CAPITULO 12

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(***)

La intensidad de las luces del restaurante me empezaba a molestar, la causa, seguramente se podía resumir al dolor de cabeza tan despiadado que había tenido los últimos días, dolor, que le atribuía a los niveles tan altos de estrés y frustración q...

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La intensidad de las luces del restaurante me empezaba a molestar, la causa, seguramente se podía resumir al dolor de cabeza tan despiadado que había tenido los últimos días, dolor, que le atribuía a los niveles tan altos de estrés y frustración que me encontraba manejando.
Agacho la cabeza cerrando los ojos como si quisiera hundirme en mi mismo pero lo único que consigo es traer a la persona que me tiene vuelto un lío con los últimos acontecimientos a mi mente.

Leandra.

Nada más de volver a pensar en la situación tan bochornosa a la que se tuvo que rebajar por un poco de atención le hace perder el encanto y como si no fuera poco, se lleva por delante mi carrera como supercross profesional, todo eso si yo lo permito claramente.

Me masajeo la sien mientras veo llegar al mesero con las entradas que pruebo de mala gana junto a mánager de hace casi 3 años, Max.

Decidimos vernos en este lugar, bueno, más bien el decidió que nos viéramos para "comentarme" algunas porquerías que el nombró "aspectos importantes "

El inicio de la conversación toma lugar sobre los hechos que seguramente harán que pierda millones y es que, no se trata únicamente del dinero, si no de todos los tratos que podrían irse al carajo por los celos de dos chicas a las que siempre les dejé  todo claro, pero el tema principal de hoy es el capricho de Valeria.

—Valeria no quiere negociar. — me suelta de la nada mientras tomo la copa para empinarme el vino.
Dejo escapar aire y el genio se me revuelve con la frustración.

—Convéncela Max, ese es tu trabajo. —exijo.

Si algo he aprendido en este mundo es que siempre habrán condiciones, siempre se puede negociar o presionar, en caso tal se ponga todo difícil.

—Si Marcus, es mi trabajo siempre y cuando tú no desbarates con los pies lo qué haces con las manos. —endereza la espalda para seguir hablando. —No negociará.— su posición es firme. —carraspea la garganta consiguiendo aclarar el tono de voz—se podría decir que si esto se sabe públicamente te irás a la mierda, no se renovará el contrato para la publicidad de Nike, no habrá publicidad para la pista y los patrocinadores podrían dejarte.

Me llevo las manos al puente de la nariz reflexionando sobre mis actos, de los cuales no me arrepiento pero si debo cuidarme de que algo similar me vuela a ocurrir.

Maldita sea la hora en la que me las folle a las dos.

Estaba seguro de que me había citado aquí para salirme con alguna babosada pero algo tan nefasto como un "no negociará" me logra sacar de mis casillas enseguida.

—Resuélvelo  — es lo único que consigo decir.
Mientras nervioso entrelazo mis manos debajo de la mesa.

Un golpe como este ahora podría retrasar mis planes.

CORAZÓN EN EXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora