"Te prometo que, aunque hoy no lo creas posible, al cabo de un tiempo encuentras las respuestas a tantos porqué"
Ollie lo miraba con desconfianza, para él siempre era más difícil enfrentarse a los extraños y esta vez no era la excepción, claro eso no impidió que le apuntara con el juguete y pusiera esa cara de terquedad cuando Natouch le pidió que dejara de apuntarle a su jefe.
— Ollie, cariño, deja eso, él es el señor Ritprasert, un amigo de papá.
— ¿Un amigo? — Preguntó Nin desde sus brazos. — Pero..., estaba dormido en tu cama.
— Si, porque el señor Ritprasert estaba enfermo y papá lo dejó dormir.
— Ahhh!!! — Dijeron los dos al unísono. Cuando Ollie por fin bajó la guardia, Natouch dejó a Nin en el suelo y fue por el pequeño.
— No le tiramos agua a los amigos de papá, ¿verdad?
— No papá...
— Señor Ritprasert, puede bajar las manos. — Dijo mirándolo por fin.
— Vamos a pedirle una disculpa al señor Ritprasert, ahora. — Les advirtió.
— Natouch, son cosas de niños. — Dijo él parándose por fin del sofá.
— ¿Niños...?
— Lo sentimos, señor, de verdad pensamos que era un ladrón y que se llevaría a nuestro papá... — Dijo Nin.
— Señor Ritprasert, ¿algo que quiera decirles a los niños?
— Si, claro. Acepto sus disculpas, Nin, Ollie...
— Es Oliver. — Dijo Ollie arrugado la nariz, era obvio que no le agradaba aquel señor.
— Oliver..., ¿y tú pequeña?, ¿eres Nin...? — Preguntó Ohm poniéndose a la altura de los chicos.
— Nina. — Contestó ella poniéndose de parte de su hermano.
— Bien, ahora. Vayan a ver si la cena esta lista.
— Parece que no les agrado mucho. — Observó él cuando los niños se fueron rumbo a la cocina.
— Lamento eso...
— Eres estricto, Natouch.
— Deben saber pedir disculpas cuando se equivocan.
— Son traviesos...
— Ni se imagina...
— Te adoran, eres su persona favorita, ¿verdad?
— Trato de educarlos lo mejor que puedo.
— Pensaron que yo te robaría.
— ¿Qué puedo decir?, tienen una gran imaginación.
— ¿No extrañan a su padre?
— ¿Quiere cenar con nosotros? — Preguntó evitando darle una respuesta.
— Por supuesto, no me lo perdería. — Dijo de pronto acercándose lentamente.
— Entonces, creo que..., ayúdeme a poner la mesa. — Era su deber apartarse, no podía esperar a que sucediera alguna cosa de la cual pudiera arrepentirse.
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ESPOSO DESCONOCIDO
Любовные романыUn terrible accidente había dejado en coma al heredero de la empresa aeronáutica más importante del país, con muy pocas probabilidades de volver a ser el mismo, él imponente CEO pronto es abandonado, no solo por su familia, sino que también por su p...