45.- El peor de los desafios

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Suspiro y exhalo un par de veces, no había forma de ganarle, lo sabía y ese leve temblor en su voz, la forma en que se apretó a su cintura, incluso el ligero regaño para que no se enojara, todo lo hacía sentir indefenso.

-Tenemos que continuar- interrumpió Sir León, incomodó por la indecorosa muestra de afecto de los recién casados.

Medea se disculpó rápidamente y acomodó nerviosa las imaginarias arrugas de su vestido, no era el momento y ahora que había visto sano y salvo a Riftan se sentía mas tranquila.

-Necesitamos saber que tanto se extienden los túneles y cuantos nidos quedan por destruir. -intervino Ruth mientras se acercaba a paso veloz. -mi señora sus habilidades son mejores que las mías con este elemento, podría revisar.

Medea volteo en dirección de Riftan, -Voy a estar bien, en realidad soy casi tan buena como los Umli, -exclamo con orgullo y una sonrisa.

Riftan se sintió derrotado nuevamente ante esa imagen, ella se veía tan feliz trabajando arduamente, ahora sabia que no era la hija de un duque, tal vez las mujeres de "su mundo" eran así, sonrió ante la expectativa por conocerla completamente.

Medea se arrodillo unos metros mas adelante, dibujo sobre la tierra una formula para extender su maná sobre ella y lograr extender su red de mana tanto como le fue posible, rastreo cada túnel, cada nido hasta perder el rastro.

Cuando por fin se "desconecto" cayo sobre sus palmas y soltó el aire que quedaba en sus pulmones, Ruth y Riftan corrieron a su lado, su rostro estaba pálido y sus ojos desorbitados.

- ¡Max! - Grito Riftan mientras la agitaba levemente de los hombros, pronto una multitud se reunió alrededor, Medea tardo en recuperar el aliento.

-Se... se extiende por debajo de toda la montaña, no alcance a tocar el final, son miles y en diferentes estados de desarrollo. Pero no encontré un solo rastro de algún monstruo, si acabamos pronto con ellos esta guerra encontrara su fin.

Riftan la ayudo a levantarse y ordeno una reunión de inmediato con todos los comandantes.

Se estaba armando un plan de ataque, para no ir a ciegas, Ruth y Medea esbozaban un mapa que los ayudara a entender mejor el terreno en el que se encontraban, los magos de la Torre mundial estudiaban a su vez el territorio con mucho cuidado, necesitaban encontrar un punto estratégico en caso de que se decidieran por derrumbar la montaña sobre los túneles que se extendían como telaraña por debajo.

Una vez reunida toda la información se unieron a la reunión, las voces mezcladas de cada comandante retumbaban en la tienda principal, como siempre el que más se oponía a las propuestas de Riftan era el patético Sir Licht Breston, al punto de ser tan evidente que el mismo Sir León lo tuvo que poner en su lugar, Medea temía que lo desafiara a un duelo, no por el resultado, que casi le parecía evidente, sino porque no quería perder tiempo.

-De acuerdo a la información reunida por los magos de la torre mundial y el mapa que diseño "Max"- interrumpió la princesa con autoridad. -Hemos encontrado diferentes puntos débiles en la estructura, si logramos romper estos muros, -dijo al tiempo que señala en el mapa, -lograremos colapsar la estructura, los monstruos estaban demasiado confiados en que no lograríamos entrar a la ciudadela, un error común en seres de baja inteligencia, agrego sarcástica la Agnes mientras veía de soslayo al líder de los caballeros de Balto.

La reunión termino cerca de la media noche. Los rostros de los comandantes se veían cansados, habían llegado a una estrategia con la que todos estaban de acuerdo.

Riftan se acerco a sus hombres que ya se encontraban reunidos, explico con detalle el plan, de la misma forma en que el resto lo estaba haciendo con sus respectivos hombres.

-Pero por hoy, tomemos un descanso, mañana tenemos mucho que hacer.

Se marcharon a sus tiendas a descansar, era necesario después del largo día que acababan de enfrentar. Al llegar a la tienda de Riftan "ghost" corrió a recibir a Medea moviendo suavemente su cola en señal de alegría, Riftan bufo levemente, sabía que esa también era una batalla perdida y oponerse a ese animal solo traería problemas.

-Descansa, -dijo Medea al lobo que aun quería juguetear con ella. El enorme animal fue obediente y se poso justo del lado del catre que compartía con Riftan.

Fue Yurixion quien interrumpió brevemente, traía al agua para el baño, Medea se sintió un leve remordimiento en cuanto lo vio entrar, necesitaba disculparse.

-Gracias, -fue todo lo que dijo al chico, quien sonrió alegre sin un ápice de rencor. 

Se acerco a Riftan para ayudarlo con su armadura, con cuidado retiro las hombreras y pudo ver los estragos que la guerra habían causado en su cuerpo, Riftan había perdido un poco de masa corporal, su rostro se veía mas afilado, su cabello había crecido unos centímetros, así desprolijo como estaba se veía igual de atractivo que antes, se acerco con cautela y deposito un suave beso en su cuello. Riftan se retiró con brusquedad, tal vez demasiada.

-Lo siento, -se disculpó rápidamente al verla tan sorprendida. -Yo... esto me resulta muy difícil... - La respiración de su esposo se había vuelto irregular y su voz ronca por la anticipación. – no puedo dejar de escuchar tus palabras, no sabemos cuanto va a durar esta expedición, aun cuando todo salga bien mañana...- Las palabras salían con dificultad de su boca.

-Lo entiendo, lo siento, no lo pude evitar. -replico a modo de disculpa Medea.

Estuvieron de pie, viéndose frente a frente por un largo rato, incomodos, casi como dos adolescentes que ansían dejarse llevar, nerviosos, ansiosos y desesperados. Ambos se movieron casi al mismo tiempo, pero se enfrentaron ante otro dilema, Yuri había vertido el agua en un solo baño, así que no tenían más que compartir.

-Esto es ridículo, -dijo Medea – entra a la tina- ordeno a Riftan después de que ella se metió, se coloco al extremo contrario de él. Riftan obedeció mecánicamente, -quédate de tu lado y estaremos bien.

***

Era obvio que ninguno de los dos había descansado apropiadamente, el cansancio se reflejaba en esas ojeras que marcaban sus rostros, habían pasado una noche difícil y ahora quedaba la que esperaban que fuera la ultima batalla, batalla en la que no se enfrentarían a un ejercito activo, pero que imponía un nuevo desafío. 

Cliche de reencarnación/ BAJO EL ROBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora