Sirius y yo nos metimos en el vagón en la búsqueda de un compartimento.
Al parecer, entramos cuando todo el mundo estaba ya colocado en sus distintos compartimentos.
Nos quedamos los dos de pie, quietos y mirándonos fijamente hasta que...
— ¡Por fin libres! — Exclamó de pronto Sirius, con una inmensa felicidad.
— ¡Si! ¡Por fin! — dije, mostrando una gran sonrisa.
Sirius puso las manos en alto y yo le choqué los cinco, a la vez que ambos empezamos a saltar de la emoción.
Ya no tendría que preocuparme por entrenar mi magia hasta el verano. Ya no tendría que soportar las regañinas de mi padre, ni sus golpes hasta dentro de mucho, mucho tiempo. Ahora, solo tenía que preocuparme de estudiar, sacar buenas notas y controlar mi magia.
Éramos libres, por fin.
— ¡Buenas! Si no os importa dejar unos segundos las fiesta para dejarme pasar...— interrumpió alguien detrás mía.
Giré la cabeza y vi a un chico de nuestra edad, con el pelo negro y unas gafas circulares nos miraba con una expresión divertida.
— ¡Uy! discúlpanos, pensábamos que no había nadie más en los pasillos. — respondí avergonzadamente. No me esperaba esa aparición tan repentina.
— No te disculpes, yo también quiero unirme a la sect... digo, a la fiesta.
— Pues bienvenido, soy Sirius Black — le acercó la mano, y el chico pelinegro se la estrechó con gusto.
— James Potter, el tío más divertido del mundo mágico, al cual deberíais de haber invitado hace ya un rato. — dijo, a la vez que guiñaba un ojo.
—Eso lo dudo. — respondió divertido
— Iria Malfoy — interrumpí, mientras le estrechaba la mano.
— Igualmente — respondió James — ¿Qué celebráis? Se os ve muy emocionados.
— Pues... — Miré a Sirius, James no podía saber nada todavía, no sabemos si es de fiar. — Que por fin vamos a ir a Hogwarts, tenemos muchas ganas, ¿A qué si, Sirius?
— ¡Claro! Justo eso.
— ¡Normal! ¿Quién no querría ir? — por unos instantes pensé en mi hermano, pero es un aburrido así que su opinión no cuenta. — Aunque deberíamos de buscar un compartimento antes de que el tren aumente la marcha. ¿Venís? — preguntó James.
Sirius y yo asentimos con la cabeza y lo seguimos por el vagón.
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Buscamos y dimos varias vueltas pero no encontramos ninguno.
Después de la quinta o sexta vuelta, el tren comenzó su travesía, al mismo tiempo que Sirius me agarró del brazo y señaló con un dedo a uno de los compartimentos, en el cual había una chica sentada, mirando por la ventana.
— ¿Entramos a este? Solo hay una persona.
— Vale, por qué no. — respondió James
Decidí entrar primero, así ahorraríamos tiempo. Además, estaba cansadísima, sentir las emociones de todo el mundo de golpe y aprender a controlarlas en cinco minutos agota más de lo que pensaba. Necesitaba dormir un rato.
— Emm... ¡Hola! ¿Podemos sentarnos contigo? Es que está todo lleno. — pregunté amablemente.
— ¡Claro! Entrad — Respondió la pelirroja con entusiasmo. Transmitía una alegría muy llamativa, de esas que te contagian nada más sentirlas.
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⋅Ataraxia⋅
Fanfiction"En una noche de luna llena, En el verano de 1960, una mujer caerá gravemente enferma corriendo peligro la hija a la que espera. Un hada de ella compasión tendrá, y con su extraña magia la curará, haciendo así, que su hija posea una magia muy poder...