Capítulo 16

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¡SORPRESA! 

No suelo actualizar tan de continuo, pero bueno, esta semana simplemente me ha apetecido.

Tal vez no es el capítulo donde más cosas pasan... Peeeeeeeeeeeeeeeero eh, un regalo para ayudar a que la semana pase rápido (:

GRACIAS POR EL APOYO,

De verdad creo que es importantísimo que sepáis cómo me llena saber que mi historia está gustando. Me hace muy feliz que le deis una oportunidad y más aún que la disfrutéis tanto como lo hago yo escribiendo.

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Después de disfrutar de una buena cena y a punto de salir de aquella casa para volver por fin a su habitación a descansar, Luxyo le regaló una sonrisa con algunos huecos donde habría jurado que antes había dientes. –Entonces, hasta mañana Zoro. Tengo muchas ganas del plan. –Dijo sin ocultar su ilusión.

-El mencionado se tocó la nuca nervioso. –Eh, claro. –Dijo bajito. –Pienso dormir todo el rato. –Farfulló entre dientes.

-SI NO HACES OTRA COSA, ALGA. –Gritó Sanji mientras le golpeaba en la cabeza una vez la puerta de la casa se hubo cerrado.

- ¿QUÉ MIERDA HACES, CEJAS DE SUSHI? –El otro se levantó y acercó su frente a la del contrario.

-Tsk. –Se separó un poco. –No deberíamos gritar en medio de la calle. –Dijo mientras caminaba al hostal.

- ¿A qué hora nos iremos mañana? –Quiso saber curioso cambiando totalmente el tono anterior.

-Entrada la madrugada. Cargaremos el Shark Submerge III aprovechando la noche y después, podremos salir sin peligro de ser descubiertos. Será rápido y silencioso. –Respondió sonriente.

El espadachín se sorprendió al ver al otro tan calmado y no pudo evitar sonreír un poco también. Disfrutaron del silencio mientras llegaban a su habitación.

- ¿Por qué me miras así? –Preguntó finalmente el rubio.

- ¿Así cómo?

-No sé, con esa cara de estúpido. –Dijo con una sonrisa de superioridad.

-Es la cara que tengo. –Respondió el otro simple. –No creo que pueda dormir. Creo que iré al bar. –La verdad es que una parte de él quería quedarse con su nakama en aquella habitación, irse a la cama y poder disfrutar de una buena noche de sexo. O de una buena compañía. Ni siquiera le importaba aquello. Podría pasar horas simplemente escuchándole. Sin embargo, en ese instante, sentía que su cabeza estallaría en cualquier momento. Había sido demasiado para un solo día y necesitaba descansar su mente.

- ¿De veras piensas irte a beber? Eres un alcohólico, marimo. –Sintió un poco de desilusión, pero al mismo tiempo se alivió. Agradecía la soledad después de todo lo que había vivido aquel largo día.

- ¿Vas a echarme de menos? –Dibujó una leve sonrisa.

-Vete a la mierda, cabeza musgo. Sólo me preocupa que te pierdas y tener que salir a buscarte en plena madrugada. –Respondió acercándose hasta estar a escasos centímetros de él.

-Bastardo... -Murmuró el mayor.

Una mano se coló por su camisa haciendo que un escalofrío recorriese todo el cuerpo del espadachín. –Tienes suerte de que esté cansado... Aún no he olvidado que tu culo y yo tenemos algo pendiente. –Dijo esto último deslizando las manos por su cuerpo hasta que las puso sobre sus glúteos y apretó ligeramente.

-Tsk. –Un gruñido. –Cejillas... -Le agarró la cintura con fuerza. –Vas a acabar conmigo.

-Un leve sonrojo apareció en la cara de Sanji. –Oí, alga... Yo... Sobre lo que me dijiste antes...

Es hora de despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora