8. La razón

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Otra vez regresaban a la cruda realidad, las vacaciones pasaron rápido, el nuevo semestre los esperaba con los brazos abiertos para otorgarles trabajo y más trabajo; proyectos, ensayos, tareas, exámenes, evaluaciones y un sinfín más de cosas.

Y no obstante a eso, a Eiji también se le acababa el tiempo ahí en la Universidad, regresaría a Japón en aproximadamente medio año, su titulación estaba a la vuelta de la esquina.

De alguna manera odiaba que el tiempo pasara con tanta rapidez, si fuera por él se quedaría más tiempo ahí. Especialmente por Ash. Pero no negaba que extrañaba a su familia.

Ash siempre tuvo en mente que Eiji no estaría con él el próximo semestre, cuando él esté cursando su último año de universidad. Se mentía así mismo. Tampoco es como que deseara actuar como si no le importara. No planeaba lastimar a Eiji, pero debía ser fuerte.

- Hola Eiji, ¿quieres que te ayude? – Cargaba una montaña de ropa.

- ¿Puedes hacerme el favor de abrir la lavadora? – El chino obedeció y Eiji dejó su cesto de ropa un lado, comenzó a separar la ropa por color.

- Al parecer no lavaste tu ropa en vacaciones. – Señaló Sing.

- Ni me lo menciones, en lugar de aprovechar mi tiempo libre solo procrastiné a más no poder. - Suspiró. Se dejó llevar seriamente cuando Ash le dijo que debía disfrutar las vacaciones. – Y ahora tengo este montón de prendas sucias.

- Creí que eras una persona más responsable. ¿Ese ejemplo le das a tus menores? – Bromeó.

- El hecho de que yo lo haga no significa que tengas que seguir mi ejemplo Sing.-Bufó.- Además, ya tengo suficiente con ser el ejemplo de mi hermana.

- Es broma. Solo quería relajarte un poco. Me imagino que debes estar saturado de trabajo. – Supuso y estaba en lo correcto.

- Si. - Se lamentó. – Conforme pasan los semestres más carga de trabajo te dan. Así que ya estás advertido, aún estas a tiempo de desertar. – Lo dijo en un tono tan convincente que parecía ser en serio.

- Estaré bien.– Rio. – Aunque no será lo mismo cuando te vayas. – Musitó avergonzado.

Metió la primera ronda de ropa a la lavadora. – Perdón, ¿Qué dijiste?

Ignorado por completo. -Nada.- La atmosfera volvió a ser la misma, recordándole que solo eran amigos.

Buscaba algo por todos lados. - Olvidé por completo traer el detergente. – Se golpeó en la cabeza reclamándose así mismo.

-Te puedo prestar el mío. – Le ofreció su ayuda. – Ya lo ocupé, no te preocupes. – El japonés aceptó. – Bueno, ya me voy, tengo clases dentro de poco. Cuando termines de usarlo puedes dejárselo a Yut, está en mi cuarto. Nos vemos. – Mencionó antes de retirarse del lugar.

- Si, gracias. – Se despidió.

Yut Lung, la misma persona con la que Ash le dijo que tuviera cuidado.

El plan sería dejar el objeto en cuestión, agradecerle y retirarse.

Nada podría salir mal.

Terminó de usar la secadora, llevó su cesto de ropa y el detergente.

Dejó sus cosas en su habitación, Ash estaba en clases.

Recorrió el pasillo del quinto piso hasta llegar a la habitación de su amigo. Tocó la puerta sin obtener respuesta alguna, hizo exactamente lo mismo y nadie le respondió. Quizá Sing se equivocó y Yut también se encontraba fuera. Dio media vuelta y la puerta se abrió repentinamente, el chico de cabello largo salió.

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