Visita de Sofía

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Eva se seca las manos en su ropa, pero apenas unos instantes mas tarde, sus palmas están sudando nuevamente. Mira la hora en la pantalla del celular que Gustavo le regaló unas semanas atrás. Ya son las cuatro de la tarde, Sofía debe estar por llegar en cualquier momento.

Unas voces en el pasillo la sobresaltan, ilusionándola, pero éstas se alejan tan rápidamente como llegaron.

Eva suspira, vuelve a secarse las manos. Acomoda el mechón corto de su cabello. Dos golpecitos en la puerta le detienen el corazón.

La puerta se abre y ahí está ella: hermosa, sonriente y cargando un ramo de flores.

—¡Eva! —dice Sofía, dejando las flores sobre el mueble más cercano para luego apresurarse hacia sus brazos.

—Hola —responde Eva.

Sofía le acaricia el rostro, la besa en los labios, se aparta para mirarle las cicatrices, se acerca para dejarle breves besos por toda la cara y luego la mira con reproche.

—¿Qué te hizo pensar que unas cuantas cortadas, puntadas y moretones iban a desvanecer mis sentimientos por ti?

Eva se encoge de hombros.

—Respeté tus deseos de no aparecerme por aquí únicamente porque de verdad pensé que no sentías nada por mí —dice Sofía, delatando un tono de urgencia e irritación con Eva—. Pero si vas a ser mi novia, no puedes volver a prohibirme que te esté contigo en las buenas y en las malas, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —responde Eva, intentando ocultar la sonrisa que lucha por dibujarse en sus labios—. ¿O sea que todavía quieres que sea tu novia?

—Nunca vuelvas a pedirme que te deje sola en tu momento más vulnerable, Eva, lo digo en serio —Sofía entrecierra los ojos y aprieta los labios.

—Te lo prometo —dice Eva—. Te ves tan bonita cuando estás enojada, nunca te había visto enojada.

—Estoy tan enojada contigo, Eva. No tienes idea —Sofía se acerca lentamente y la besa con extrema ternura.

Sólo a ella | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora