Permaneció a su lado hasta que se quedo dormida, antes de llegar a su habitación le pidió a Rudis que llamara a Ruth, se sentía inquieto, observo el rostro de su esposa, se veía un poco más delgada, sus largas y espesas pestañas escondían las ojeras que se habían formado bajo sus ojos, se levanto lentamente de la cama y se dirigió a la puerta, Rudis no había regresado aun, no podía tardar tanto en encontrar al mago, seguramente estaría encerrado en la biblioteca como siempre.
Abrió la puerta de la habitación solo para encontrarse a Rudis, pero no traía a Ruth, una mujer mayor estaba detrás de ella.
- ¿Dónde está Ruth? -pregunto furioso.
-N-no creo que un hombre deba hacerse cargo de la señora por el momento- contesto con firmeza Rudis, había observado a la dama, creía tener una idea de lo que ocurría. -Por favor mi señor, Edme sabe mas de esto que cualquier mago.
Por un momento Riftan no supo que hacer, sabia lo mucho que Rudis se preocupaba por su esposa, no había forma que lo desobedeciera si no fuera por su bien. Permitió que entraran, la mujer le causaba escalofríos, era bajita, desdentada, parecía impregnada con el olor de las hierbas recién cortadas, la observo atento.
Se acerco y tomo la muñeca de Medea, para después despertarla con mas gentileza de la que abría supuesto.
-Tranquila cariño, -tomo su mano y la ayudo a levantarse, -solo tengo una prueba mas que realizar- Presiono un poco sobre su vientre un par de veces.
Lo primero que vio al despertar fue a una anciana auscultándola, no recordaba en que momento se había quedado dormida. Ver a la mujer presionando sobre su vientre fue la pieza que necesito para entender que estaba ocurriendo.
-Felicidades cariño, -dijo la mujer después de terminar su revisión. -A mi parecer diría que estas cerca de los dos meses, pero todo parece estar en orden.
Riftan no entendía que estaba pasando, se sentía como un elefante en una alfarería, vio a Rudis emocionarse al punto de derramar un par de lagrimas y Medea, su expresión era de preocupación y felicidad al mismo tiempo.
Edme, la comadrona dio instrucciones precisas a Rudis antes de partir.
- ¡Hombres! -exclamo divertida, al pasar a lado de Riftan. - todo está bien- dijo al tiempo que le daba una palmadita en el antebrazo.
***
Las siguientes semanas su estado de animo paso de la felicidad a la preocupación.
-Estoy embarazada, ¡en la edad del oscurantismo! - daba vueltas de un lado a otro, Ruth ya se sentía mareado solo de verla.
-Señora, tranquilícese, no es ni la primera no la ultima mujer en enfrentarse al parto- Soltó despreocupado el mago, quien había visto interrumpida la paz de la biblioteca desde temprano.
-Aun en la edad moderna hay riesgo de morir en el parto, no lo entiendes, no hay medicamentos, no hay especialistas, ¡dios! -se froto las manos nerviosa, creció con un cirujano, su padre, esto era una pesadilla, había deseado tanto un pequeño Riftan en sus brazos que nunca se le ocurrió que antes de poder cargarlo tendría que parirlo.
-Señora, aun cuando no exista todo eso, usted misma ha dicho que la magia es algo que no existe en su mundo, no hay forma en que algo le suceda estando yo aquí, se lo aseguro- Ruth trato de calmarla, aun cuando el parto era una de las pocas tareas exclusivas de las mujeres, estaba preparado para actuar en caso de que algo sucediera, sin contar con que Riftan lo partiría en dos si dejaba que algo le ocurriera a Medea.
ESTÁS LEYENDO
Cliche de reencarnación/ BAJO EL ROBLE
Fanfiction¿Que sucedería si un día despiertas en esa novela que tanto te apasiono? Sabemos que es un cliche, pero, has pensado en lo dificil que sería reencarnar en un mundo donde no exite el internet, celulares y todas esas cosa que das por hecho hoy en día...