16.- DOLOR

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Despertó en una habitación vacía, Riftan ya estaba haciendo sus rondas de rutina y ella apenas se estaba despertando, sintió un leve remordimiento al pensar en eso.
Tenía que empezar el día, miro con desgano los vestidos que debía usar, para algunos se necesitaban hasta dos personas para lograr colocarlos.

-Rudis, hoy no tengo que recibir a nadie, voy a usar la tunica azul, - Era uno de los vestidos mas sencillos y faciles de poner, no tenia ganas de pasar mas de una hora acomodando capas y capas de ropa, tenía que mandarse a hacer mas ropa como la que usaba para entrenar, pero la detenía la certeza de saber que no sería bien visto, debía esperar el momento adecuado.

Para medio día fue Riftan quien la mandó a buscar, habían llegado los regalos, cuando salió a la entrada principal se quedó sorprendida, las cajas que ya estaban descargadas sin contar con las que seguían bajando eran suficientes para llenar la oficina que le habían preparado y entregado esa mañana.

-Rif, esto es demasiado, -dijo al tiempo que lo tomaba del brazo, - gracias.

Riftan sonrío al verla feliz, quería darle el cielo de ser posible, pero se conformaba con esto. - Llegas justo a tiempo, mira esto también es para ti. - tomo las riendas de una hermosa yegua blanca, no pudo evitar sufrir al recordar que ese regalo no le pertenecía, ni ese ni ningún otro, sin embargo, no podía dejarlo con la mano extendida, tomo las riendas y le agradeció el gesto. Era una yegua hermosa, no había duda, una montura mas cómoda que el caballo que tomo la última vez.

Al terminar de descargar y subir sus regalos Riftan la llevo arriba, quería ver su reacción al mostrarle lo que había comprado para ella. Era demasiado, tantas telas, joyas, vestidos, incontables tesoros, todos destinados a la protagonista, la mujer que vivía en el corazón de Riftan desde que era un niño, 'No lo olvides, es a ella a quien quiere' una voz le recordaba que estaba usurpando un lugar.

- ¿No te gustaron los regalos? - pregunto Riftan con un poco de aprensión en su voz.

- Son hermosos, muchas gracias, me encantaron. Contestó, no era el momento para dejarse llevar por su propia ansiedad.

Riftan quería pasar el resto de la tarde mostrando lo que había traído, sin embargo, uno de sus caballeros lo llamo por algo urgente, fue un alivio para ella, salió corriendo en el momento que Riftan se alejó.

Llego a su estudio y se encerró, ahí dentro nadie tenía permitido poner un pie, se cambio de ropa como pudo, si ponerse esos vestidos era difícil, quitárselos también era un reto. Necesitaba despejar su cabeza, tranquilizarse y respirar. Cuando vio el enorme espejo que llenaba la pared principal casi involuntariamente se dirigió hacia ahí, unos días atrás pidió a un muy cansado Ruth unos instrumentos que pudieran tocar con viento, si bien sus conocimientos de música eran bastante básicos, se las ingenio para replicar lo mejor que pudo la pieza que mas le gustaba del "Lago de los cisnes" cuando vio por primera vez la coreografía de 'La muerte del cisne' peleo con todas sus fuerzas por el papel, no le importaba el protagónico, quería la oportunidad de hacer esa coreografía llena de elegancia y dolor.

Empezó calentando como muchas otras veces, todas las posiciones básicas y después poco a poco empezó a replicar la coreografía que realizó en uno de sus últimos recitales.

Activo el dispositivo que hizo Ruth y se dejo envolver por la música, entro del lado izquierdo, como lo había hecho cientos de veces en los ensayos previos al recital, subiendo y bajando los brazos con movimientos gráciles y lentos, continúo moviéndose sutilmente por todo el escenario que ahora vivía solo en su imaginación, no tenía un publico ni maestros que enfrentar, solo era ella, la música y el dolor compartido con la ficción de la obra.

La muerte del cisne no siempre se representaba, quedaba en manos del director elegir el final, podían vencer a Rothbart y vivir felices para siempre o como este caso, Odette moría con el corazón roto debido al engaño del malvado hechicero y aunque los finales felices siempre son mas agradables, la belleza de esta pieza era superior.

Envuelta en sus recuerdos y la realidad, las pesadillas que la acosaban y el sufrimiento por sentir que estaba robando un lugar que no le pertenecía continuo con la danza, fluía con las notas, a pesar de no llegar a la melodía real, giraba sobre sí misma y se contorsionaba como le habían enseñado hacía ya muchos años, se sorprendió al darse cuenta de lo mucho que aun recordaba la coreografía, ¿Por qué había dejado el ballet? No lo recordaba, brazos hacia atrás, como si fueran alas, subir y bajar, girar, desplomarse con elegancia despedirse del ser amado, dejar caer el cuerpo y volver a levantarse, sin olvidar las expresiones, la desesperación final, el ultimo intento por aferrarse a la vida, una suplica silenciosa por permanecer al lado del príncipe, de su amor. La agonía final del cisne blanco.

Cuando termino la pieza no pudo evitar soltar unas lágrimas, estando postrada en la posición final no pudo evitar pensar en la obra, ella no era Odette, la princesa hechizada, era Odile la sustituta que engaña a Sigfrido, la que les arrebata su destino. Paso un tiempo ahí, no podía salir asi, descompuesta como estaba.

No noto lo rápido que paso el día, 'Mierda, ya es tarde' se apresuro a regresar al castillo, arreglo su vestido lo mejor que pudo, llego directo a su habitación, Riftan no estaba, le pareció raro, pero tomando en cuenta que no hacía mucho de los eventos de la cucaracha pensó que estaría arreglando todo antes de partir.

Intento esperarlo despierta, pero fue inútil, se sentía cansada.

...

Fue Uslin quien toco a la puerta para llamar a Riftan, el mensajero ya había regresado, era innecesario marchar rumbo a Libadon para la compensación, el Señor de Kaisa iba a mandar la compensación en nombre de su hijo, no sin antes asegurarles que a su regreso le esperaría la prisión a él y a todos los que lo siguieron, - Me alegra, realmente no quería volver a salir, hay algunas cosas mas por arreglar y no puedo perder el tiempo por un imbécil que no conoce su lugar, - soltó Riftan al final del reporte. - La compensación llegará en un par de días, hasta entonces asegúrense que los 'invitados' sigan con vida. - Terminado el asunto de los invasores, regreso con Max, solo para enterarse que se había marchado, Rudis no pudo decirle con exactitud a donde, solo que la señora no permitió que la escoltara.

Riftan sabía donde encontrarla, ella al igual que a el le gustaba ejercitarse, 'Necesito segurite el ritmo y para eso tengo que mejorar mi condición física', le había dicho en alguna ocasión después de hacer el amor, recordar ese momento lo hizo sonreír, quería continuar con su tiempo juntos, había tanto que aun no habían visto, perdido en sus propios planes continuo su camino, hasta que el leve sonido de música lo saco de su ensoñación.

Entro con cuidado a su estudio, sentía como si estuviera interrumpiendo un momento íntimo, casi se marcha para evitar que Max lo notara, pero una vez que la vio no pudo moverse, estaba bailando, nunca había visto a ninguna dama moverse de esa forma, la sincronía entre la música y sus movimientos lo habían atrapado por completo, pero no se sintió capaz de interrumpir estaba embelesado por la belleza de su esposa y la interpretación que estaba dando, pero el verla con el rostro lleno de dolor lo sorprendió no entendía que estaba sucediendo, seguía bailando al ritmo de la música pero parecía estar cayendo, muriendo tal vez, estaba confundido con lo que estaba presenciando, cuando la música paro también lo hizo ella, reacciono tarde cuando quiso acercarse ella estaba llorando, si antes había estado confundido ahora lo estaba más, 'Soy Odile' alcanzo a escuchar decir a Max, ¿Quién es Odile? Se preguntó, salió de allí sin hacer ruido y se retiro a su oficina, ¿estaba bien marcharse sin decir nada? ¿Era él la causa de su tristeza? ¿Extrañaba vivir en la Torre? Las dudas empezaron a consumir su interior, ¿y que si ella había conocido a alguien en la Torre y quería regresar con él? ¿Prefería a un hombre inteligente? No podía seguir atormentándose así, camino en dirección de su habitación y para su consuelo Max estaba dormida, se metió en la cama y la abrazo, la idea de que se alejara de su lado que se marchara y no volver a estar cerca de ella lo atormento, aspiro su aroma y se quedo dormido a su lado.

Entro con cuidado a su estudio, sentía como si estuviera interrumpiendo un momento íntimo, casi se marcha para evitar que Max lo notara, pero una vez que la vio no pudo moverse, estaba bailando, nunca había visto a ninguna dama moverse de esa form...

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Cliche de reencarnación/ BAJO EL ROBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora