Epílogo

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Queridos príncipes azules, ¿es posible continuar escribiendo un cuento que quedó sin un final? Mi experiencia como devoradora de cuentos de hadas desde pequeña me dice que es absolutamente imposible. En todos ellos se sigue un mismo patrón: encuentran el amor, luchan por estar juntos y acaban siendo felices y comiendo perdices. Pero he conocido a alguien y he descubierto que quizás he vivido siempre engañada. Tal vez el hilo que conecta cada circunstancia que conforma el patrón, se ha enredado por el camino, y eso hará que el príncipe azul y, el esperado final feliz, tarde un poco más en llegar

De todas formas, una historia puede tener muchos finales; no necesariamente feliz o triste. El silencio y la lejanía son también despedidas. Algunas partes no tienen siquiera un punto final. Y, aunque sin duda eso puede provocar alguna que otra espina clavada en el corazón, son una oportunidad para vaticinar un futuro encuentro, en el que pueden estar esperando las perdices.

Después de perder al príncipe azul y quedarme con la promesa de que volverá, va siendo hora de quitarme los molestos zapatos de cristal para seguir caminando más cómoda. El príncipe azul me encontró una vez. Quizás solo sea cuestión de tiempo que lo haga una segunda.

Celest Saywell.

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Celest Saywell y los 80: Cartas a Celestina (PGP2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora