Cada que Ash veía a Eiji en los entrenamientos, la manera en que saltaba y volaba por los cielos por unos segundos, pensaba que lo hacía ver de una forma libre, como si se tratase de un pájaro.
El añoraba tener esa libertad, ojalá fuese así de fácil dejar su pasado y obtener a cambio una vida "normal". Aunque en realidad no conocía el significado de vivir una vida normal.
Eiji le ha dicho en varias ocasiones que si se va con él a Japón no correrá peligro, que no tendrá la necesidad de portar un arma, pero... ¿y si no es así? A veces pensar en esa posibilidad lo ponía melancólico y le provocaba miedo.
- Yo también quería ser cómo tú. Siempre quise haber vivido una vida más normal.
- Puedes hacerlo. No es demasiado tarde. Puedes renacer, puedes ser libre.
Tampoco es como si fuera tan fácil como comprar un boleto de avión y comenzar una vida nueva, ¿o sí?
Para ello primero tenía que dejar muchas cosas en orden, como buscar que los integrantes de su pandilla encontraran las riendas de su vida alejándose de las peleas y lo que conlleva el crimen, ya sea buscando un oficio o mejor aun entrando a la universidad.
Por otra parte, avisarle a Max, su tutor, que se iría a vivir al extranjero para no preocuparlo; él ya conocía a Eiji, le parecía buen chico y lo mejor de todo es que mantenía una buena relación con su tutor, es decir Ibe. Era gracioso, aunque no hubiesen sido compañeros de cuarto igualmente estaban destinados a conocerse de una u otra manera. Y todo por la amistad de esos viejos.
También estaba el asunto de terminar la universidad porque Eiji no estaría de acuerdo en que la dejase. Y no lo culpaba, tampoco le gustaría dejarla inconclusa sino ¿de qué se mantendría si llegara a vivir en Japón? No deseaba ser una carga para Eiji.
Y por último buscar un trabajo estable, pues iba a necesitar ahorrar el dinero suficiente antes de hacer el viaje, además de que era necesario para formar un nuevo hogar con su pareja.
Aunque Ash ya sentía que vivían como pareja de casados, después de todo coexistían bajo el mismo techo, compartían casi todo y ambos cocinaban, pero a Eiji se le daba mejor, en una ocasión le dijo serías buena esposa.
- Después de todo es como si ya estuviésemos casados.
- Pues yo no veo ningún anillo en mi dedo.- Alzó su mano izquierda en señal de que no le había entregado aún un anillo de compromiso como para afirmar algo así. Claramente lo hacía para molestarlo.
- Eso es lo de menos, en un futuro lo tendrás.- Entrelazó su mano con la suya.
- Algún día...¿Te gustaría tener hijos? - Preguntó Eiji.
- Por supuesto, me imagino como sería tener una versión mini de ti, sweetie.
Enrojeció.- A mí también me gustaría tener un hijo que se parezca a ti Aslan.- Acarició su cabello con delicadeza.- Aunque quizá nos estamos adelantando mucho al futuro ¿no crees?
- ¿En serio? Yo pensé que era un tema común en el noviazgo.
- Lo es, sobre todo en una relación formal.
- Así que eres todo un experto en relaciones ¿eh, onii-chan? - Expresó con picardía.
- Por supuesto que no.
- Ven aquí.- Lo recostó en la cama para llenarlo de besos.
- ¡Ash, me estás haciendo cosquillas! - Dijo entre risas.
- Eso solo es el inicio.- Insinuó quitándose la chaqueta.
- Entonces déjamelo a mí.- Contestó cambiando de lugar, quedando Ash abajo y Eiji arriba.
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Quiero conocer tu mundo
RandomAsh Lynx un joven universitario de 20 años que está cursando su tercer año en la universidad, mientras que Eiji Okumura de 22 es un estudiante de intercambio y quien es el próximo compañero de cuarto de Ash, cuando se conocen se dan cuenta que son m...