Salimos fuera a esperar a Taehyung, el ayudante de Jungkook, que nos llevaría en coche a todas. Intentamos rechazar la oferta pero Jungkook insistió y al final iremos con ellos.
JENNIE: ¿Por qué no tomas nota?
LISA: ¿Qué?
JENNIE: El ayudante de Jungkook también le hace de chófer.
LISA: ¿Ahora quieres que sea tu chófer?
JENNIE: No estaría mal.
LISA: Si mi jefa me diera un coche de empresa...
JENNIE: Podemos negociarlo.
Taehyung llega y todos subimos al coche. Jungkook se sienta en el asiento del copiloto e Irene, Jennie y yo nos sentamos atrás. Nuestro hotel está cerca y podríamos haber ido caminando, yo lo hubiese preferido.
JUNGKOOK: ¿Lo habéis pasado bien?
JENNIE: Mucho.
LISA: Sí, Nueva York es muy diferente a Seúl, me ha gustado.
Taeh empieza a hablarnos de los bares a los que podríamos haber ido de noche, la música que ponen en cada uno, el ambiente... por si mañana queríamos volver a salir, al parecer es un experto en la noche neoyorkina. Mientras nos explica siento cómo la mano de Jennie se posa en mi muslo, un poco más arriba de lo que podría considerarse normal. Siento un escalofrío y me pongo nerviosa, también dejo de escuchar a Taehyung. La miro intentando decirle con los ojos 'Qué haces', pero ella tiene la vista al frente, no me mira, asiente ante lo que están contándonos los chicos y me aprieta el muslo. Me está explotando la cabeza. No solo la cabeza, cada presión de la mano de Jennie en mi muslo se traduce en un cosquilleo en la parte baja de mi abdomen. Siento que me quedo sin aire, no soy capaz de decir nada, de escuchar nada.
No sé cuánto tardamos en llegar al hotel, ni cómo, ni cuándo, no fui consciente de nada desde que Jennie empezó a tocarme, pero la cuestión es que llegamos. Nos despedimos de los demás y bajamos del coche. No me atrevo a decirle nada, no sé qué decirle. Mi cabeza ahora mismo está bloqueada, estoy nerviosa, ansiosa, excitada y tengo miedo. Porque estamos a solas por primera vez después de haberle dicho todo lo que le dije, porque aún no me ha terminado de bajar el alcohol, porque no sé qué decirle ahora, porque me gusta más de lo que quiero reconocer, porque me asusta que ella no esté en el mismo punto.
Ella tampoco me dice nada, solo caminamos hacia el ascensor. El silencio no es incómodo, es agradable, me siento a gusto con él. Prefiero mil veces estar en silencio a su lado que intercambiar quinientas palabras con cualquier otra persona.
Subimos al ascensor y nos miramos. Como si de verdad estuviésemos hablando con la mente. Sonríe. Sonrío. Le brillan los ojos, nunca había visto esa mirada en ella. Me encanta.
JENNIE: ¿Te lo has pasado bien?
LISA: Sí. ¿Y tú?
JENNIE: Mucho.
Parece que quiere decirme algo más pero se queda callada. Seguimos mirándonos, se muerde el labio, me mata y no aguanto más. Me acerco a ella, me recibe encantada, pongo las manos en su cintura, la acaricio, la atraigo hacia mí. Ella tiene la vista fija en mi boca.
'Necesito besarla ya.'
Pero se abre el ascensor y entra una pareja, así que nos tenemos que separar nerviosas. Jennie se ríe por lo bajo pero yo no puedo reírme, yo quiero gritar de frustración, quiero echarlos del ascensor, quiero dejarles claro que ahora mismo son mis peores enemigos en el mundo.
Creo que lo he hecho bien porque se les nota incómodos. Miro de reojo a Jennie, ella parece encontrar divertida la situación. Ahora odio que nuestras habitaciones estén en un piso tan alto, el trayecto en ascensor se me hace eterno.
'No puedo respirar.'
Cuando al fin llegamos a nuestra planta Jennie se despide de la pareja odiosa con educación, yo los miro mal. El ascensor se cierra y ella se ríe.
JENNIE: Por un momento pensé que ibas a echarlos a patadas.
No quiero hablar de ellos, no quiero escuchar nada. Me abalanzo sobre ella, la empujo contra la pared y la beso. Antes de que nadie pueda interrumpirnos, en medio del pasillo. Ella me rodea el cuello con los brazos y responde al beso con intensidad. Sus labios queman, su lengua acaricia la mía y por un momento pierdo la fuerza en las piernas. Nos besamos con hambre, con deseo. Muerdo su labio y ella gime en mi boca. Mis manos se pierden por sus caderas, la aprieto contra mí, quiero sentir su cuerpo, lo necesito contra mí.
JENNIE: Espera. Espera.
Se intenta separar pero no dejo de besarla, se ríe.
JENNIE: Lisaa...
Me resulta físicamente difícil apartarme de su boca pero consigo recuperar la compostura. Ambas respiramos agitadas.
LISA: ¿Qué?
JENNIE: Aquí no.
LISA: Ningún sitio te vale.
Sonrío, la rodeo con los brazos y apoyo mi cabeza en su hombro con frustración. Tengo ganas de morderle el cuello pero me aguanto para que no me riña.
JENNIE: No es cierto. Ven.
Me agarra la mano y me arrastra hasta su habitación.
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Tinder - Jenlisa
RomanceLisa y Jennie se conocen a través de una app para ligar y, tras una sucesión de enredos, se caen mal. Bastante mal. Aunque les encantaría no volver a verse nunca, algo inesperado las obliga a pasar tiempo juntas. Pero ninguna se lo va a poner fácil...