CAPÍTULO 2

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(***)


¿¿¿Uniformes??????

Entré  un especie de estado de shock interno.

—Si Alenha, pero no te preocupes es muy lindo, seguro se te verá genial.

No estoy lista para usar un uniforme, nunca lo he usado.  Pensé

—Dime por favor que no es una minifalda. —Le dije en tono de súplica mientras juntaba las manos como quien va a rezar.

—Si es una minifalda, pero no es tan malo de hecho es muy bonito, tienes un cuerpo hermoso té quedará bien.

Dejé escapar un gruñido decepcionada.

—Necesito verlo. —demandé mientras abría la nevera para servirme un vaso de zumo de naranja.

—Claro que si, en un momento te lo traigo. — Joys caminó hasta su habitación, trajo el uniforme perfectamente planchado y acomodado en un gancho.

Era una camisa blanca manga larga, con una falda negra plisada, y ademas tenía una corbata del mismo color de falda.

Era bonito, eso era innegable, pero aún así me daba un poco  vergüenza usar minifalda, ya que no era un hábito que se pudiera tener en forks con la lluvia y el frió.

Joys me entregó el uniforme y me metí en mi habitación para poderme vestir, el uniforme llevaba unas medias negras que llegaban un poco más debajo de la rodilla.
Por un momento pensé en qué zapatos usar y luego me acorde que yo tenía unos converse negros de los que tenían la plataforma alta.

Así que me metí en la falda que se ajustaba perfectamente a mi diminuta cintura, me encaje la camisa y cuando me estaba poniendo la corbata me percaté de que no se me veía mal, tomé un poco de confianza para salir para que mi hermana pudiera llevarme a la escuela.

Ella estaba dándole de comer a Kenia a un extremo de la cocina.

Carraspe con la garganta para que notara que estaba ahí y ella levantó la vista para seguido ampliar una sonrisa que le cubría todo el rostro.

—Te queda perfecto. — halagó aplaudiendo.
Me observé de arriba abajo a mi misma como si pudiera conseguir detallarme sin un espejo.

— ¿Tu crees? —indague poniéndome un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Estoy convencida, todo te va genial, vamos te llevo para que no llegues tarde.

Limpió las sobras de comida que tenía Kenia en la boca y la cargó mientras tomaba las llaves del auto.

Cuando salimos el sol besó mi cara y el cielo despejado me hizo congelarme un instante, contemplándolo, cayendo en cuenta de que siempre me sorprenderé de verlo.

Me subí al auto al lado de Kenia quien estaba de mal humor porque no quería que le hiciera mimos, así que me puse a husmear en mi móvil.

—¿Como me dijiste que se llamaba la escuela?. —le pregunté a Joys.

—Los Ángeles school.

La empece a buscar en Instagram, a simple vista era una jungla de personas con dinero.
Habían muchas fotos de torneos y de chicos que iban a la escuela y la etiquetaban en sus post.

Una publicación en particular me llamo la atención, era un grupo de 3 chicas y 3 chicos, estaban sentados en una zona verde y no parecían haberse percatado de que les tomaban una foto, aun así lucían externamente bien, lo que más resaltaba de la foto era lo guapos que eran todos y que habían dos caras repetidas en la imagen.

CORAZÓN EN EXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora