En medio de la desesperación, se mordía las uñas. Las lágrimas ya no salían. Definitivamente ya no quería seguir viviendo esta vida, solo quería huir de ahí y sentirse libre, aún si no tenía nadie a su lado. Pero era algo estúpido arrebatarse la vida, y Jimin lo sabía. Entonces tuvo que tomar una decisión que seguramente lo pondría en peligro, pero ¿Qué más puede hacer, si vive en un infierno en el cual no está dispuesto a quedarse? Pues seguramente suicidarse, sin embargo, eso último no cuenta como alternativa. Tendría que arriesgarse, así muera en el intento...
Jimin se hallaba desesperado por salir de ese lugar, así que tomó el valor suficiente y se levantó de la cama, directo a abrir la puerta. Esta última acción no se ejecutó, ya que la puerta había sido abierta.
— ¿Qué haces? — Preguntó el pelinegro con una voz que asustó al menor.
— Y-yo...
— Hagas lo que hagas, no podrás salir de aquí. Yo me encargaré de que sea así — Sus ojos se clavaron en el rubio, brindándole temor al instante — Oh, se me olvidó avisarte que va haber visita, así que no quiero que hagas algo estúpido o te lo cobraré después.
A la velocidad de un rayo, se escucharon unos leves golpes provenientes de la puerta.
— Ya vuelvo — Avisó Yoongi, saliendo de la habitación para ir donde provenía el ruido.
Jimin al tener devuelta su estado de paz, se pasó una mano por su cabello y dió un suspiro.
Al rededor de unos veinte minutos, se encontraba el rubio sentado en una esquina de aquella cama y se preguntaba el porque el mayor no ha venido en ese tiempo. Por curiosidad, atravesó la puerta, (que por suerte estaba abierta) y bajó con cautela las escaleras hasta llegar a la mitad de ellas y lograr escuchar al mayor hablando con ¿Una chica? En fin, no era asunto suyo pero le intrigaba saber con quien estaba hablando su secuestrador.
Terminó de bajar las escaleras y caminó por un pasillo en el cuál lo llevó a una sala, de donde provenían las voces. Se asomó un poco y vió a Yoongi sentado en un mueble en el cual compartía con la invitada. Pudo ver a la chica, la cual tenía el cabello negro, al igual que sus ojos. La pelinegra llevaba ropa algo reveladora e intentaba seducir al contrario, quien no se inmutaba ante los toques de la chica.
— Yoon~ ¿No quieres divertirte un rato conmigo? — Susurró al pelinegro, quien la estaba tocando hasta llegar a su trasero.
— Está bien bebé~ pero procura no hacer mucho ruido, ¿De acuerdo?
La chica cruzó la línea y besó a Yoongi. Este último posó sus manos en la cintura de la chica para acomodarla en su regazo. La pelinegra se movía en su lugar, excitando al contrario que se encontraba dejando besos en el cuello de la chica hasta llegar a sus pechos.
— Admitelo Yoon, soy mejor que ese mugroso. Hasta te puedo dar mayor placer que él ¿Porque no lo dejas y te quedas conmigo? — Preguntó seductora mientras daba pequeños saltos en el regazo de Yoongi.
— Jennie, ya sabes que él es mío y nadie me lo va a arrebatar. Si tengo sexo contigo no quiero decir que seas especial o algo de lo que tú pienses.
"Así que esa chica de nombre Jennie ya había tenido sexo con Yoongi", se dijo mentalmente Jimin en su lugar. Pensó que era buen momento para irse, pues el pelinegro estaba distraído y esa era una buena ventaja para el menor. Se retiró lentamente y al estar al final del pasillo se preguntó lo mismo, ¿Porque Min simplemente no lo deja ir y se queda con Jennie? Es algo que dejó en duda al menor pero no iba dar paso atrás, pues está a pasos de salir de ese infierno. Sin embargo, muy dentro de él quiso ser Jennie quien estaba encima de Yoongi, algo que simplemente ignoró.
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"Sin salida"-Yoonmin.
RomansaYoongi, un criminal de 25 años; frío, serio y orgulloso, que solo piensa en sí mismo. Jimin, un universitario de 22 años; tímido, tierno y solo, ya que no cuenta con el apoyo de su familia y tiene un oscuro pasado... Yoongi todo lo que quiere lo ob...