Cliche de reencarnación/ BAJO EL ROBLE

35.- DESPEDIDA

-SS-señora, -la cara de Ruth al verla le recordó lo negligente que había sido con este cuerpo, se sintió avergonzada, si ella había notado su cambio era obvio que alguien que tenia casi tres meses sin verla también.

-¡Dijo que iba a cuidar de usted! – Ruth empezó a regañarla como si estuviera hablando con una niña pequeña, - es piel y huesos, la comida del palacio de la princesa no puede ser tan mala, dijo con un tono sarcástico mientras le ofrecía las ganchas que había pedido para él y que de ninguna manera iba a comer si no la veía probar bocado.

-Ruth estas exagerando, además soy consciente de lo descuidada que he sido con este cuerpo, ya no será así, -sonrió al recordar lo feliz que fue al montar de nuevo, no se dejaría arrastrar por la tristeza una vez mas, -fueron semanas difíciles, entrar y salir del 'Dän' es agotador, además, tengo la certeza de que no quiere ser encontrada, tengo miedo de que va a pasar si ella no quiere volver... -Era un pensamiento que había empezado a angustiarla, ¿podría obligarla?

-Eso no tiene importancia ahorita, lo principal es... -Ruth se detuvo a media frase, no sabiendo como continuar.

- ¿Qué sucede? ¿Le paso algo a Riftan?

-Por el momento el señor se encuentra bien, Anatol esta creciendo como nunca y hay mucho trabajo. -Medea sonrío, lo sabía Riftan se iba a ir de lleno a cuidar a su gente, hacer crecer la ciudad era una meta que tenían en común y ahora si ella lograba cumplir su promesa, 'Max' estaría llegando a una ciudad completamente diferente, no se podía rendir.

-Entiendo, me parece bien. – no supo que más agregar, que podía decir, ¿que estaba feliz por los esfuerzos que ponía para recibir a la mujer que amaba? Tal vez eso sería lo correcto, pero no era verdad.

-¿Entonces estos libros se los dejo mi tío? – pregunto incómodamente Ruth al ver que rumbo había tomado la conversación. -Si, son un préstamo, me lo aclaro acaloradamente, son muy antiguos y ...

-Son de la biblioteca prohibida... -Los ojos de Ruth reflejaban lo que pensaba, tomo los libros con cuidado y los hojeo casi con mimo. -te los prestaría pero estoy segura que el señor Calto me mataría.- Dijo Medea al tiempo que tomaba con cuidado los libros de su mano.

-Es muy mala, ya lo había olvidado. Una risa escapo de ambos
-Ruth, ¿por qué te adelantaste? -Ahí estaba la pregunta sobre la mesa, que paso que hizo que Ruth, quien nunca quería salir del castillo y menos acercarse a la princesa estuviera aquí sin la protección de Riftan.

- Yo, honestamente a mitad de camino me pregunte lo mismo, estaba inquieto, mi tío envió una carta diciéndome que usted estaba matándose, yo no creo que Sir Calypse se quiera divorciar realmente, usted no lo vio, cuando llego y la vio postrada en la cama, con la mordaza y sufriendo casi parte en dos a mi tío. Tal vez fue el shock de escucharla hablar de otro mundo justo después de haber despertado, lo siento, tal vez debimos ser más cuidadosos ese día, nos fuimos a meter justo al despacho de la princesa, no se, he repasado ese momento una y otra vez en mi cabeza, saber que pudimos hacer para que no ocurriera lo que termino pasando...

-Es inútil Ruth, ya paso, es un milagro que no me hayan encerrado en algún viejo monasterio. No importa cuanto lo pienses, no se puede cambiar. Además, todo va a terminar cuando logre traerla de vuelta. -Lo dijo con convicción, así la tuviera que obligar a volver lo haría, de otra forma no quería imaginar lo que sería su vida estando tan cerca de Riftan.

***

Todo que sabia era que Riftan y los caballeros Remdragon ya habían llegado a la capital, pero se instalaron en el palacio principal, el primer día de la celebración sería el mas tranquilo de todos, su 'hermana' estaría ahí, por consecuencia su 'padre' el duque también, quería evitarlos tanto como fuera posible, ¿sería extraño que ella no estuviera con Riftan? Las actividades programadas para ese día de acuerdo a la princesa sería una fiesta de té en la que sería la anfitriona, razón por la cual no se encontraba cerca, había salido desde temprano a asegurarse que todo estuviera en su lugar, después de la fiesta de té un breve receso y la cena de ese día. La cacería se iba a realizar al día siguiente, en el bosque cercano al palacio, que también terminaba con una cena en el palacio principal, la justa y el combate cuerpo a cuerpo al día siguiente y por ultimo el baile principal, era justo eso lo que le aterraba, en la cena el acomodo de los invitados era por territorios, así que a menos que hicieran publica su separación debían compartir la mesa a no ser que el Señor dijera lo contrario, en cuyo caso ella estaría excluida, pero tendría que dar una explicación de su ausencia, mas aun tomando en cuenta que dentro de poco sería la cuñada del príncipe heredero.