Proyecto Arcoiris (Parte 2 de La Entrevista)

8. Una empresa de secretos

La mañana siguiente, el cantante y el fotógrafo se encontraban en una cafetería cerca de la empresa de Guzzy.
El olor a cruasán a la plancha y café inundaba aquel pequeño y bonito local. Era un buen lugar para conversar tranquilamente.

- Bien, Lou. Debemos tener mucho cuidado. Todo el edificio está lleno de cámaras y personal de seguridad. Si esconden algo, se encargarán de que no lo encuentres.
- Hmm. Mi amigo Jeff, el que denunció a Richard, descubrió una habitación con armarios cerrados en el almacén de su empresa. Resulta que era el proveedor de la marca de micrófonos que Harry usaba. Yo, estuve investigando en la casa de mi novio y, Richard también estaba allí.
- ¿Qué? ¿En serio?
- Si. Analizamos un cabello que encontramos y, efectivamente, era él. Estaba buscando algo con otro hombre. Nombraron algo de un frasco. Además, en el almacén, Jeff, encontró...esto...

Le dio bajo una servilleta un papel donde había anotado lo que el de gafas se acordó. George tomó con cuidado éste y comenzó a leer disimuladamente. Todo lo que hablaban lo hacían bajo casi susurrando

- Hey, hey, hey. Espera un segundo.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Proyecto RB? Me suena haberlo visto antes.
- ¿De verdad? ¿Dónde?
- Cuando trabajé haciendo fotos a Harry, su mánager llevaba siempre una carpeta entre sus papeles con un sello que decía 'RB'. Me parece demasiada casualidad todo esto. Debemos tener ojos por todas partes. Ya no me fío de nadie.
- Estoy de acuerdo.

Terminaron de desayunar y se dirigieron a la empresa. No entraron juntos. Era mejor no sospechar. Sarah vio al cantante y se acercó.

- Aquí está mi modelo favorito.
- Sarah, no finjas más. Nunca te he caído bien.

La falsa sonrisa de la jefa se borró al momento. Rodó sus ojos.

- Oh, vamos. Lo que pasó fue hace mucho. Yo creo que todos somos suficientemente maduros, como para no seguir con eso.
- Hmm, entonces deja de fingir la sonrisa conmigo.
- Mira, Louis, no andes de graciosillo por la vida.
- Como tú digas, ¿dónde tengo que ir hoy?
- Te llevarán ahora, espera aquí.

Se fue bastante molesta. Era demasiado orgullosa y creída como para permitir que alguien le había cerrado la boca. Tal vez odiaba a Lou, aunque odiar es una palabra muy fuerte. Tal vez solo le tuviera asco, desagrado, envidia de que Harry si lo amó y a ella no.

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- En serio, de todas las mujeres que existen en el mundo, te juntaron con la peor.

Ambos enamorados bebían un refresco sentados en el sofá.

- Lo sé. No entiendo cómo hay gente que de verdad piensa que yo amo a esa chica.
- Solecito, dios. La gente que te ama sabe perfectamente que vuestra relación es falsa. Solo los ignorantes y los idiotas creen en los stunts.

El rizado le dedicó una mirada seria. Dejó la lata sobre la mesita y se cruzó de brazos.

- Gracias por recordarme que soy un idiota e ignorante por haber creído que tú y Ellie estuvisteis juntos de verdad.

El ojiazul rió negando y acercó a su novio hacia él. Lo abrazó y comenzó a darle besitos riendo. El ojiverde trataba de no de reír igual.

- Para, no quiero abrazos.
- Eres un mentiroso, Styles.
- Y tú un idiota, Tomlinson.
- Claro que no, solecito. Y si soy idiota, tú amas a este idiota.
- Pues no.

El castaño hizo un gesto de ofendido riendo.

- ¿Lo ves? Eres un mentiroso.

El contrario sonrió, dejando ver sus hoyuelos. Contagió a su novio, quién sonrió enamorado observándole.

- No me mires así, Louis.
- No me digas Louis. Suena tan mal.
- Es tu nombre.
- Ya, pero...me gusta más cuando me llamas...
- ¿Lou?
- No.
- ¿Tommo?
- Casi.
- ¿Bebé?
- Casi pero no.
- ¡Mentira! Es bebé y...¿cariño?
- Sí, mi amor.

Estaban teniendo sus típicas conversaciones sin sentido, pero que amaban. El teléfono de Harry comenzó a sonar. Decidió responder ya que, le llamaba alguien agregado como 'Trabajo'.

- ¿Si, Sarah?
- Hola cariño.

El ojiazul frunció el ceño y su novio asintió a aquel gesto, como de acuerdo a la reacción.

- ¿Qué quieres?
- Mañana debemos ir por la ciudad con las camisetas de nuestra nueva colección.
- ¿Mañana?
- Mañana.
- Hmm. ¿Hora?
- A las 12am. ¿Y si nos vemos ahora un ratito?
- Sarah, ¿cuántas veces tengo que decirte que no quiero nada contigo? Solo sigo órdenes. Nosotros no somos pareja.
- Claro que lo somos.
- Para los medios somos lo que consideran. Para mí, nada. Simple trabajo.
- ¿Y por eso te cierras a conocerme? ¿A quedar conmigo?
- No. No quiero porque solo te interesan los negocios. Además, estoy ocupado.
- ¿Qué pasa, que estás con tu noviecito? Porque ya le dije a vuestros jefes todo.
- Estoy deseando que mi equipo acepte colaborar con Atlanta para no tener más contacto contigo. Adiós.

Y colgó soltando un resoplido enfadado. Miró al mayor, que sonreía con orgullo.

- ¿Mmm?
- Me encanta cuando la pones en su lugar.
- Quizás la próxima semana, al fin, pueda acabar contrato con Guzzy y romper con esa estúpida relación.
- Seremos libres juntos.
- Juntos.

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Y comenzó con la sesión de fotos. El joven del día anterior que se suponía que sería el encargado de todas las fotos, era el responsable hoy. El cantante sintió bastante claro las intenciones que tenía el otro chico.

- Colócate así - tomó con cuidado sus brazos y los colocó en la posición que quería. Apretó levemente éstos mientras los colocaba, como si quisiera comprobar la masa muscular del ojiazul.

El cantante observó la acción del fotógrafo y alzó una ceja, provocando el nerviosismo del chico.

- V-vaya, lo siento.
- Tranquilo...

Sebastián, el nombre de aquel coqueto joven, no apartaba la vista de los labios del contrario. No podía evitarlo. Siguió con la sesión, que fue bastante incómoda. Cuando al fin terminaron, Lou se levantó lentamente y se acercó al otro.

- Escucha, este...
- Sebas.
- Eso, Sebas...este...te pediré, por favor, que para la próxima, te dediques a tu trabajo real y no busques algo donde no lo hay, ¿me explico?
- N-no sé de qué hablas.
- Claro que lo sabes. No has dejado de mirarme la boca todo el rato.
- P-porque la colocabas mal.

El ojiazul negó con una pequeña sonrisa que provocó un sonrojo en el fotógrafo.

- Entonces tendrás que indicarme cómo ponerla...¿mmm?

Era divertido poner nervioso al chico, quien terminó confesando sus intenciones.

- Sebas, te agradezco el trato pero, estoy apenas asimilando del todo la muerte de mi novio, ¿entiendes? No es el momento para esto, y no creo estar preparado en bastante tiempo.

Con eso abandonó la sala y volvió con su equipo. Observó a George, que se acercaba a él, pero unos guardias de pusieron delante. Sarah apareció igual.

- George, ¿a dónde vas? Tienes sesión arriba.

La mujer habló con seriedad y bastante tono burlón.

El hombre dedicó una mirada al cantante y asintió disimuladamente, se fue de allí.
¿Por qué Sarah no quería que George hablara con Lou? ¿Acaso sabían que estaba investigando? Eran muchas preguntas en la cabeza del cantante...

Espero actualizar dos capítulos por día, eso espero. Me está gustando escribir esta novela por el simple hecho de dejar pistas, detalles...
Solo os diré, que presteis mucha atención...
Os quiero, bonito día :D