Capítulo veinticuatro

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Muchas veces pensó que la ausencia de Ohm esos meses se debía a un castigo, vivía enamorado de un hombre que prácticamente no conocía, un hombre que no confiaba en él, que ni siquiera la permitió estar a su lado en esos momentos difíciles, pero estaba tan enamorado y ahora estaba esperando un bebé, estaba en un vaivén de emociones, meses esperando su llegada, meses sin saber nada de él y de pronto llega y todo el rencor acumulado se había ido por la puerta cuando el pronuncio su nombre, Ohm lo tenía a sus pies, siempre sería de esa forma, bastaba una frase, una palabra, para poner su mundo de cabezas.

Ahora mientras tenía cerrado los ojos y dejaba que le acariciara el vientre imaginó que él se quedaría para siempre a su lado, que finalmente serían una familia.

—Estamos divorciados. —Dijo de pronto.

—Volveremos a casarnos. —respondió él.

—¿Crees que te aceptaré de vuelta? —Solo hizo la pregunta como una manera de hacerle saber que aun estaba confundido.

—Te obligaré a aceptarme. Dijiste que no podía irme de tu lado.

—Dije que no te alejaras, eso nada tiene que ver con una relación.

—Puedo ser muy malo si me lo propongo, te secuestraré a ti y a mis hijos, te llevaré adonde jamás podrás volver a salir. —Dijo mirándolo fijamente.

—Tonto psicópata. —Lo apartó.

—¿Aun me amas, Natouch? —Preguntó atrayéndolo nuevamente.

—No lo sé, tal vez. Tengo serias dudas desde que supe que esperaba a este bebé... he vomitado, me he desmayado y me he sentido mal todo este tiempo, tú no estabas aquí, así que me tocó odiarte mucho.

—Pero es un odio pasajero pequeño, ya pronto dejarás de hacerlo. —Estaba tan seguro de que lo amaba.

—Eso depende.

—¿Depende de qué?

—Depende de que tanto estes dispuesto a esperar.

—¿Esperar que, cariño?

—No quiero casarme, Phi Ohm.

—¿Por qué no? —Sonaba algo decepcionado.

—Míranos, ni siquiera nos conocemos lo suficiente, he tenido tanto tiempo para pensar que siento que todo lo he hecho mal. —Se hizo un silencio largo hasta que Natouch habló nuevamente. —Los niños, están en la plata alta, vamos a verlos, Ollie pregunta por ti todos los días, y Nin esta a punto de volverme loco. —Completó para no darle tiempo de refutar.

—¿Me han extrañado?

Natouch contemplo la escena desde la puerta, no cabía dudas de que los niños adoraban a su padre, le habían extrañado tanto como él.

—¿Van a casarse de verdad ahora, papá? —Pregunto Nin tiempo después cuando los tres estuvieron más calmados y dejaron de abrazarse, pero Ohm no respondió solo se limitó a mirarlo esperando una respuesta.

—¿Casarnos?, ¿Quién les dijo eso? —Natouch frunció el ceño.

—Bueno, Phi Jane dijo que ahora que papá había vuelto por fin ustedes volverían a casarse. —Nin estaba preocupada desde que escuchó que su divorcio estaba listo.

—Nin, cariño. ¿Por qué no vamos a la cama mejor?, papá está cansado y yo también. —Le dijo a la niña tratando de desviar su atención.

ESPOSO DESCONOCIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora