Capítulo VIII

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— ¡RAVENCLAW!

Todo el mundo se quedo en silencio, hasta que los alumnos de la mesa de Ravenclaw se levantaron y aplaudieron alegremente, mientras que los de las demás casas lo hacían por educación. Varios de ellos me ofrecieron la mano y me dieron la enhorabuena por estar aquí.

Mientras que continuaba la selección, me senté en uno de los bancos, al lado de una chica rubia que había sido seleccionada antes que yo, la cual llevaba un collar bastante... extravagante. Parecía estar un poco ausente en su mundo.

Tiene que ser maravilloso poder hacer eso con tanta facilidad.

— Ehh... ¡Hola! Soy Iria — le dije, sacándola de su ensimismamiento — ¿En qué pensabas?parecías muy entretenida.

—¡Oh, hola! Soy Pandora — me ofreció la mano y se la estreché con gusto — Estaba pensando en lo bonito que es todo esto, y en cómo voy a decorar el cuarto con mis rarezas.

— ¿Rarezas? — pregunté.

— Si, rarezas. Objetos perdidos o raros que encontré por ahí y que tienen significados bonitos y especiales. — respondió con una dulce sonrisa.

Esta chica es la más interesante con la que me he cruzado nunca.

— Oh, que maravilla... ¿Y vosotras cómo os llamáis? — le pregunté a las chicas que estaban en frente mía, las cuales parecían haberse callado solo para escuchar nuestra conversación.

— Yo soy Hestia Jones. — respondió la chica pelinegra. Tenía la sensación de que era una chica tranquila, por su esencia o su expresión facial.

O simplemente porque lo es.

— Yo soy Emmeline Vance. — dijo la chica de su derecha, mostrando una sonrisa.

— Yo soy Iria Malfoy, encantada de conocer...

— ¡Bienvenidos alumnos, a un nuevo curso escolar en Hogwarts! — Exclamó el director, esbozando una gran sonrisa — Para los alumnos de primer año, soy el director, Albus Dumbledore, y me alegra mucho recibirlos a todos. Antes de comenzar el banquete me gustaría comentar unas cuantas normas...

Al terminar de narrar todas las reglas que debíamos de seguir, Dumbledore, de una manera extraña que las chicas y yo no conseguimos descifrar, hizo aparecer todo tipo de alimentos deliciosos. Todos allí comíamos con mucho entusiasmo, pues estábamos hambrientos, y al mismo tiempo, charlábamos.

— ¿Y cuál es tu estación favorita? — habíamos pasado de hablar sobre la aparición de la comida, a hablar de lo que nos gustaba.

— El invierno, adoro la nieve, muchísimo. — respondí.

— La mia es la primavera, me encantan las florecillas y las mariposas, y sobre todo, comer en el césped.— dijo Pandora.

— La mia el verano, — respondio Emmeline — ¿y la tuya Hestia?

— El invierno, como Iria.

— ¿Y qué asignaturas son las que tenéis más ganas de estudiar? — pregunté. Me sentía muy a gusto charlando con ellas, a pesar de las emociones ajenas que se introducían en mi mente. No sabía como estaba siendo capaz de evitarlas.

— Oh, pues creo que me encantaría estudiar adivinación y también astronomía, adoro ambas por igual, no puedo elegir. Son muy místicas y llamativas como para dejarlas pasar. Es una lástima que sean optativas a partir de tercero.— respondió Pandora, un poco apenada.

— Yo también escogería esas dos. Me parecen muy misteriosas e interesantes y me encantan. Y también quiero hacer pociones, tengo muchas ganas de probar y experimentar.

⋅Ataraxia⋅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora