SIETE

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Alba se levantó esa mañana y salió a caminar, de nuevo. Pensar en su casa no le sentaba muy bien que digamos, y con su abuela preguntándole como estaba a cada rato, menos.
Vio al chico de la noche anterior, él se dio la vuelta y se fue casi corriendo lo que a ella le dio mucha gracia.

Tenía que pasar por la casa de su proveedor, quien probablemente estaría de mal humor, y luego vería a Michael, porque se dio cuenta que en realidad eran más consignas de las que hicieron y desaprobar no era una opción.

Llegó a la casa del hombre y toco la puerta.

Su proveedor era un hombre de unos cuarenta años, no sabía su nombre pero tampoco quería preguntar, y en su cara tenía cicatrices como si se hubiera quemado. Aunque a ella no le causaba pavor o rechazo.

Como nadie la recibía volvió a tocar. El dueño la abrió y la metió dentro tirando de su brazo.

-carajo. Que a todos los hombres se les da por tirar del brazo? Qué clase de complejo es ese?-le replicó claramente molesta.

-no te entiendo una mierda. Supe lo que te pasó anoche. Como sabrás nunca estás sola.- "se nota, porque me ayudaron bastante" pensaba ella- Que hubiera pasado si por algún motivo te agarraba alguien? O si alguien te veía? Mierda Alba, me jodes el negocio. Si alguien te encuentra y llevas mi mercancía encima van a buscar de donde lo sacaste y me van a agarrar, si me agarran los de más arriba me van a cagar para que no hable, se entiende?- Le habló rápido, a lo cual ella asentía con la cabeza.

-Ves estos logos en las bolsitas?-Preguntó el hombre señalando una de las bolsitas que le daba a la chica.

-Sí.

-Esto es lo que nos diferencia, Alba. Calidad. Hay gente "grande" que nos compra a nosotros por la calidad, no solo los idiotas que te pagan casi el doble de lo que pagarían en otro lado por una mierda de estas...

-No sé a donde querès llegar con esto...

El hombre resopló.

-Lo único que quiero es que dejes esa actitud de nena mala y te pongas a trabajar. Por lo menos hasta que tengamos más gente en la policía, ahora todos quieren protagonismo y billetes, se hacen los difíciles de comprar, no quiero que agarren a nadie hasta estar seguros de tener alguien que nos cubra desde adentro.

-Ok-lo miró inexpresiva.

El hombre se quedó pensativo un rato y luego dijo:

-Y desde cuando tienes amigos? Vi a esos cuatro idiotas. Me están trayendo información, enseguida debería llegar. Me haces enojar Alba.- el hombre se sentó y le hizo una seña para que ella también lo haga.

-No tienen nada que ver con esto, de todos modos, ¿Porque te importa tanto esto? Con quien me relacione o no, no tiene importancia ahora...

-No tenemos tanta confianza nosotros dos, y sé que si pudieras dejarías esta mierda, solo digamos que me recuerdas a alguien, ok?- la miró fijo.

-A quién?- soltó ella sin pensar.

-No interesa. No sos una nena, Alba, pero al menos deberías agradecer que te cuido un poco ¿no? Y por otro lado, ¿porque crees que estás aquí?

-money.

-Yo igual, entonces quiero que entiendas que YO PIERDO DINERO MIENTRAS JODES CON TUS AMIGUITOS. Y si yo pierdo, vos perdès más.

-ni siquiera los conozco! Fui a hacer un trabajo! Es mi vida! mirà... Mientras yo cumpla con los pagos y con lograr cierta cantidad de ventas como tenemos acordado y no pregunte de más, no tenes derecho a gritarme ni a nada, así que me voy. A quien sea que te recuerde, te aviso que no soy ella.

Angel From My Nightmare M.C. EDITANDO! *español*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora