ESPOSO DESCONOCIDO

Capitulo trece

"Eras tú quien no estaba preparado para el amor de tu vida"

(A quien corresponda)

Se sentía miserable, cuando abrió los ojos esa mañana solo pudo mirar el techo de aquella habitación por largo rato, tenia una especie de vacío ahí donde debería estar su corazón, creía que estaba acostumbrado a que le abandonaran, sin embargo, esta vez parecía que él se había llevado todo, dejándolo completamente hueco por dentro.

Como pudo se incorporó de la cama y buscó con la mirada su ropa, de todas maneras, tendría que saber lo que pretendía, estaba claro que quería vengarse, debía suponer que enamorarlo era parte de ese plan, no podía negar que funcionó bien, ingenuamente creyó que él lo amaría y que llegado el momento podría decirle toda la verdad, que él lo entendería y que, aunque le costara perdonarlo, su amor seria real, pero los cuentos de hadas solo eran reales en su mente.

— Veo que has despertado. — Sonrisa irónica, ojos fríos, aquel era el verdadero Ohm Ritprasert, no ese hombre que lo había abrazado y acariciado tantas veces.

— ¿Qué pasará ahora? — Preguntó apenas con un hilo de voz.

— ¿Qué es lo que crees que pasará ahora, señor Natouch? — Hubiera deseado que no lo viera en ese estado, pero estaba seguro de que disfrutaba verlo así, no podía quitarle su venganza, él había esperado mucho por ella.

— No lo sé, eso lo decide usted. — Dijo sin mirarlo.

— ¿Y vas a aceptar todo lo que yo desee? — Natouch suspiró.

— ¿Qué es lo que hará?, ¿matarme?, ¿golpearme?, ¿o prefiere que me arrastre pidiéndole perdón?

— Quiero que me devuelvas a mis hijos, Natouch. Y mi libertad. — Eso era aun peor, no volviera a ver a los niños, pensó que ya no podría sentir más desesperación, pero estaba equivocado.

— Los niños siempre han sido suyos, en cuanto a su libertad, tiene dos opciones, la primera es matarme, la segunda es esperar el plazo dispuesto en el contrato, usted elige. — Natouch se levantó de la cama y tambaleo, el recuerdo de la noche anterior seguía latente en su cabeza.

— Bien, creo que matarte es una buena opción. — Él tenia un arma y le estaba apuntando, lo odiaba, el Ohm Ritprasert del que se había enamorado no existía y eso acabó con su vida mucho antes de que él presionara el gatillo. Natouch cerró los ojos dispuesto a aceptarlo. — No será tan fácil, primero verás perder todo lo que amas, sentirán lo mismo que yo. — Hizo una pausa. Luego volvió a hablar. — No es necesario que vueltas a mi compañía, sobra decir que solo quería que estes cerca, lo que has descubierto, yo ya lo sabía. — Escuchó el portazo mientras se alejaba y suspiró aliviado, aunque no sabía que era peor, si la vida o la muerte.

Los niños estaban jugando alrededor de Thomas cuando Natouch bajó horas más tarde, en cuanto a Ohm él no estaba por ningún lado, suponía que se había marchado a su compañía, ese día pretendía estar con ellos todo el día, en cuanto a Jane, ese comenzaría a reorganizar la casa.

Jugó con ellos hasta que se agotaron, les contó algunos cuentos, bailaron algunas canciones, comieron, después miraron dibujos animados y cuando fue de noche, los llevó a la cama para verlos dormir por horas, se acomodó en el sillón que Jane usaba y ahí se quedó dormido también, eso hasta que su celular comenzó a sonar y recibió aquella noticia, quien llamaba era el secretario personal de su padre, un hombre bastante extraño llamado .

— Su padre ha tenido un infarto, mi señor.

— ¿Mi padre?, ¿Qué ha sucedido? — Preguntó puesto que su padre jamás había usado a su secretario para llamarlo.