Aslan aún recuerda perfectamente a su primer compañero de cuarto, se trataba de un chico de tercer año, cuando se conocieron parecía que se llevarían bien, eso pensaba. Estaba temeroso al llegar la noche, cerró los ojos y sucedió lo que menos quería, despertó gritando, su acompañante se asustó. Las primeras noches trató de ser comprensivo, pero conforme pasaban los días le colmó la paciencia.
— ¿Qué te pasa? No he podido dormir bien con tus malditos gritos.— Exclamó furioso.
— Pues si no te gusta, lárgate. — Lo empujó hacia su cama, estaba a punto de abalanzarse para golpearlo, pero se detuvo al ver como el otro chico lo ignoró y empezaba a empacar sus pertenencias. Se marchó en plena madrugada dejando la habitación solo para el lince.
Tal como pensaba al día siguiente se percató de que los demás murmuraban sobre el pleito en el que participó, aunque realmente no es como si le importara, no planeaba fingir ser amistoso para agradarles.
Lamentablemente con sus siguientes compañeros de cuarto pasó casi exactamente lo mismo que con el primero, ninguno congeniaba con el rubio, nadie parecía tolerar si quiera su presencia, por lo tanto, los rumores fueron creciendo más y más, hasta el punto de que cada que mencionaban el dormitorio donde se hospedaba Lynx, sabían muy bien con quién se encontrarían como compañero, inminentemente pedían un cambio de habitación, incluso pagaban por hacerlo.
— Sabes, podemos lograr cosas muy grandes juntos.—Sugirió el chino de cabello largo.
— No hables estupideces. —Después de que lo intentó drogar, ¿cómo se atrevía a si quiera proponerle eso?
— Conmigo podrás ayudar a tus amigos a salir de las calles, o dime, ¿no te gustaría que ellos tengan la oportunidad de estudiar la universidad?
— No necesito tu maldita ayuda, eso es problema mío.
— Es tú última oportunidad, nadie más será capaz de ofrecerte ayuda.
— Lárgate.
— ¿Estás seguro?
— ¡He dicho que te largues maldita sea¡ — Dijo perdiendo los estribos —. Sí algún día vuelves a entrometerte en mi camino, no te mostraré ni una pizca de piedad.
— Supongo que estoy advertido.—Mencionó antes de retirarse del lugar.
Yut-Lung Lee fue el último compañero que tuvo Ash.
Consecuentemente no contó con ningún compañero durante un semestre completo, exactamente un semestre antes de que Eiji llegara a Nueva York. Es por ello que cuando cruzó la puerta y lo vio ahí parado presentándose, sintió que invadían su espacio personal, se había acostumbrado a estar solo él. ¿Cómo iba a ser amable con alguien a quien quizá le iba echar bronca por no dejarlo dormir plácidamente?
Aunque a simple vista, ese chico extranjero parecía tener un semblante gentil y amable. Pero las apariencias engañan, el claro ejemplo fue Yut-Lung.
Probablemente solo estaba fingiendo ser buena persona.
Tal vez solo eran meras suposiciones, descubriría si era buena o mala persona cuando ambos fueran a dormir, definitivamente no lo iba a saber en la primera noche, sino también en las que seguían. Había la probabilidad de que solo actuara comprensible la primera vez, tal vez los siguientes días estarían discutiendo por ello.
Sin que se diera cuenta pasó un mes, dos, tres, cuatro...se habían vuelto buenos amigos y ahora eran pareja.
Ahora el dilema es que Eiji solo podía quedarse un año, creyeron que el tiempo pasaría lento, pero pasó todo lo contrario.
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Quiero conocer tu mundo
De TodoAsh Lynx un joven universitario de 20 años que está cursando su tercer año en la universidad, mientras que Eiji Okumura de 22 es un estudiante de intercambio y quien es el próximo compañero de cuarto de Ash, cuando se conocen se dan cuenta que son m...