☁️Capítulo 10☁️

765 131 16
                                    

Hoy está siendo uno de los mejores días de mi vida por mucho, el yeso por fin me lo han quitado, mis padres regresan de su crucero y por fin tendré una moto nueva para la temporada de competencias que está proxima a comenzar.

—¿La tía Venus sabe que comprarás otra moto? —preguntó Kai luego de aparcar junto al establecimiento de motos donde solemos venir por repuestos.

—Se lo debe imaginar. Hace un par de días hablé con ellos por llamada, mi padre preguntó por su amado Jeep y si todavía no lo había chocado, y luego mencionó que si me faltaba dinero le dijera, aunque creo que mis ahorros de todo un año son suficientes.

Apenas entramos al local el dueño nos saludó, ya teníamos suficiente tiempo siendo fieles clientes de este lugar por lo que conocíamos un poco al dueño y sabíamos que también tenía un buen gusto por las motos, igual que nosotros.

—¿Cuál es la compra de hoy? —caminó junto a nosotros hasta la parte donde estaban las motos colocadas una al lado de la otra.

—Una moto nueva —respondí a su pregunta.

—¿Que ha pasado con la anterior?

—La estrellé intentando no llevarme a una chica por delante y quedó inservible.

El hombre se despidió de nosotros y se fue a atender a otros clientes. Kai y yo nos pusimos a ver detalladamente las motos, comentando entre nosotros cual sería la mejor opción. Al final me decidí por una KTM 150 SX, mi primo y yo habíamos estado de acuerdo en que sería la indicada por su facilidad de manejo y buena potencia en carreras.

Una buena opción si quería seguir conservando el primer lugar en las nacionales de este año.

Buscamos unos que otros repuestos para futuros cambios por mantenimiento y terminamos pagando. Cuando me entregaron las llaves me sentí como un jodido niño cuando tiene un juguete nuevo.

—Ni siquiera por una novia has sonreído tanto —se burlaba mi primo.

—Esta me hará ganar competencias, la última novia que tuve me hizo ganar, pero un par de cuernos.

—Por eso sigo creyendo que es mejor disfrutar y luego soltar. Sin compromisos, así la vida es más fácil.

Aunque Kai era la persona a la que recurría cuando necesitaba consejos o ayuda en ciertas situaciones, lo cierto es que según mis padres, el chico tenía gran parecido con tío D, no físicamente pero si en su comportamiento cuando de chicas se trataba.

A día de hoy yo todavía no había conocido a la primera novia oficial de Kai Carson. Solo puros rollos de una noche. Bien lo ha dicho él, disfrutar y luego soltar.

Kai dejó las bolsas con repuestos en el auto y luego subió tras el volante, yo por mi parte me ubiqué a su lado en la moto y ambos empezamos el camino de vuelta a mi departamento. Como era de esperarse llegué antes que él. Había extrañado tanto andar en moto y sentir como la brisa daba directo a mi rostro y alborotaba mi cabello, sin duda para mí no hay mejor sensación que esa.

Poco tiempo después el Mercedes blanco de Kai se estacionaba en la acera frente al edificio, bajó del auto y trayendo mis compras subimos a mi departamento. Apenas entramos dejó las bolsas sobre el sofá y luego fue directo al refrigerador, trayendo consigo dos latas de coca-cola y dejándose caer en mi sofá.

—Esta noche hay una carrera a las afuera de la ciudad —informó a la vez que me tendía una de las latas.

Digamos que había buenos pros en ir a esas carreras, por ejemplo, yo solo participaba como corredor y ganaba una buena suma por las apuestas que los demás hacían a favor de mí. Pero los contras, y eso no me había pasado hasta casi un año, es que en cuestión de nada el lugar puede llenarse de patrullas, y mira que pasar toda una noche en la banca de una comisaría no es muy comodo.

Enséñame a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora