65.- HERIDAS

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La confederación de Balto acepto su culpa por no aprisionar a Breston, juraron no saber nada acerca del complot que había estado preparando por tanto tiempo y pagaron una enorme compensación a Whedon y a Riftan por el ataque perpetrado en sus tierras.

Afortunadamente no había mucho que discutir, la gente de Suikan y Arex estaban en desventaja, pero como fueron unos cuantos hombres los que se unieron a Breston solo pagaron una compensación importante al Condado de Anatol y juraron su compromiso en el tratado de los siete reinos.

A Riftan no podía importarle menos la compensación, pero tampoco podía exigir la vida de nadie mas sin causar una guerra, tenía poco más de un mes en Osiria, quería volver a su hogar, las ultimas noticias que recibió de Anatol le informaron que Medea estaba recuperada por completo, quería regresar a su lado y después de la última reunión partiría pronto.

-Escuche que es una niña- Sir Sejour se acerco a Riftan al salir de la sala de audiencias. -Tal vez podremos ser familia, mi esposa dio a luz a un niño sano y fuerte hace unos meses- soltó bromeando el caballero.

Riftan no daba crédito a lo que acababa de escuchar.

-Es broma – se excuso el caballero de inmediato al notar el rostro de Riftan. -Lo siento has estado tan tenso estos últimos días - se rasco incómodamente la parte trasera de la cabeza aun con una sonrisa juguetona. Apreciaba a Riftan y si había pensado seriamente en proponer un matrimonio entre sus hijos, pero no en este momento.

Riftan solo bufó y se alejó, pero pronto se dio cuenta que era cuestión de tiempo antes que alguien mas se le ocurriera proponer un matrimonio, era una práctica común entre los nobles y ahora el era un conde, 'Que lo intenten' se dijo internamente.

***

La princesa y Medea salieron a dar un pequeño paseo alrededor del jardín principal, hacia una semana que la habían dejado deambular de qui a allá con ciertas restricciones, pero en general su estado de salud era favorable.

-Eres sorprendente -menciono la princesa.

-Las mujeres somos sorprendentes- exclamo Medea.

-Riftan esta en camino- comento de pronto la princesa. -Así que pronto regresaré al palacio, me quedo mas tranquila sabiendo que estas mejor.

- ¿Te vas tan pronto regrese Riftan? -pregunto decepcionada, le gustaba tener su compañía. – Bueno, he ocupado mucho de tu tiempo, me gustaría que fuéramos vecinas, -Una sonrisa sincera salió de sus labios.

-No lo podría soportar- dijo Agnes al tiempo que se arrepentía por decirlo.

La declaración dejo perpleja a Medea, pensó que eran buenas amigas, por que Agnes diría algo así, se preguntó. Tal vez si sentía algo por Riftan después de todo.

-Lo siento si me excedí- se disculpo torpemente Medea.

Agnes se toco la frente con torpeza.

-No es eso- aclaro de inmediato. -No insinuaba que no quisiera estar cerca de ti, mucho menos que esté interesada en tu esposo- continuo. -Es solo que... Med- tomó su mano entre las suyas, observo sus alrededores, estaban solas. -Mis sentimientos van en otra dirección- deposito un beso sobre su mano, como lo haría un caballero.

Medea parpadeo un par de veces.

- ¡Oh! - fue todo lo que alcanzo a decir.

-Lo siento, por favor olvídalo, es algo infantil, no se ni por que te lo conté, no es importante- continúo caminando como si nada, aunque su corazón dolía.

Cliche de reencarnación/ BAJO EL ROBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora