37.- RIFTAN

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Se sentía mareada, no sabía si por el hermoso espécimen que tenía frente a ella o porque de repente echo en cuenta cuanto tiempo había pasado desde la ultima vez que estuvo con Riftan, 'Riftan' al recordar a su aun esposo un sentimiento de remordimiento la abatió.

- Fue un placer bailar con usted, pero no recuerdo haber escuchado su nombre. -Dijo el duque con una suave sonrisa.

-Maximiliam Calypse. -antes de que Medea pudiera contestar, una voz potente cayo sobre todos los presentes, Riftan puso sus manos sobre los hombros de 'Max' para después arrastrarla junto a él, sus zancadas los sacaron tan rápido del salón que no tuvo tiempo de despedirse.

- ¿Qué crees que estás haciendo? – le grito apenas cruzando la puerta, - ¿Así es como te comportabas en tu 'mundo'?, ¿Esa es la clase de mujer que eres?, ¿coqueteas con cuanto hombre se te pone en frente? Dices que tenias un trabajo, ¿era ser una zorra? 

No lo pudo resistir más, le dio una cachetada con tanta fuerza como pudo, lo agarro desprevenido, era todo, no iba a soportar sus insultos, cierto, en su mundo en su vida no era una niña virgen de casi 26 años, había salido con chicos, chicas, había tenido sexo, era una mujer libre, pero nunca infiel, tampoco era como que fuera por la vida siendo una libertina, no tenía derecha a insultarla por ser ella, sus lagrimas se agolparon en sus ojos, era un imbécil, un maldito imbécil.

Riftan se recuperó en seguida y la tomó de los hombros con fuerza.

- ¡Suéltame! Me lastimas, -Grito 'Max' con desesperación, pero él no lo hizo, la acerco hacia si mismo, sus caras estaban a escasos centímetros, '¿Qué cree que esta haciendo?, -se pregunto Medea, Primero me insulta y ahora ¿qué? Riftan la soltó sin decir nada, y se alejo Medea estaba confundida, por un momento pensó que le diría algo más, tal vez mas insultos, pero no que se iría así.

***

Tenía que asistir a la celebración, lo sabía, era una obligación como vasallo de su rey, pero no quería verla, no después de como reacciono, ¿Por qué? ¿Por qué hizo eso? ¿Qué demonios le paso? Cuando la vio en cama se volvió loco de desesperación, nadie sabia que había pasado, nadie tenía respuestas y luego ese maldito mago loco dijo que ella no quería volver, ¿No quería volver a su lado? ¿Era eso? ¿Por qué? Las preguntas lo atormentaron por días, incluso después de que 'Max' abrió los ojos, no quería volver, las reuniones prolongadas evitaban que se sumergiera en la locura de sentirse rechazado, había vivido así toda su vida, pero creyó encontrar la felicidad en los brazos de 'Max', pero ahora estaba sumergido una vez mas en la miseria.

'-Mi nombre es Medea Bourdain.... En mi 'mundo'... 'no le pertenecía a nadie'... fue todo lo que pudo escuchar, su mente se nublo, si ella no era su Maxi, entonces ¿quién era? Lo siguiente que recuerda es a él tomándola del cuello, a Uslin golpeándolo y Ruth corriendo a ayudarla...

'Todo fue un mal entendido', 'no te odio', quería decírselo cuando fue a hablar con él escoltada por la princesa, parecía que el único que no entendió de que se trataba todo fue el, pero al notar el enorme moretón que aún se veía en su cuello por mucho que quisiera ocultarlo con la gargantilla no pudo hablar, sus labios permanecían sellados, había sido capaz de lastimarla.

'¿Quién en su sano juicio querría venir a un mundo donde las mujeres son poco más que objetos? Yo tenía una vida, era feliz, en mi mundo' ... Esas palabras se grabaron en él, ella no quería estar aquí, cierto, ¿cómo podría querer quedarse a lado suyo?

Cuando la vio en la fiesta de té una egoísta luz de esperanza surgió en él, ¿cómo podía ser tan mezquino? 'Max' se veía tan delgada y frágil, 'Tal vez esta tan afectada como yo'- pensó, pero verla tan feliz, hablando alegremente con los invitados fue un balde de agua helada, el estaba destrozado, pero ella parecía no importarle. En la caza, cuando encontró su montura pensó lo peor, salió disparado a buscarla, verla por el camino, sola, en medio del bosque, sin escolta, lo hizo sentirse furioso, ¿Cómo podía ser tan descuidada? Estaba fúrico, no pudo decirle nada. Cuando la princesa noto la sangre no podía creer lo idiota que había sido, ¿cómo no lo noto?, Ruth se la llevo y la curo, parecía que todos estaban mejor calificados que el para protegerla. Las palabras del rey lo hicieron enfurecer aún más, no podía escuchar los reproches y se marchó, quería hablar con ella en el banquete, pero no Medea no asistió.

Cliche de reencarnación/ BAJO EL ROBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora