CATORCE

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______ comenzó a abrir sus ojos, los cuales sentía muy pesados. Había tenido una pesadilla y daba gracias al cielo que no fuera real aquello. Sintió la brisa en su rostro y seguido de ella el alivio. Luego de un par de segundos donde se sintió perdida miro hacia su derecha para encontrarse con el mar.

La vista era preciosa pero igualmente se asustó. Miro hacia arriba sobresaltada y lo vio. Allí estaba Michael, sentado, apoyado contra el auto y profundamente dormido. Parecía un bebe.

Ella se levantó con cuidado de no despertarlo y lo observó detenidamente. No hacía falta saber nada, bastaba con mirarlo, en él se notaba que no había maldad alguna, ni rastros de algún tipo de actitud de esa índole.

Habrán sido las diez de la mañana, quizás las nueve, en realidad no importaba.

Estaba sentada admirando a Michael Clifford, un chico común de Sydney, que no era ni rico, ni famoso, que ni siquiera había terminado el secundario aun, pero que en su interior era especial como ninguno.

Miraba a la primera persona que había querido en años, que aunque no quisiera admitirlo, la primera de todas que la hacía sentir diferente, especial como la estrella más brillante del firmamento, aquella a la que todos quedan viendo.

La hacia feliz cada vez que posaba en ella sus ojos verdes, brillantes, que como a ella le parecía, le susurraban cosas, cosas quizás sin sentido pero a la vez rebosantes de mensajes que eran dirigidos solo a las mariposas que Vivian en su estómago, mariposas aunque hubiera deseado al principio que se disiparan la hacían sentir demasiado bien como para fulminarlas con jugo gástrico.

_____ sabía que Michael era para ella, era perfecto. Ella daría todo de si por hacerlo feliz, sin embargo tenía mucho miedo. Un miedo terrible a que él llegara a cambiar, a influenciarlo. A descuidarlo por un segundo y verlo hundirse en las profundidades de su oscuro mundo. Eso no solo sería imperdonable, también la hundiría a ella. El deseo de sus enemigos se haría realidad. Los territorios que tanto había cuidado y el negocio que cuidaba, evitando que hubiera más pleitos de los que ya había entre las personas de más arriba.

Su puesto era crucial, aunque hiciera tareas sencillas, ella sabía que era el lazo para evitar que todo volviera a ser antes de que decidiera entrar a este submundo. Las peleas por el poder habían encontrado un punto medio donde ya no se hacían tanto daño y las cosas funcionaban para ambos lados. Los negocios nunca habían estado mejor porque ella estaba allí. Cuidando de su familia trabajando para el enemigo.

Había jurado jamás importarle nadie aunque en realidad le importara la seguridad de todos, sabía que jamás tenía que llevar a nadie hasta ese mundo perdido donde llegan los desamparados y aunque se quisieran rehabilitar al mundo de las personas normales, ese donde todos son "felices", van de un lado al otro intentando hacerles creer a todos la perfección de sus vidas, que visten a la moda, que hacen exactamente todos los días, donde la felicidad se las vende una marca específica, donde consumen (a su modo) la droga del capitalismo. ¿Qué diferencia había entre estas diferentes adicciones? Las personas normales consumen hasta morir. Consumen hamburguesas, calzado, revientan tarjetas de crédito gastando dinero que no tienen. Gastan compulsivamente creyéndose el "necesito esto para que mi vida sea completa" "necesito esto para sobrevivir, para ser feliz necesito esto otro", mientras que los consumidores de drogas conseguían sensaciones agradables y olvidaban sus problemas. Aumentaban sus dosis y terminaban en coma o muriendo en busca de ese éxtasis, el mismo que buscaban todos comprando cosas inútiles creyendo que así estarían mejor, creyendo que serían felices porque tenían un nuevo auto, y terminaban yendo a un psicólogo para tratar ese vacío, que se encuentra en su apogeo los domingos, cuando no los agobia el trabajo ni tienen tarea para la escuela, cuando no tienen que ver la novela de la tarde. Terminan el día sintiéndose solos y vacíos, esperando a que la espada de Damocles caiga, para el descanso eterno, y si a este no se le ocurriera venir lo adelantan en su desesperación por huir, o terminan consumiendo drogas, volviéndose como el inadaptado del cual se rieron por dentro cuando por fuera mostraban preocupación y pena.

De cualquier modo todos estábamos condenados.

______ no veía la diferencia entre una adicción y la otra. Las personas (tarde o temprano) inadaptadas a las que ella le vendía drogas buscaban ser felices y esto era lo que las drogas le daban. Sensaciones de relajación (morfina, heroína, etc.), ellos perdían la conciencia (como con el alcohol), o se estimulaban (coca, anfetaminas). También estaban esos que sentían la euforia y luego la somnolencia como cierto chico que ____ conocía, que fumaba marihuana y hachís. Todas esas sensaciones que podrían o no darle a los consumidores "normales", es decir a aquellos que consumían productos, conseguir el último i-phone.

Estaba mirando a Michael perdida en sus pensamientos, pensando en que si el amor podía liberar a las personas. ¿Porque él no era como el resto? Quizás lo quería demasiado para ver cómo era en realidad, eso es lo que pasa cuando las personas están enamoradas: Se crean la ilusión de que todo en esa persona es perfecto. Y empezó a creer que se estaba enamorando o que ya estaba enamorada de él. Y por eso no podía ver la realidad. Pero también pensaba que si él la quería también, entonces todo estaría bien. Ambos estarían en esa pequeña burbuja y tenía la esperanza que ese enamoramiento se convirtiera en amor. Si eso ocurría podría confiar en él y eso la salvaría.

No supo en que momento ocurrió pero se encontraba mirando los verdes ojos de Michael. Y aquellos ojos también la miraban.

Parecía una pequeña lucha de miradas, que iban desde el contacto visual entre ellos y viajaban por sus respectivos rostros, que se veían tibios a la luz del sol, aquella mañana, al lado del mar. Comenzaron a acercarse, como soldados en una guerra se acercan a su enemigo y el enemigo a los soldados en cámara lenta, en una película típica de Hollywood. Pero aquí no había enemigo, o bien ese enemigo era increíblemente seductor y te incitaba a acercarte mientras venía a buscarte. Las miradas estaban ahora más cerca, y se formaba una sola, tal como la única mirada de un ciclope. Luego cuando estaban demasiado cerca como para verse sin que el contacto visual doliera o causara molestia, bajaron su vista hacia sus respectivos labios, como si en esa guerra entre aquellos ojos verdes de Michael, y los de _____ pusieran una bandera blanca de paz y ahora llegara la dulce reconciliación. Ella no sabía si seguir mirándolo a los ojos o mirar sus labios aunque ambos fueran el paraíso mismo. Era como escoger entre dos Edén.

Iban cerrando los ojos, atentos a lo que ocurriría. Los labios se iban separando, preparándose para la tibieza del otro, anhelando encontrarse. Una vez que se encontraron sus dueños supieron que jamás podrían separarse.

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Angel From My Nightmare M.C. EDITANDO! *español*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora