el tiempo sigue pasando

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Narra Lucia

Ya había podido hacer un clon y toda las mañanas el entrenamiento era duro, pues no era lo único que practicaba, no debía confiarme jamás, mi fuerza o el poder que poseo, podrá ser superior a los demás pero nadie sabe que vueltas pueden dar la vida, confiarme no es una opción.

Desde que logré hacer mis clones practique hacer de todo con ellos, ver asta que límite podía llegar.

Note que podía canalizar mi vista a través de ellos, podía ver lo que ellos veían y también controlarlos, cuando los deshacía los recuerdos también llegaban a mi, podían usar magia, pero su límite es cuánta magia les depositaba en ellos.

Note también que el chacra se podía transformar en más magia pura para su mi uso, podía recolectar de la misma naturaleza, asta de un persona... Aún que en lo ultimo al descubrirlo no fue agradable.

En un día normal había echo un clon habitual, el cual envié a explorar más allá de mis terrenos, en el camino se había encontrado con un ladrón, bandido, ex ninja.

Estaba atacando a una mujer y un anciano, claramente aparte de robar le quería hacer otras cosas a la pobre mujer, yo en esos momentos estaba probando la conexión, viendo a través del clon, ya que no sabia todavía si la conexión se podía cortar por la distancia, entre otras cosas.

Viendo todo el desenlace me había enfurecido, ya que eso me recordó a mi amiga que había sufrido lo mismo, si no fuera que mi novio había decidido ir al centro ese día con su hermana para comprar un regalo para su madre no se que hubiera pasado, mejor dicho ni quería pensarlo.

Ante la furia del recuerdo y del momento, le había dado un golpe mandandolo a volar, la mujer como el anciano estaban asustados, no tenía problema que me vieran ya que todo clon siempre llevaban una máscara, pero por no verme el rostro tampoco bajaban la guardia conmigo, en ves de enojarme eso me había alegrado como preocupado, cuan podrido tenia que estar el mundo para que desconfies de tu propio salvador.

Les ordene irse, claramente por el shock no se movían pero justo cuando les iba a repetir que se fueran la cucaracha había salido de los arbustos, todo echo mierda, pero como dice el dicho mala hierba nunca muere y este cumplía con los requisitos.

Ante la presencia de su agresor la mujer y el anciano huyeron, antes me molestaría por que me dejaran sola pero no, yo se los había pedido como también que no estaba pensando en esas cosas, solamente me quería a deshacer de ese infeliz, de ese aborto mal hecho.

Luego de un buen rato de insultos y cosas la sibas por parte de la escoria, arta le había agarrado del cuello, no sabía en qué momento paso pero había empezado a rodearme de magia, la rabia me había ganado, solo podía mirarlo a los ojos viendo como se desesperaba para que lo soltará, era tan patético, no sabía que podía sentir alegría al verlo así, odiaba a estas clases de personas.

La magia simplemente había racionado a mis deseos de dejarlo sin vida, pero como la magia no estaba siendo controlada como se debía, lo había secado como momia, no me daba asco matarlo, lo que si era tocar su asqueroso cadáver.

El clon había almacenado su poco chacra que poseía, mientras lo transformaba en mas magia para mi clon, pero lo disipe al instante, no quería nada de esa escoria, menos esa magia que al liberarla volvió a ser lo que era y la misma naturaleza lo absorbió.

Después de eso pasaron más días, los ninjas por fin se habían ido, había evitado matarlos, no es que me faltaran ganas pero no quería llegar manchada a mi casa, además no era bueno que este pueblo este en la mira, no arriesgaría la vida de gente inocente, aun que a las chismosas que les parta un rayo.

Y aún que la señora Mei ya se había ido ( si, ya se fue teniendo que cerrar el negocio mucho antes, dejándome lo poco ganado para mi), la única que me ofreció una mano, no dejaría que los demás fueran atacados ante la desesperación de Danzó por tener a Naruto.

Madre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora