CAPÍTULO 9

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Las mañanas lluviosas no eran algo propio de Los Ángeles, de hecho dependiendo de las zonas se podría decir que las precipitaciones son casi inexistentes con un promedio de 35 días lluviosos al año. Hoy, era uno de esos días y yo no estaba nada disgustada por no haber asistido a la escuela, me había pasado la mañana escuchando una banda española que me recomendó Daniel " Gritando en silencio" Las canciones me parecían crudas y algunas parecían pedazos de poesía recopilada de algún diario de una persona que había batallado hasta el cansancio sin armadura para proteger su corazón.

La ultima canción de la playlist que Daniel me había compartido empezaba a sonar, observé las gotas que se deslizaban por mi ventana mientras la melodía de a la luz de una sonrisa se apropiaba del espacio

Cuando la canción llegó a su fin le mande un mensaje a Daniel con la frase de la canción que más me había impactado

Tu: "Por favor cuéntale que la miro como no miro a ninguna"

El me respondió al instante.

Daniel :¿ Te has pillado de la banda ?

Tu: Me encantó.

Daniel: Es una lástima que no estuve ahí para ver tu reacción.

Daniel: sigues tu, quiero saber que escuchas.

Recibí el mensaje y me quede reflexionando un momento, yo siempre había sido muy reservada en cuanto a lo que me gustaba, creía que el arte que admirabas, los libros que leías y hasta la música que oías era una recolección de piezas claves para conocer el alma.

Aparte de los ojos, las pasiones también son una ventana al alma. Pensé.

Me sorprendí a mi misma divagando así que cuando volví a mi realidad procedí a mandarle a Daniel la segunda playlist que más me gustaba.

No voy a enviarle gatitos. Volví a pensar y reprimí una risita al imaginarme la cara de Daniel cuando viera el nombre. Es que ¿Como iba a explicarlo ?

Le envié a Daniel la playlist que tenía por nombre Nemesis y cerré la ventana de chat para levantarme de la cama.

Ya había parado de llover, solo había un leve goteo así que baje las escaleras para comentarle a Joys que el plan con las chicas en casa de Leandra seguía en pie, yo no tenía tantas ganas de ir, pero si tenía ganas de ir con Daniel.

Cuando estuve abajo joys estaba dormida con los chicos en un colchón inflable que tenían a la mitad de sala, la película de la sirenita animada se reproducía en la tv con el volumen bajito.

CORAZÓN EN EXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora