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Jennie POV

'Joder.'

Acabo de abrir los ojos, Lisa está durmiendo a mi lado y yo todavía no me lo creo. Anoche estaba en una nube y todo lo que hice fue dejarme llevar por ella. Es adorable cuando duerme.

La alarma de mi teléfono empieza a sonar y me asusta. Lo busco todas partes para apagarlo pero no lo tengo aquí, no recuerdo bien dónde fueron quedando mis cosas anoche y pensar en eso hace que me suba el calor a las mejillas. Finalmente lo encuentro en mi abrigo, al lado del sofá.

Cuando vuelvo al dormitorio Lisa me mira sonriendo. Estoy desnuda y aunque parezca una tontería después de lo de anoche, me cuelo corriendo en la cama para taparme.

LISA: Has puesto el despertador un sábado...

JENNIE: Lo tengo por defecto todos los días.

Entonces se gira hacia mí y me abraza. Me corta un poco la respiración, otra vez, todas las veces.

LISA: Buenos días...

JENNIE: Buenos días.

LISA: ¿Has dormido bien?

Me sonríe con dulzura y siento un hormigueo en la barriga.

JENNIE: He dormido poco.

Acaricio su brazo. Siento que ahora compartimos una intimidad que hace que la entienda sin palabras.

LISA: ¿Podemos dormir un poco más? Es sábado...

Encuentro adorable a esta nueva Lisa despeinada y somnolienta.

JENNIE: ¿No era que querías hacer muchísimas cosas?

LISA: Un poco más.

JENNIE: Media hora.

LISA: Me vale.

Se abraza a mí con fuerza y siento su respiración en mi cuello. No tarda ni treinta segundos en quedarse dormida de nuevo. Por muy raro que parezca, siento que este es el mejor sitio del mundo, aquí en la cama con ella. Como si algo hubiese hecho click en mi cabeza.

'Bueno, en mi cabeza...'.

Dios. Me he acostado con Lisa. Si hace un mes alguien me hubiese dicho algo así me habría reído y cabreado, y sin embargo hoy todo parece tan... en su sitio. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una noche y ahora en la mañana no sé bien qué debo hacer. Podría pensar que anoche el alcohol nos llevó a ese punto y ya está, pero ahora mismo está abrazada a mí y siento que podría estar en esta cama el resto del día. Quiero dejarme llevar, sólo eso. A ver qué pasa. Conocerla. Quizás si la conociese mejor... ¿Podría ser ella? Alguien importante para mí después de tanto tiempo, ¿la persona que buscaba estaba aquí? El sexo es increíble, me hace reír, me hace sentir cosas cuando me mira, como si todo se parase. Dios. Es ella. ¿Es ella?

La media hora más de sueño que le prometí a Lisa pasa sin que me dé cuenta mientras sigo rallándome con todas las cosas que pasaron y que me dijo. La despierto con cuidado y ella sólo me sonríe. Está todo el tiempo sonriendo y eso me relaja, me siento a gusto cuando la miro. Ya está, no me voy a rallar. Estoy en Nueva York, me he acostado con ella y ahora sólo voy a dejarme llevar. Lo que tenga que ser, será.

LISA: Quiero darme una ducha.

JENNIE: Vale...

Aplasta su cara contra la almohada y se ríe.

LISA: No te estaba informando, lo decía porque me da vergüenza, ¿podrías darte la vuelta?

Se vuelve hacia mí y me mira con esos ojos enormes y las mejillas rojas. Me hace gracia que le dé vergüenza que la vea desnuda después de anoche, pero en realidad no es que no pueda entenderla. Me río y me doy la vuelta.

JENNIE: Ya puedes salir.

Me da un beso en el hombro y siento cómo sale de la cama.

Lisa POV

Estoy haciendo un esfuerzo titánico por no ir dando saltos por la calle y cantando como si estuviese en un musical. Seguro que cuando cantan por ahí felices es porque sienten algo parecido a esto. Entiendo que sí. Supongo, no lo sé.

En las últimas veinticuatro horas he conocido varios tipos diferentes de Jennie. La Jennie sexy, la Jennie dominante y hoy le toca el turno a la Jennie tímida. Es como un Pokemon shiny, igual pero diferente. Vale, no es como un Pokemon, no sé por qué he pensado eso. Es mejor todavía.

Lleno mis pulmones con el aire de Nueva York y tengo al lado a una chica espectacular que acaba de hacer el amor conmigo durante toda la noche. Pocos días de mi vida han empezado así de bien. Ahora estamos yendo a desayunar, aunque ya es casi hora de comer no puedo dejar a Jennie sin su café matutino, más aún después de haber sido la culpable de que trasnochase.

Las cafeterías de Nueva York son como todo en Nueva York, enormes. Ni siquiera te atienden en la mesa, tienes que hacer cola, elegir entre setecientos tipos diferentes de café y después llevártelo a tu sitio. Jennie me espera sentada mientras pido. Nadie mejor que yo sabe cómo le gusta el café. Sonrío al pensar en eso, no me molesta, me gusta.

LISA: Aquí tienes.

Jennie me sonríe mientras toma su bebida.

JENNIE: Gracias.

LISA: Ha sido complicado, ¿sabes que tienen como mil tipos de cafés y leches diferentes? No entendía nada.

Jennie me sonríe y hablamos del tema como si fuésemos expertas en café. La sensación que tengo es una locura. Cuando hablo con Jennie como Jeongyeon, sea del tema que sea, podemos tirarnos horas con ello. Todo fluye. Hoy tengo esa sensación, pero Jennie no está hablando con Jeongyeon, hoy por fin está hablando conmigo. Todo es natural. Ella dijo una cosa, yo dije otra... y al poco tiempo supe que quería pasar el resto de mi vida metida en esa conversación. En bucle.

Después de desayunar fuimos a visitar la Estatua de la Libertad. No dejamos de hablar en ningún momento. De ella, de mí, de tonterías. No necesito más. ¿Qué va a pasar? ¿Esto va hacia algún sitio? Supongo, no lo sé. Me gusta no saberlo. Es como una sensación de vértigo adictiva. No cambio este momento por nada.

Desde lo alto de la Estatua las vistas son espectaculares, pero yo sólo puedo mirar la sonrisa de Jennie.

LISA: Joder, Jen. Me gustas mucho.

Jennie me mira sorprendida. ¿De verdad le sorprende? Se acerca a mí y me besa. Es diferente a los besos de anoche. Me besa despacio, suave, como si quisiese atesorar el momento, como si el mundo se paralizase en ese beso. Tengo la barriga llena de mariposas y no sé si mis piernas van a sostener mi peso mucho rato más. Cuando nos separamos me sonríe.

JENNIE: Tú también me gustas.

'Oh, joder.'

No es que lo dudase o que pensase que no le gustaba después de todo lo que ha pasado, tampoco soy idiota. Pero escuchárselo decir... joder. Joder.

El resto del día fue más o menos así. Perfecto.

Ahora estoy arreglándome en el hotel porque esta noche, la guinda para el mejor día de mi vida la va a poner el concierto de las Magnum. Es uno de mis nuevos grupos favoritos aunque apenas tengan cuatro canciones y trabajar con ellas va a ser increíble. Este momento de mi vida, el punto en el que se encuentra ahora, es top.

La única preocupación que tengo es contarle a Jennie lo de Jeongyeon. Hay varias opciones: decírselo en cuanto lleguemos a Corea y aguantar su rabia, pedirle perdón, explicárselo y esperar que no se lo tome demasiado mal. O... no decirle nada. No en plan nunca, sino en mucho tiempo. Borro Tinder, Jeongyeon desaparece de repente y cuando pasen los meses comentárselo a Jennie a modo de anécdota. Empezar algo desde una mentira no es que me parezca el mejor plan del mundo pero creo que en este caso es el mal menor. La otra opción quizás deje ese empezar algo en nada.

Jennie llama a mi puerta, es hora de irnos. Me saca de este pensamiento y lo dejo para después. Es una decisión que no tengo que tomar ahora, prefiero dejar el viaje a Nueva York como una especie de tiempo muerto, de tregua. Ya lo decidiré.

Tinder - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora