos indagando demasiado? —Le pregunto a mi compañero de mesa, pero no responde así que sigo su mirada—. ¿Es en serio? ¿La hija de puta de Julia?

—¿Qué dices? No inventes cosas raras —Se defiende cutremente.

—Amigo, se te nota a kilómetros. ¿Quieres un babero para limpiarte las babas? —Apoyo mi mano en su hombro.

Mi amigo rueda los ojos aburrido de mis gracias.

—Y déjame advertirte de que es una terrible idea —Mi diversión desaparece y llega mi seriedad.

—¿Y tú qué vas a saber? Ni que la conocieras.

—Pues la conozco y bastante. Esa chica está mal de la cabeza. Por su culpa casi acabo en un centro de menores

—¿Lo dices en serio? —Roque se extraña ante lo dicho.

—Señor Sánchez y señorita Galván, cierren en pico si no quieren ponerse a traducir todo el libro —Nos regaña Camilo.

Roque me echa una última mirada antes de atender a la clase. Yo miro por la ventana hasta que alguien le da una patada a mi silla. Me giro para ver a mis amigas.

—Luego tenemos que hablar —Me susurra Carolina.

—Eso no suena bien —Me doy la vuelta sin previo aviso y sigo a lo mío.

Y eso ocurre al final del día, justo cuando termina la última clase, la de Héctor.

Entramos en nuestra habitación para dejar todo nuestro material y cuando me siento en mi cama, mis amigas imitan el gesto a mis lados.

_¿Qué ocurre?

—¿Tú y Cayetano entonces qué? —Se lanza Vicky con una sonrisa.

—¿Preguntáis en serio? —Frunzo el ceño y suspiro más tranquila—. Llevamos saliendo un tiempo.

—Ya tía, lo sabemos, pero desde lo que pasó con tu padre no es que estéis en vuestro mejor momento.

Anda Carolina, como si no lo supiera.

—Lo se, lo se. Las cosas están complicadas. No sé, es difícil de explicar —Me intento excusar con la pura realidad.

—Claro, lo que pasa es que Cayetano es muy tímido y parece un soso porque te quiere dar tu espacio —Cuenta Vicky.

—Pero yo le quiero a él en mi espacio —Confieso no sin antes pensármelo.

Contar mis sentimientos es algo difícil en mí.