CAPITULO 16

4.8K 190 83
                                    




La brisa tenue y caliente, se colaba por mi ventana moviendo las cortinas levemente, hacia calor, era uno de los días más calurosos desde que me había mudado a Los angeles,  si mirabas por la ventana, podrías ver pasar a  las chicas en tops de tra...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






La brisa tenue y caliente, se colaba por mi ventana moviendo las cortinas levemente, hacia calor, era uno de los días más calurosos desde que me había mudado a Los angeles, si mirabas por la ventana, podrías ver pasar a las chicas en tops de trajes de baño y shorts para irse en sus convertibles a la playa.

Tenía los cascos de los auriculares puestos y sonaba una canción que me trasmitía tranquilidad, tranquilidad que se veía comprometida con los pensamientos llenos de obsenidades que acaparaban mi cabeza.

Había pasado de no pensar en absolutamente nada sexual, más allá de la curiosidad que puede sentir cualquier persona de mi edad, a navegar en flashbacks sexuales que desestabilizaban mis emociones.

El calor no ayudaba, y el fino rose de la pijama de shandal sobre mis pezones, hacia qué cualquier cosa en la que tratará de concentrarme, se tornara en una especie de nube de conclusiones que me hacían querer correr hasta donde estaba lo prohibido.

Marcus. Pensé en su nombre después de pensar en la palabra prohibido.

Llevaba todo el día así, pensando, e imaginando cómo sería volver a estar en ese punto, en la cima. En ese momento donde dejé de escuchar, dejé de ver, dejé sentir dolor solo para concentrarme en el placer y desear tanto volver a un momento, me hacía sentir... culpable, pues tenía toda la situación en mi contra, todas las palabras que me había repetido a mi misma en voz alta quedaban en el abismo de la incoherencia cuando le daba rienda suelta a esos pensamientos que terminaban en el.

Joder. Pienso cuando siento que ha sido demasiado y me levanto de la cama de golpe, molesta conmigo misma.

Un leve mareo se apodera de mi, me agarro de la pared para no caerme

Ha de ser porque me levante con rapidez.Pienso.

Si hubiera estado en casa, papá habría dicho que es porque tengo anemia.

Entro al baño y me quito la ropa para ducharme, cuando me veo al espejo los pezones los tengo duros y la piel se me pone chinita nada más con mi propio tacto.

—Joder — se me escapa cuando sostengo las bragas que me acabo de quitar en la mano.

Están cargadas de humedad igual que mi entrepierna.

Me quito los cascos y enciendo el altavoz para ducharme con la música en alto, necesito distraerme, cantar, pensar en lo que sea menos en esto tan despiadado que se está apoderando de mi.

La primera canción en sonar de gatito es ilegal de cultura profética.

A veces me pregunto que tan maduro será tener una playlist con llamada como el deseo más grande que tuve de niña, tener una mascota, en especial un gato.

Tomo aire por la boca abriendo la llave que da paso al agua fría, que se esparce por mi cuerpo desnudo, provocando que me erice más.

Es inútil. Pienso.

CORAZÓN EN EXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora