CAPÍTULO 7

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(***)


–¿Pero ¿tú qué coño estás haciendo aquí?

Siento como si la mandíbula se me estuviera descolgando por la sorpresa

No me lo puedo creer

Las palabras que acabo de decir hace menos de 2 dos minutos retumban en mi cabeza.

¿Que podría salir mal? ,  ¿que podría salir mal?

–¿No me invitas a pasar? —Se mete antes de que pueda responderle, me da un leve empujón con el hombro cuando pasa por mi lado.

Estoy en una especie de shock

¿Quién se cree este imbécil?

Deja el casco de la motocicleta sobre la repisa y se sienta en el sillón para abrir su mochila y sacar la libreta de ella.

Me quedo paralizada con la boca abierta, el es la raíz del atrevimiento, que necesidad tiene de perturbar La Paz de las demás personas.

—No te quedes ahí. – me hace señas con la mano para que vaya hasta donde él está.
Cierro la puerta de un portazo.

—Te hice una pregunta. – le hablo cruzándome de brazos frente a él.

Levanta la vista para mirarme antes de hablar.

—Y bien pervertida¿Cuál es tu color favorito?—
Parpadeo varias veces sin entender nada,

¿como puede ignorarme y tomarse todo tan a la ligera?

Me estoy empezando a enojar, incluso me siento tan impotente que podría empezar a saltarme un ojo del estrés.

Tiene que ser una puta broma. Pienso.

—Estoy hablando en serio Marcus. ¿Quién coño te estas creyendo para venir a casa, sin avisar y habitar este espacio como si fuera tuyo?— hago un círculo con el dedo intentando señalar todo el lugar.

Se burla haciendo que las mejillas se me llenen de rubor por el enojo.

Carraspea su garganta abriendo la boca para hablar.

—En primer lugar—dice levantando la mano donde sostiene el bolígrafo. –No grites porque arruinaras tu fastidiosa voz, en segundo lugar, si frunces demasiado el entrecejo mientras estas molesta te saldrán arrugas y, por último, pero no menos importante... —Hace una pequeña pausa como para agregarle suspenso a lo que está por decir. —Tenemos un proyecto juntos, desgraciadamente.

Súper desgraciadamente. Pensé.

Me llevo la mano al puente de la nariz tratando de canalizar las energías por medio de la poca paciencia que me queda.

Es un idiota, no se toma nada en serio.

—Si, un proyecto que es para pasado mañana Marcus, Ahora mismo no puedo atenderte.—
Le digo caminando hasta donde está la puerta, la abro y le hago una seña para que se vaya —Mándame las peguntas por E mail o algo así.

Marcus se levanta y pasa por mi lado empujándome hasta llegar a la puerta, que cierra.

—Lo haremos hoy, porque mañana voy a grabar contenido para tiktok con mi equipo. —Me dice y reprimo las ganas de hacer una pataleta.

—¡Que no puedo joder! —exclamo enojada, casi gritando.

Se me da por mirar el reloj y faltan cinco minutos para que Daniel llegue por mí.
Entro en crisis, no se como voy a sacar a este estupido de la casa.

CORAZÓN EN EXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora