ESPOSO DESCONOCIDO

Capítulo once.

¿Sabe?, Le hago creer, quizá, que estoy normal, pero debo confesarle que usted con cada mirada me resucita y me mata"

(Omarr Concepción)

El recorrido hasta su habitación fue lento, entre beso y beso, Ohm lo arrastró hasta su cuarto sin dejar que pensara, pero cuando cerró la puerta detrás de él, el miedo fue más que latente.

— No me mires así, bebé, no haré nada que no desees.

— Yo..., creo que estoy... nervioso.

— No haré nada, si solo quieres dormir, dormiremos... — Esas palabras solo lo hicieron quererlo más, él era capaz de anteponer su bienestar a sus propias necesidades y por eso se sentía seguro.

— Lo siento, no estoy listo.

— Lo entiendo..., no te preocupes. ¿Quieres dormir aquí o prefieres que te lleve a tu habitación? — Preguntó dándole a elegir.

— ¿Puedo quedarme aquí?

— Claro que sí, nada me haría más feliz que durmieras a mi lado, Natouch.

— ¿Aunque no hagamos nada?

— Aunque no hagamos nada, solo relájate y deja de pensar. ¿Quieres tomar una ducha?

— Si..., pero no tengo ropa.

— He pensado en eso, ya tienes ropa para dormir en mi baño.

— ¿En tu baño?, ¿Cómo sabrías que aceptaría venir aquí contigo?

— Tenia la esperanza. Anda, ve a ducharte..., ve..., ¿o quieres que te frote la espalda? — Natouch se rio nervioso y luego avanzó hacia el baño.

Después de que fuera el turno de Ohm de meterse al baño, Natouch fue a la habitación donde dormían sus hijos, al abrir la puerta pensó que se encontraría con una alcoba para adultos, pero lo que descubrió solo lo dejó asombrado, el cuarto era amplio y cómodo, estaba decorado en tonos rosas y azules, los muebles eran completamente coloridos y en el centro tenía dos pequeñas camas, había también muchos juguetes y luces que brillaban en la oscuridad, era como si él estuviera esperando a los niños, quizás lo sabía, tenía que saber que tenia hijos de lo contrario, ¿Por qué prepararía aquella habitación?

Jane seguramente estaba dormida en la otra habitación que conectaba a esa, así que solo observó a los niños dormir, pasaron muchos minutos hasta que sintió alguien entrar en la habitación.

— Están agotados, ¿verdad? — La pregunta fue echa justo después de que sus brazos lo envolvieran por la espalda.

— Umm, dormirán hasta mañana. — Dijo sin evitar sentirse extraño. — ¿Esta habitación?, ¿de quien es?

— Esta habitación es de Oliver y Nina. — Dijo él.

— Pero..., ¿Por qué está decorada como para los niños?

— Todo esto fue preparado para ellos, Natouch.

— ¿Por qué?

— Porque desde que te vi quise tenerte, después conocí a los niños, entonces supuse que, si ibas a venir a casa, te gustaría traer a tus hijos de vez en cuando y ellos necesitarían una habitación.