10. Una poca cordura

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Era su canción con Harry. Era imposible que estuviera sonando, ya que jamás la sacaron al público. La tenía en su ordenador guardada. Tan solo la había escuchado Mike en su casa. Se acercó rápidamente al coche y vio a su amigo dentro sin música. No venía de ahí. El ojimiel observó al mayor y se bajó, ya que vio la cara de preocupación.

— ¿Qué pa... — escuchó igual la melodía.

El ojiazul comenzó a buscar de donde provenía la música. El mánager le seguía por detrás.
Cada vez se acercaban más al origen del sonido.
De pronto, vio a dos hombres encapuchados con un un altavoz. Cuando se percataron de que el cantante les descubrió, comenzaron a correr.

— ¡Eh! ¡¿Qué cojones hacéis?!

Salió corriendo detrás de ellos. Fueran quiénes fueran aquellas personas, no tenía gracia lo que estaban haciendo.
Lou corría sin parar detrás de ellos, esquivando tumbas y árboles. Corría hasta que los hombres huyeron en coche.
Les vio irse respirando agitado. Su amigo llegó rápidamente.

— ¿Quiénes eran?
— ¡No lo sé! No les vi la cara...¡joder!
— A ver, respira...¿pudiste ver algo de la matrícula o el modelo del coche?
— No...ellos, se fueron rápido.
— Creo que debe...

No pudo seguir hablando porque el mayor le fulminó con la mirada. Ya no confiaba en nadie después de esto.

— Lou, te juro que yo no...
— Eres el único junto con Harry que sabía de esta canción.
— Te juro que yo no he sido, Lou...
— ¿Cómo putas tienen la canción?
— N-no lo s...
— ¡¿Cómo la tienen, joder?!...Joder...l-lo...lo siento, y-yo...

Tomó su cabeza y comenzó a llorar, dándose la vuelta para que su amigo no le viera. El ojimiel trató de acercarse a él.

— Lou...lo siento...
— N-no...lo siento yo...es solo que...n-no puedo...no puedo más...

Comenzó a caminar alejándose. Pidió que no fuera con él y volvió a casa. Observó su salón y se sentó en el sofá. Sacó el portátil y lo encendió. Revisó si había sido encendido en este tiempo que había estado fuera. Nada, la última vez fue cuando él lo estuvo usando. Rascó su cabeza negando y cerró el portátil, soltando un suspiro. Se sentía muy cansado. Todo esto le estaba consumiendo, pero no podía rendirse. Tenía que hacer justicia.

Decidió transmitir en directo en sus redes sociales. Necesitaba el apoyo de sus fans que tanto amaba. Tan solo necesitaba despejarse, desconectar un rato de todo.
La verdad es que, pudo obtener aquella paz durante tres cuartos de hora. Para él, el sentir a sus seres queridos a través de una pantalla le bastaba para sonreír. Eran su segunda familia, su tranquilidad.

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— Muchas gracias, amor.

El castaño había recibido una carta de una fan, que guardó en su bolsillo. Abrazó a aquella chica, que sonreía con algunas lágrimas.

—O-oye Lou
— ¿Qué pasa, amor?

La chica se acercó al oído del cantante para poder susurrarle.

— ¿P-puedes darle otro abrazo a Harry cuando lo veas...?

En aquel tiempo, ellos no habían confirmado nada. Nadie sabía que ambos estaban saliendo oficialmente. Solo había teorías. El ojiazul sonrió y se acercó a su oído para susurrarle de igual forma.

— Lo haré, te lo prometo.

A la chica se le iluminaron los ojos, sonrió y se despidió del cantante.

Cuando llegó a casa, su chico rizado estaba haciendo la cena.

— Hola solecito.

Al menor se le formó una sonrisa y se dio la vuelta para verlo. El mayor se acercó a él y lo abrazó fuerte. Sonrieron y se miraron a los ojos.

Proyecto Arcoiris (Parte 2 de La Entrevista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora