6. Halloween

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La noche de Halloween, en la cual los estudiantes universitarios se organizaban año con año, para realizar una fiesta clandestina donde todas las facultades se reunían a celebrar y pasarla bien, el evento se llevaría a cabo en unos almacenes que se encontraban a las afueras de la ciudad, específicamente cerca de donde comenzaba el bosque, consideraban que era la locación perfecta debido a que podrían hacer lo que les placiera sin autoridades que intervinieran.

Para Eiji sería la primera vez que asistiría a un lugar así, considerando que el próximo año se encontraría nuevamente en suelo japonés, se sentía con la obligación de asistir, Ash no estaba muy convencido, pero al final de cuentas terminaría acompañándolo.

Era un trayecto un poco largo, exactamente a 45 minutos desde la Universidad. Cuando se alejaron de la ciudad Eiji observaba el paisaje detenidamente, le parecía familiar a pesar de que nunca estuvo ahí físicamente.

- Oye Ash, este lugar, ¿no es el de las historias de terror? Las que mencionan que sucedieron eventos trágicos - gritó debido a el ruido que hacía la motocicleta.

- Tranquilo, solo es una leyenda estúpida, he pasado por aquí varias veces y nunca he visto nada fuera de lo común.

- ¿Seguro? No sé porque desde que nos adentramos específicamente aquí, siento que el ambiente se puso pesado - contestó abrazándose así mismo.

- No me digas que tienes miedo oniichan.

- Claro que no -habló rodando los ojos.

- Bueno, no puedes arrepentirte ahora, tu querías venir, ya casi llegamos - mencionó acelerando.

- Ash, estás excediendo la velocidad.

- Ya deja de preocuparte sino te harás más viejo, sé exactamente lo que hago - volteó un segundo para ver a su acompañante.

- Ash ¡cuidado! - advirtió Eiji al mirar las luces de un auto acercándose justo enfrente de ellos.

Ash maniobró a un costado provocando que salieran de la carretera, frenó repentinamente chocando con una valla de madera, como ambos portaban casco consigo ninguno sufrió de heridas graves; golpearon sus cabezas al unísono.

- ¡Oye imbécil!, ¡fíjate por dónde manejas! -exclamó furioso haciéndole una seña obscena al conductor del auto que casi los atropella - ¿Estás bien, Eiji? - preguntó preocupado.

- Si, solo me dolió el golpe de la cabeza- quitó el casco de su cabeza para sobar el lugar donde había recibido el golpazo - ¿Tú estás bien?

- Si, no es nada grave - suspiró.

-Será mejor que regresemos - sugirió.

-Para nada, solo faltan 10 minutos. Además, quiero ir a esa fiesta contigo Eiji- sus mejillas se tornaron rojas.

- Está bien, vamos- recargó su rostro en la espalda de su acompañante y se aferró a su cintura mientras tanto Ash se adentraba a el camino nuevamente.

Llegaron a su destino, observaron el lugar, se trataba de una clase de convento abandonado contiguo a un cementerio, se miraron confundidos.

- ¿Es aquí? - señaló el lugar.

- No lo creo, Sing me dijo que era en un almacén -dijo consternado.

- Espera, ¿te dio la dirección?

- Si, aquí está - entregó su celular.

- Eiji, eso es a las afueras del norte de la ciudad, estamos en el sur.

- Jeje, creo que me equivoqué - musitó.

- Debemos apresurarnos, ya son casi las 8, en lo que llegamos al otro extremo de la ciudad serán casi las 10.

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