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Jennie POV

Jisoo me abre la puerta en pijama, despeinada y con cara de sueño.

JISOO: ¿Jennie?

JENNIE: ¿Te he despertado?

JISOO: No pasa nada. Entra.

Dejo el abrigo en la entrada y voy hacia el salón.

JENNIE: Tengo que hablar con Lisa.

JISOO: Estará en su cuarto.

Vamos hacia su cuarto y llamamos pero no responde. Jisoo la abre pero Lisa no está ahí. En el suelo de su escritorio veo una montaña de bolas de papel y se me encoge el pecho imaginando lo difícil que le habrá resultado escribirme esa carta.

JISOO: Bueno, no está.

JENNIE: Ya.

JISOO: ¿Quieres esperarla?

JENNIE: No sé.

Jisoo se despereza y va hacia la cocina.

JISOO: Perdona, necesito un café o no soy nadie. ¿Quieres?

JENNIE: Sí, por favor. No te disculpes, yo debería pedirte perdón a ti por despertarte.

Se ríe.

JISOO: No pasa nada, duermo unas 10 horas cada noche y debería reducirlas.

Prepara los cafés y nos sentamos en el sofá para tomarlos. Debería estar en la oficina. Mi idea era venir, hablar con Lisa, decirle no sé todavía qué y luego volver al trabajo, y en cambio estoy en el sofá de su casa bebiendo café con Jisoo en pijama.

JISOO: Tiene el móvil apagado.

JENNIE: No me ha bloqueado...

JISOO: ¿Cómo te va a bloquear?

Me mira como si lo que acabo de decir fuese lo más absurdo del mundo y siento una presión en el pecho.

JENNIE: No lo sé. Ha dejado el trabajo, me ha escrito una carta de despedida, pensé que...

JISOO: No –me interrumpe-. No te va a bloquear

JENNIE: ¿Pero por qué ha dejado el trabajo?

JISOO: Quiere volver a Tailandia.

Me empiezo a marear, no estoy segura de haber escuchado bien.

JENNIE: ¿Qué?

JISOO: Ella piensa que si tú le pides espacio y no es capaz de respetarlo necesita poner distancia.

JENNIE: Pero... eso es absurdo.

Se encoge de hombros.

JISOO: Verte le duele.

JENNIE: ¿Y no verme no le duele más?

JISOO: No lo sé.

No es justo que diga esto cuando soy yo la que no quiere hablar con ella y se alejó en un primer momento, lo sé. Pero es una rabia irracional que no consigo controlar porque, ¿qué es eso de que se va a Tailandia?

Lisa POV

He dejado el trabajo. La sensación es extraña. Como una especie de vacío asquerosa a la que me tendré que terminar acostumbrando porque así van a ser todos los días lejos de Jennie. Todos los lunes, los martes, los miércoles... Quizás después de muchos lleguen otros en los cuales ya no me duela y pueda estar bien. O sólo no tener esta bola gigantesca de ansiedad en el pecho ocupando el espacio donde deberían estar mis pulmones.

Llevo todo el día paseando por Seúl con la cámara de fotos. Despidiéndome de la ciudad, de las calles, las tiendas, la gente. He comprado pollo frito para comer en el parque y es como si Jisoo estuviese conmigo. Le habría podido pedir que pasásemos el día juntas pero quería estar sola.

Es como un ejercicio de introspección que necesitaba. Me he acostado en la hierba y he observado las nubes cambiar de formas en el cielo. Había una igual que Pepe Lee y me dieron ganas de abrazarlo. Luego vi otra que parecía un conejo. Después empezó a llover y fue un poco horrible. No me importa la lluvia, pero no quería que me estropease la cámara, así que tuve que correr para resguardarme en un portal. Iba a mirar en el móvil la app del tiempo para saber cuánto tiempo llovería pero me había quedado sin batería, así que sólo esperé. Cuando paró fui a una tienda de libros y estuve un rato eligiendo qué comprarme para el viaje. Al final me decidí por una novela de ciencia ficción con robots. Hace muchísimo calor hoy, un calor pegajoso.

Hice fotos por todas partes, quiero recordar Seúl como lo estoy viviendo el día de hoy. Es como si fuese un compañero que me acompaña en el duelo. Un duelo por algo que pudo ser y nunca será. El desamor es una mierda, sí, pero ¿cómo de desgraciada soy si estoy viviendo el desamor habiéndome saltado la parte del amor? Agh... esas cosas que sólo podían pasarme a mí.

Había anochecido hacía un rato cuando llegué a casa. Tuve que volver corriendo porque empezaron a oírse truenos y los últimos cien metros me pilló de pleno la tormenta. Por suerte pude proteger la cámara.

JISOO: ¿Dónde has estado?

LISA: Por ahí.

Me quito el abrigo y dejo la cámara en la mesa.

JISOO: Empezaba a estar preocupada, te he llamado veinte veces.

La miro extrañada, ¿qué le pasa?

LISA: Ok, mamá... me he quedado sin batería.

JISOO: Jennie acaba de irse.

Recibo la noticia como si me estuviese atravesando el relámpago que acaba de aparecer parpadeando en la ventana, perfect timing, como una intervención divina.

LISA: ¿Qué?

JISOO: Lleva aquí todo el día esperándote. Se ha ido en cuanto empezó la tormenta porque estaba cansada. Hemos comido pizza.

LISA: ¿Qué?

¿Por qué me cuenta que han comido pizza?

JISOO: No he hecho directo hoy, he estado todo el día con ella.

LISA: ¿Qué quería?

JISOO: Hablar contigo.

LISA: ¿De qué?

JISOO: Me ha dicho que no sabía qué iba a decirte, que sólo quería verte y hablar.

LISA: ¿Hace cuánto se fue exactamente?

JISOO: Unos 10 minutos, os habéis tenido que cru...

No dejo que termine la frase porque salgo corriendo por la puerta. Recorro toda mi calle a la máxima velocidad que alcanzo y la tormenta me empapa. No sé por qué estoy corriendo. No quiero verla. Bueno, sí quiero. No, no lo sé. ¿Quiero escuchar lo que me quiere decir? Sí y no. No quiero, pero lo necesito. Es raro. Es como si por un lado se me llenase la cabeza de noes y por otro lado de síes, y mientras mi cabeza se llena de ideas contradictorias la lluvia me golpea y me cala hasta los huesos pero no hay ni rastro de Jennie.

La parada de taxis está vacía.

Jennie POV

He hecho el idiota. He faltado al trabajo por primera vez en mi vida porque quería hablar con Lisa y lo único que he hecho ha sido comer pizza y ver vídeos en Youtube con Jisoo. Lisa no ha encendido el teléfono en todo el día y después de más de 10 horas esperándola estalló una tormenta que me recordó que tenía una casa y unas responsabilidades, y que ya era hora de irme. Rosé me escribió para confirmarme que había terminado de hacer mi trabajo y me sentí culpable por dejar que hiciese algo así por mí.

Cuando llego a mi calle tengo que correr hasta la acera. Tengo paraguas pero la lluvia es tan intensa que me protege bastante poco. Por suerte mi edificio tiene balcones y cubren bastante bien. Decido parar en el restaurante de la esquina y comprar algo para cenar. No soy capaz de llegar a casa después del día horrible que he tenido y ponerme a cocinar. Cuando llego al portal y estoy buscando las llaves escucho que alguien me llama.

Lisa me mira bajo la lluvia, con la ropa completamente empapada.

Tinder - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora