Narra Lauren
- Faltan pocas horas Lauren, ¿aún no tienes la maleta hecha?- Noa pregunta antes de probar la comida. Niego.
No he tenido tiempo en los últimos días de preparar nada, todo esto de los Bazzani, Toni, Lionel y el pacto de sangre, me ha tenido distraída. No he podido dejar de pensar en el juramento, ellos han jurado protegerme y que ahora soy quien los dirige a la tranquilidad o a las brasas. Las brasas es lo que he elegido porque tengo que descubrir toda la verdad, mi vida también está en peligro y ya me da igual, ya me he expuesto bastante y por lo que pueda pasar no temo, pero no quiero que nadie salga herido.
- ¡Lauren!- un chillido me devuelve a la realidad.- ¿Te pasa algo?
- No, tranquila, solamente estaba pensando en ir a ver a Alex y mamá esta noche, hace días que no hablamos.- pruebo los macarrones- Simplemente quiero ayudarles y ahora que puedo, tengo que aprovecharlo.
- A veces pienso en Erik.- no le respondo y sigue.- En lo que sucedió esa noche. Se que lo estás pasando mal Lauren, quiero ayudarte, pero no pasas tiempo con nosotras y estás encerrada en ese bar con Max y vete a saber quién más.
- Si echas de menos a Max llamalo, pero no des a entender que está enganchado a mi como una babosa. ─ mis palabras son una bomba para ella, ya que se le cristalizan los ojos.─ Y espero que ese no haya sido el motivo de vuestra ruptura.- ninguna lágrima se derrama, consigue contenerlas y de verdad no me gusta sonar borde con mi mejor amiga- Estoy muy ocupada si eso es lo que quieres saber. Yo he quedado hoy contigo porque eres mi mejor amiga y quería pasar la tarde contigo. No me importa hablar de estos temas contigo, pero para qué me culpes de algo en lo que nunca me he metido, no, no estoy dispuesta a que me trates de ese modo.- agacha la cabeza mirando el plato.
- Yo...yo- se le entrecortan las palabras- no te culpo de eso. Solo que estas cambiando Lauren, y no se si a buenas o a malas. Lo de esa noche te está cambiando y no quiero que te pase nada.- se lleva la servilleta a sus ojos y se seca las lágrimas retenidas que ahora caen por sus mejillas.
- Lo sé, y yo te aseguro que voy a estar bien, que tampoco estoy tan débil y apagada como crees, el bar me ayuda a estar aliviada.- todo lo que le digo es verdad.
- Supongo que debo creerte.- suspira un par de veces.- Max esta bien, ¿no?
- Está bien, un poco molesto. No se lo que pasó, pero te voy a decir lo mismo que le dije a él.- escucha atentamente- Deja que pase un tiempo y volved a hablar las cosas, el ahora está ocupado y dudo que quiera hablar contigo.- asiente y me mira unos segundos.
- Comamos ya, mi plato se ha enfriado un poco.- calla y hago lo mismo que ella, solamente comer.
Pasamos un rato hablando mientras nos traen los otros platos y el postre. Se ve que ella aún está triste y echa de menos a Max. Pero también dice que va quedando con las chicas y que le ayuda a reconfortarse. Le explico que desde que vivo en el ático, solamente voy de casa al instituto y de ese, al bar.
He estado hablando con Alex entre clases y me explica como están y que mamá le pregunta por mi.
No creo poder hablar con mamá mucho estos días y hay dos razones. La primera; me hará un interrogatorio sobre estas semanas y dudo que aguante a contárselo, y eso no puede pasar, la segunda; si los hombres de Lionel y Toni me están vigilando, no puedo ponerlos a la vista de esos malnacidos.
- ¿Vamos al centro comercial? Tenemos que comprar bañadores para la piscina climatizada.- me sonríe.
- Claro, damos una vuelta y compramos algunas cosas, luego tengo que ir a ver a Christine.- asiente con la cabeza y cada una va a buscar su coche para ir al centro.
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Amores que asfixian
Novela JuvenilVenganza. Se conocieron gracias y tristemente con esa misma palabra. Hay muchas maneras de respirar, las cuales entiendes cuando encuentras los sentimientos que las diseñan. Tanto Erik como Lauren empezaran a entenderlas. La vida de Lauren es tranq...